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El sueño de pintar

Source:China Hoy Author:ABEL ROSALES GINARTE
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Ernesto Apomayta viaja con sus raíces a todas partes.
 

 

Escuelas de Bellas Artes en Perú, China y México reconocen su talento. Ernesto Apomayta Chambi dijo adiós a su natal Puno en 1984 para estudiar en China pintura tradicional, caligrafía y aprender el idioma chino. Durante sus años en el Instituto Central de Bellas Artes de Beijing descubrió la profunda conexión entre los pueblos originarios de Perú y China. “Cuando llegué a Beijing sentí la sensación de que los pictogramas en las calles y la fonética del idioma eran similares a los de mi pueblo aimara”. Apomayta es descendiente de los pueblos quechua y aimara de las regiones andinas de Perú. Aprendió a dibujar inspirado en las imágenes impresionantes del lago Titicaca y la ciudadela incaica de Machu Picchu. “Los lápices de colores y el papel me han ido conduciendo por la vida, expresando a través de mis obras y de las tonalidades mi sentir telúrico”.

 

Asegura que las tradiciones indígenas de su pueblo originario de Puno, Acora, nacieron de la fusión entre las culturas asiáticas y occidentales. “El legado de Asia corre en mis venas”. Entre las tantas similitudes culturales y sociales destaca la música: “La andina se compone, al igual que la china, de una escala pentatónica. La métrica y el canto se parecen especialmente a las regiones sureñas andinas de Cusco y Ayacucho”. Así lo valida el reconocido músico peruano Lucho Quequezana, quien gracias al apoyo de la Unesco pudo hacer realidad una singular puesta musical, con instrumentistas de varios países a la que denominó Sonidos vivos.

 

“Entre los tibetanos y los aimaras de Perú y Bolivia hay fuertes coincidencias en la fonética, también en las formas de vestir y en cómo confeccionan sus coloridas prendas”, añade. Apomayta manifiesta que en la naturaleza, los fenómenos atmosféricos y lo cósmico ocupan un espacio singular en las culturas originarias chinas y americanas: “La tierra, el cielo, el sol, la luna, las estrellas, el mar y los ríos, las nubes, el viento y la lluvia, no representan la realidad objetiva. Son como lo demuestran precisamente los epítetos que los caracterizan, ‘hermanos’ de los pobladores y ‘seres vivos’ que merecen respeto”.

 

Por la unidad y la paz mundial

 

Fascinado con China, Apomayta defiende la profunda conexión cultural y social: “Al norte de Perú, los nombres de muchos poblados, ríos y cementerios son semejantes a los nombres chinos, como la famosa zona arqueológica Huaca Cao, el río Chao y las ciudades de Bagua y Yupán”. Asegura que el proceso de aprendizaje del idioma chino mandarín, para los que dominan el quechua y el aimara, con la intervención de profesores chinos es más fácil que para los que solo hablan español. “La fonética de las lenguas originarias me ayudó mucho para el dominio del idioma chino. Muchas de esas palabras se pronuncian similar al chino mandarín, aunque con significados distintos”.

 

Manifiesta el valor de que los estudiantes chinos que aprenden español y otras lenguas ancestrales, como el quechua, y alumnos latinoamericanos que estudian el chino mandarín realicen intercambios culturales internacionales “para asimilar mejor el aprendizaje de idiomas y culturas”. Aconseja a los estudiantes que sean perseverantes y se esfuercen por garantizar un intercambio cultural fluido. Sus obras pictóricas expresan el espíritu de unidad y de paz mundial. “Una de mis primeras obras fue en papel de arroz mostrando la unidad de esas maravillas que son Machu Picchu y la Gran Muralla”.

 

Después de haber vivido en cuatro continentes y de combinar su trabajo artístico con la enseñanza se siente satisfecho. En su Perú natal ha trabajado como profesor de chino mandarín en la Universidad Peruana Austral del Cusco: “Enseñé niveles básico a intermedio a los estudiantes de la universidad”. También laboró en la Universidad Andina del Cusco enseñando los mismos niveles. En la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes Diego Quispe y en la Escuela Superior Pública de Arte Carlos Baca Flor de Arequipa trabajó como profesor de pintura tradicional china. Igualmente laboró como profesor en la comunidad de Salt Lake, Utah, Estados Unidos: “Enseñé teoría de dibujo y pintura a los niños para ayudarles a descubrir y expresar el talento y la creatividad natural por medio de varios métodos y distintos materiales”.

 

La obra Los agricultores de Ernesto Apomayta es un reflejo del ambiente donde ha nacido. Fotos cortesía del entrevistado  
 
Una segunda patria

 

Apomayta viaja a todas partes del mundo con sus raíces. “Era muy tímido, retraído y me costaba mucho hablar en público, y ese excelente mentor chino llamado Li Keren motivó en mí el hábito por la lectura, haciéndome entender que si mi mente estaba nutrida iba a ser capaz de hablar y defenderme oralmente donde fuese”. De su estancia en China guarda muchos recuerdos. Tanto le gustaba el idioma chino que los aprendió “escribiendo los caracteres y leyendo en un diccionario la gramática china”.

 

Actualmente su desempeño profesional se centra en la escritura y la pintura: “Ambos se llevan de la mano. Los incas decían que escribir es como pintar y pintar es como escribir, entonces para mí tiene mucho sentido”. Recuerda a todos sus profesores chinos con gran cariño: “La escuela de Bellas Artes verdaderamente fue mi segundo hogar, un lugar de sueños que se superaron con el tiempo, por ello me emociona hablar de esa época en China”.

 

Lo que comenzó como un amigable acercamiento al arte oriental, culminó en una atracción por la estética de esa región: “Lo que más me ha sorprendido en mayor medida de su pintura, es la mística actitud que se percibe tras las brumas, las montañas y los ríos de un paisaje chino taoísta”. A sus estudios avanzados de posgrado en pintura tradicional china ha agregado una maestría en artes visuales en la Universidad Nacional Autónoma de México. Su versatilidad sin límites le convierte en una autoridad en el arte pictórico chino en su país.

 

Infinidad de premios y reconocimientos distinguen su obra. En 2000 fue reconocido como Pintor Profesional Destacado, por parte del Instituto Nacional de Cultura de Perú. La alcaldía de la ciudad de Santa Ana, California (EE. UU.), le premió por su desempeño en la creatividad e innovación de las artes visuales. En 1987 CCTV (actual CGTN, Televisión Global de China en Español) realizó un concurso de idioma chino y Apomayta obtuvo el segundo puesto entre 350 extranjeros de todo el mundo.

 

Ha realizado exposiciones individuales en EE. UU., Canadá, China, Perú y México. “Tuve la oportunidad de estar en China, a la que considero mi segunda patria, en plena realización de los Juegos Olímpicos 2008, y enrumbé a Shanghai donde residí un buen tiempo”. En esa oportunidad visitó Suzhou, la llamada “Venecia del Oriente”, “que no solo me deslumbró sino que también me inspiró para reproducir en el papel y la tela encantadores paisajes”.

 

China es una constante en su vida y en su arte. “Espero nuevamente aterrizar en Beijing para pintar un gran mural que plasme la amistad duradera de los pueblos de Perú y China”. Y ese gran mural unirá a dos monumentos históricos y maravillas del mundo moderno: la Gran Muralla y Machu Picchu.

 

 
 
 

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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