Primera página>En Portada

El papel integral del PCCh

2021-07-01 09:58:00 Source:China Hoy Author:EVANDRO MENEZES DE CARVALHO*
【Cerrar】 【Imprimir】 GrandeMedianoPequeño
Los logros socioeconómicos de China son indivisibles del sabio liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh), que el 1 de julio celebra el centenario de su fundación. Por lo tanto, cualquier discusión sobre los logros de China –sus hazañas económicas, la erradicación de la pobreza extrema, los avances tecnológicos, la infraestructura moderna, el desarrollo progresivo de una sociedad ecológica, entre otros– reconoce inevitablemente el papel integral del PCCh en todos ellos y en el modelo de gobernanza del país.
Stand de Brasil en la Exposición Internacional de Importaciones de China. Yu Xiangjun

 

 

El conocimiento en los países occidentales sobre la gobernanza de China es, por decir lo menos, incompleto, basado en gran parte en los estereotipos presentados en informes de los medios de comunicación prejuiciosos y distorsionados. China es, en efecto, rehén de una cosmovisión según la cual cualquier sistema socioeconómico que difiera del modelo occidental tiene connotaciones negativas. Occidente haría bien en desviarse de su trayectoria actual, aparentemente dirigida hacia una reversión de las conquistas de la Ilustración, y expandir, sin prejuicios, su percepción de China. Entonces podrá comprender todos los factores que han engendrado el fenomenal desarrollo del país. Eso, sin embargo, significa reconocer y destacar la verdad más importante e innegable: que el PCCh es el partido de vanguardia que lidera el rejuvenecimiento de la nación china.

 

El sólido sector privado

 

En la esfera económica, China todavía se percibe como una economía dominada por empresas estatales empeñadas en sofocar al sector privado. Sin embargo, desde la década de 1980, China ha promovido reformas destinadas a ampliar el papel del mercado. Esa década vio la aparición de Huawei, ahora el mayor proveedor mundial de equipos de telecomunicaciones y líder de la revolución 5G, y Lenovo, la marca china con la presencia global más destacada, según la lista BrandZ Top 30 Chinese Global Brand Builders 2017. Asimismo, entre las empresas privadas chinas que se convirtieron en gigantes en el mercado a finales de la década de 1990 figuran Alibaba, Tencent y Baidu. Estas tres empresas, junto con Xiaomi, entraron en la lista de las 50 firmas más inteligentes del mundo, según el MIT Technology Review 2015. Desde la crisis financiera mundial de 2008, el sector privado de China ha ido ganando impulso suficiente para convertirse en el principal impulsor del crecimiento económico del país. Actualmente aporta más del 60 % del PIB y más del 70 % de la innovación tecnológica, y proporciona más del 80 % del empleo urbano.

 

8 de abril de 2021. Tres mujeres y un bebé pasean por un centro comercial en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan. VCG

 

Para aquellos que insisten en que su sistema educativo no fomenta la innovación, tengan en cuenta que China fue la principal fuente de solicitudes de patentes internacionales en 2019 y mantuvo el liderazgo en 2020. El país destronó a Estados Unidos de su lugar en el podio por más de 40 años, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Las solicitudes de patentes de China ese año mostraron un aumento del 16,1 % con respecto a 2019, en comparación con el incremento del 3 % en las de EE. UU. China ahora cuenta con 115 parques científicos en universidades y más de 1600 incubadoras que apoyan a nuevos emprendedores, según el Ministerio de Ciencia y Tecnología. En lo que respecta a la educación en sí, el país ha alcanzado logros notables. El Ranking Mundial de Universidades QS 2020 incluye 12 universidades chinas entre las 100 mejores del mundo, entre las cuales la Universidad Tsinghua, en el puesto 15, fue la mejor ubicada.

 

Otra visión apócrifa de China es la que afirma que es un país aislado del mundo. Sin embargo, además de los logros mencionados antes que contradicen claramente dicho discurso, existen otros datos dignos de mención. China, cuya población ahora es de 1400 millones de habitantes, se ha convertido en el contribuyente más importante al turismo mundial. En 2018, los chinos realizaron alrededor de 150 millones de viajes al extranjero, según la Organización Mundial del Turismo, y superaron a los estadounidenses y alemanes como los turistas que más gastan. Debido a la pandemia de COVID-19, es comprensible que el turismo se haya desacelerado, pero debería reanudar su ritmo anterior en unos pocos años. Si consideramos que apenas el 10 % de la población china tiene pasaporte, el potencial de expansión en la pospandemia es enorme. Esto pone de relieve otro grupo demográfico importante, a saber, los 400 millones de habitantes de clase media de China, que se espera que se duplique para 2035. El mercado de consumo resultante tendrá un impacto global profundo. Esto, a su vez, implicará un aumento tanto de las importaciones chinas como de las oportunidades comerciales dentro del país.

 

Una mayor apertura

 

El Gobierno chino está actualmente comprometido con una apertura gradual y controlada de su sistema financiero. Los inversores extranjeros están ansiosos por aprovechar el creciente mercado de gestión de activos de China, valorado el año pasado en alrededor de 121,6 billones de yuanes (18,9 billones de dólares). Goldman Sachs se asoció recientemente con el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, siglas en inglés) en una empresa mixta de gestión de patrimonio. BlackRock, Inc., la francesa Amundi y la británica Schroders han seguido un camino similar de asociaciones con bancos chinos. Desde 2016, el yuan es incluido, junto con el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés, en la canasta de monedas de reserva del Fondo Monetario Internacional. Este es un paso esencial hacia la internacionalización de la moneda china y ahora se está probando en su versión digital. Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates, el fondo de cobertura más grande del mundo, cree que el yuan digital será más competitivo que el dólar digital. Esta ecuación, sin duda, toma en consideración que China es el mayor socio comercial de más de cien países, algo que amplía considerablemente la probabilidad de que las transacciones financieras internacionales de China estén denominadas en yuanes.

 

Mirar hacia el futuro exige prestar atención al marco del XIV Plan Quinquenal, aprobado por la Asamblea Popular Nacional en marzo pasado. La clara orientación del documento hacia la inversión en tecnología e innovación abre posibilidades para múltiples alianzas con empresarios extranjeros. Desde el punto de vista de la gobernanza, existe preocupación por la sostenibilidad tanto en la calidad como en el crecimiento. En la inauguración de la primera Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, siglas en inglés) en noviembre de 2018, el presidente Xi Jinping declaró que “la innovación es el motor principal del desarrollo” para superar el cuello de botella del crecimiento global. El jefe de Estado chino afirmó que su país aumentaría las importaciones, facilitaría el acceso al mercado chino y promovería un entorno empresarial a nivel mundial. También aseguró el apoyo de China a la Organización Mundial del Comercio, la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, siglas en inglés), el G20, los países BRICS y el proyecto de integración económica más atrevido del siglo XXI: la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
28 de abril de 2020. Una visitante en el Centro de Exposiciones de Economía Digital de Jiangdu en Yangzhou, provincia de Jiangsu.

 

 

En este año del centenario de la fundación del PCCh, China también celebra el mayor logro civilizador al que cualquier país podría aspirar: la erradicación de la pobreza extrema. Lograr esto fue posible únicamente en virtud de su modelo de gobernanza. Es uno que ha evolucionado a partir de la experiencia histórica concreta del Partido y la sabiduría china, incluida la búsqueda de soluciones a través del aprendizaje de otras cosas que pueden ayudar al pueblo chino. A finales del siglo XIX, cuando China todavía buscaba formas de fortalecerse, surgió la máxima: “Las enseñanzas chinas como base, los estudios occidentales para la práctica”. Por supuesto, esta frase debe contextualizarse en su época. Sin embargo, muestra que, en contraste con el rechazo de Occidente a las enseñanzas chinas, China, a pesar de las angustiosas privaciones que ha sufrido, ha tratado de estudiar y aprender de Occidente. El PCCh celebra su centenario gracias a su capacidad de resiliencia y paciencia para aprender no solo de sus éxitos y fracasos, sino también del mundo.

 

Contrariamente a las afirmaciones occidentales, el PCCh está más abierto al diálogo de lo que uno podría suponer y –me atrevo a aventurar– más que muchos partidos políticos occidentales. Al comprender esto, el mundo habrá derribado el último y definitivo muro cognitivo que separa a Occidente del pueblo chino.

 

 
 
*Evandro Menezes de Carvalho es profesor de derecho internacional y coordinador del Centro de Estudios Brasil-China de la Facultad de Derecho de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro, Brasil.

 

Compartir con:
Editor: Wu Wen Da-->

Copyright © 1998 - 2016

今日中国杂志版权所有 | 京ICP备10041721号-4

京ICP备10041721号-4