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Un nuevo patrón de desarrollo

Source:China Hoy Author:XU XIUJUN*
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Noviembre de 2020. Un espectáculo de luces en honor a la tercera CIIE ilumina las dos orillas del río Huangpu, en Shanghai.

 

Con el fin de adaptarse al entorno y a las nuevas condiciones de China, el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, propuso un nuevo patrón de desarrollo denominado “circulación dual”, en el que se toma al mercado interno como pilar principal, a la vez que los mercados internos y externos se impulsan mutuamente. Al ser una opción estratégica que busca reconfigurar las ventajas de China en la cooperación y competencia internacionales, este nuevo patrón de desarrollo no se limita solo a un ciclo doméstico, sino que es un doble ciclo, abierto al ámbito internacional. Esto muestra que el establecimiento de dicho patrón no puede prescindir de una apertura de alto nivel; por el contrario, la requiere para crear condiciones, moldear una fuerza motriz y fortalecer las garantías.

 

Una base sólida

 

Durante la aplicación de la política de Reforma y Apertura, China se enfocó en la construcción económica, esforzándose en la liberación y el desarrollo constante de la producción social. Gracias a ello, el desarrollo económico y social del país ha cosechado notables logros que han concitado la atención mundial. El pueblo chino ha conseguido ponerse de pie, enriquecerse y fortalecerse, lo cual ha sentado una base sólida para el establecimiento de un nuevo patrón de desarrollo.

 

En términos del volumen global de su economía, el PIB de China creció de 367.900 millones de yuanes en 1978 –cuando comenzó a aplicarse la Reforma y Apertura– a 99,1 billones de yuanes en 2019, mientras que su participación en el PIB mundial aumentó del 1,8 % a alrededor del 17 %, lo que ha contribuido enormemente al crecimiento económico mundial. En términos de las relaciones económicas con el exterior, el volumen total de importaciones y exportaciones de bienes de China pasó de 20.600 millones de dólares a más de 4,5 billones de dólares. El uso acumulado de la inversión extranjera directa superó los 2,2 billones de dólares y la inversión total en el exterior ha alcanzado casi los 2,2 billones de dólares. En términos del desarrollo sectorial, China ha logrado establecer el sistema industrial moderno más completo del mundo. Sus principales productos agrícolas ocupan los primeros lugares a nivel mundial y la tasa de aportación al crecimiento económico del sector servicios va aumentando de forma constante. En términos de infraestructura, China cuenta con la red ferroviaria más moderna y la red ferroviaria de alta velocidad más avanzada del mundo. La construcción en materia de carreteras, transporte fluvial, aviación, tuberías, redes eléctricas e información logística ha tenido un desarrollo vertiginoso. Asimismo, 1400 millones de chinos se han librado de la escasez de materiales y la tasa de incidencia de la pobreza rural se ha reducido al 0,6 %. El alivio de la pobreza ha alcanzado logros decisivos. China es actualmente la segunda economía del mundo, el primer país manufacturero y de comercio visible, el segundo país consumidor de productos y de ingreso de capital extranjero y durante muchos años consecutivos ha ocupado el primer lugar del mundo en reserva de divisas. El desarrollo de China en la nueva era, por lo tanto, cuenta con un punto de partida más alto.

 

13 de noviembre de 2020. Una instalación colocada en la Plaza Shibouyan, junto al río Huangpu en Shanghai, para celebrar los 30 años de apertura de la zona de Pudong.

 

Al mismo tiempo, debe reconocerse claramente que China continúa siendo el país en vías de desarrollo más grande del mundo, por lo que los problemas causados por el desarrollo desequilibrado e incompleto siguen pendientes de solución: la fuerza del crecimiento económico es insuficiente, la capacidad de innovación no es fuerte, la calidad y el rendimiento del desarrollo no son lo necesariamente altos, la tarea de satisfacer las demandas crecientes de la población para una vida mejor sigue siendo ardua y los cimientos del nuevo patrón de desarrollo no son lo suficientemente sólidos. La clave para resolver estos problemas es el desarrollo. Sin embargo, en un mundo interdependiente no sirve desarrollarse a puertas cerradas. La apertura al exterior de China pone de manifiesto que la apertura trae progreso, mientras que el cierre genera atraso. En un mundo interconectado, los países se relacionan según sus intereses y están unidos por un mismo destino, por lo que la apertura es la única forma de fortalecer el país, de desarrollarlo y de enriquecer a la población. Hoy existe una necesidad urgente de un desarrollo de mayor calidad impulsado por una apertura de alto nivel que consolide la base de la circulación doméstica y haga que esta juegue un papel orientativo en la “circulación dual”.

 

Importantes desafíos

 

En los últimos años, cada vez más países afrontan el problema de “los tres bajos y los tres altos”: un bajo crecimiento, una baja inflación y una baja tasa de interés, y una alta deuda, una alta diferencia de ingresos y un alto precio de los activos. El crecimiento económico mundial ha experimentado una serie de inesperadas recesiones. Debido al impacto de la pandemia de COVID-19, los riesgos que podrían obstaculizar el crecimiento económico son cada vez mayores y más acelerados. La contracción de la economía de muchos países ha sido grave. El motor del crecimiento de la economía mundial resulta insuficiente. En octubre pasado, el Fondo Monetario Internacional publicó el informe “Perspectivas de la economía mundial”, en el que estima para este año una contracción del 4,4 % en la economía global, una disminución de 7,2 puntos porcentuales con respecto a 2019. En este contexto, el impulso al mercado doméstico ha sido trastocado y la promoción de la “circulación dual” enfrenta importantes desafíos. A fin de crear nuevos motores de desarrollo, China debe promover la construcción de una economía mundial abierta a través de una apertura de alto nivel, impulsar la reforma estructural por el lado de la oferta y promover así un desarrollo de alta calidad.

 

De acuerdo con las teorías económicas y las prácticas de desarrollo a lo largo de la historia, la apertura al exterior es un importante impulso para el progreso económico y social y para la prosperidad y el desarrollo de una nación. Esto se aplica especialmente en el caso de China. Desde un punto de vista teórico, una apertura de alto nivel puede incorporar a China en la división internacional del trabajo de forma profunda, haciendo que comparta los beneficios generados por el comercio y aplique un enfoque de ganancia compartida con el resto del mundo. Mientras tanto, puede promover la innovación tecnológica y ayudar a superar los puntos de estancamiento en esta materia, así como reforzar las ventajas de las industrias, los productos y las cadenas industriales, creando una situación en la que la interdependencia entre China y el mundo esté garantizada. Desde un punto de vista práctico, los 40 años de desarrollo de la Zona Económica Especial de Shenzhen son un ejemplo convincente. Como área pionera, vanguardista y experimental de la política de Reforma y Apertura, Shenzhen ha trabajado arduamente para liberar y desarrollar la productividad social en estas cuatro décadas y promover activamente la innovación tecnológica. El PIB local ha aumentado de 270 millones de yuanes en 1980 a 2,7 billones de yuanes en 2019, a un incremento anual del 20,7 %. El volumen de su economía se sitúa en el quinto lugar entre las ciudades de Asia, mientras que sus ingresos fiscales crecieron en ese lapso de menos de 100 millones de yuanes a 942.400 millones de yuanes. El volumen total de importaciones y exportaciones pasó de 18 millones de dólares en 1980 a 431.500 millones de dólares en 2019, a un aumento anual del 26,1 %. El ingreso disponible per cápita en 2019 fue de 62.500 yuanes, 31,6 veces el registrado en 1985. En estos 40 años, Shenzhen ha sido la primera ciudad en cumplir con el objetivo de construir una sociedad modestamente acomodada. Ha logrado un salto histórico, ya que no solo ha satisfecho las necesidades básicas de la población, sino que ha logrado establecer una sociedad modestamente acomodada de alta calidad, pasando de ser una ciudad fronteriza atrasada a convertirse en una metrópoli internacional con influencia mundial.
18 de octubre de 2020. Dos niños se divierten con juegos de realidad virtual en una exposición llevada a cabo en la ciudad de Nanchang, provincia de Jiangxi.

 

 

El proteccionismo, el unilateralismo y el populismo prevalecen en la actual sociedad internacional y la globalización económica ha entrado en una difícil etapa. Sin embargo, la globalización económica sigue siendo una corriente acertada y la división del trabajo, la cooperación entre los países y el beneficio mutuo son tendencias que se mantendrán a largo plazo. Si bien la apertura de China se enfrenta a una contracorriente en el entorno exterior, el país ha acumulado numerosas experiencias durante la política de Reforma y Apertura, las cuales brindan continuos impulsos al desarrollo en la nueva era. China debe fortalecer y estabilizar las industrias y productos con ventajas significativas a través de la innovación tecnológica y la expansión a gran escala en el proceso de apertura de alto nivel, convirtiéndolos en eslabones claves insustituibles en la cadena industrial global, lo que permitirá dar un inagotable impulso a la “circulación dual”.

 

 
 
*Xu Xiujun es director e investigador del Departamento de Economía y Política Internacional del Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia China de Ciencias Sociales.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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