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La gran transformación de Abuluoha

Source:China Hoy Author:MA LI
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En el “Límite de Calor”, uno de los 24 periodos climáticos del calendario lunar, la población del monte Daliang cosecha nueces y cayutanas chinas. Es la madrugada del 24 de agosto y cae una llovizna en la aldea de Abuluoha. Es aquí donde viven Qiesha Cier y su esposa, quienes guardan las nueces que cosecharon y secaron al sol hace apenas dos días. Gracias a la construcción de un camino que llega directamente a la aldea, pronto llegarán visitantes, con lo cual el matrimonio recibirá el primer ingreso de productos agrícolas del año.

 

Situada en el distrito de Butuo, en la prefectura autónoma de la etnia yi de Liangshan, provincia de Sichuan, Abuluoha está rodeada por montañas en tres lados y por un río en el otro. Al encontrarse en un lugar remoto, en la década de 1960, el gobierno local ubicó aquí a más de 300 personas afectadas por la lepra, razón por la cual se le solía llamar la “aldea de los leprosos”. La lepra ha sido erradicada en China hace mucho tiempo y, desde entonces, se han modernizado notablemente las instalaciones y los servicios de esta pequeña aldea que había estado aislada y en ruinas. Abuluoha se ha transformado por completo.

Una carretera rural y casas nuevas en la aldea de Abuluoha.

 

Un suceso feliz

 

Unas semanas antes, el 10 de julio, Qieci Shigan, el hijo mayor de Qiesha Cier, llevó a su novia a la aldea. Para Abuluoha, donde apenas viven 253 personas de 65 familias, la noticia fue un suceso feliz.

 

“La novia de mi hijo es de otro lugar, y ahora los dos están planeando casarse y discutiendo cómo celebrar la boda”, dice Qiesha Cier. En la aldea, la costumbre dicta que el novio le debe entregar una dote a la novia, que consiste en diversos regalos, cuyo valor normalmente asciende a 100.000 o 200.000 yuanes (14.780 o 29.560 dólares). Por eso, casarse supone un enorme gasto para la familia del novio, que muchas veces contrae serias deudas. “La novia de mi hijo no ha mencionado lo de los regalos, ya que en su ciudad no existe esta tradición, lo cual es un gran alivio económico para nosotros”, señala Qiesha Cier.

 

En octubre del año pasado, Qieci Shigan dejó su aldea natal para irse a trabajar en Yantai, en la provincia de Shandong. Durante el semestre que estuvo fuera, hubo grandes cambios en Abuluoha. “El año pasado tardé cuatro horas en irme caminando de la aldea, pero esta vez que vengo de visita, he podido tomar un autobús que me ha dejado directamente en la puerta de mi casa”.

 

A principios de este año se construyó un teleférico en Abuluoha que puso fin a los sacrificados viajes de los locales, quienes debían atravesar la montaña y, como Qieci Shigan, demoraban cuatro horas en salir de la aldea. El 26 de junio se construyó un camino asfaltado, ya que hasta ese entonces Abuluoha era la única comunidad rural a la que no se podía acceder por un camino abierto al tráfico, y cuatro días más tarde, 33 familias –29 de ellas bajo la línea de la pobreza– fueron reubicadas en nuevas viviendas de dos pisos, financiadas por el gobierno local. La familia de Qiesha Cier estuvo entre las beneficiadas.

 

“No tuvimos que pagar nada y estamos viviendo en una casa nueva de dos pisos, de más de 80 m2, con un baño con escusado, televisión y lavadora. Jamás me habría imaginado que, en solo unos meses, nos mudaríamos de una casa oscura de adobe a este edificio iluminado”, menciona Qiesha Cier.

 

La aldea de Abuluoha está situada en un valle rodeado por montañas.

 

Un sueño hecho realidad

 

En abril de este año, Jizi Mozi, la esposa de Qiesha Cier, padeció repentinamente una insuficiencia renal. “Antes de tomar el teleférico, llamé al servicio de emergencias del distrito para que la ambulancia nos esperara al otro lado y nos llevara directamente al hospital”, recuerda Qiesha Cier. Si no se hubiese construido un teleférico, la pareja habría tardado al menos cinco o seis horas en llegar al hospital.

 

Antes de que se construyera un camino pavimentado abierto al tráfico vehicular, la gente de Abuluoha temía cada vez que alguien se enfermaba o una mujer iba a dar a luz, ya que bajar a caballo era extremadamente difícil, aún más para alguien en dicho estado. “Debido a lo abrupto que era el sendero, muchas mujeres no lograban llegar al hospital a tiempo y debían parir en el camino”, señala Jilie Ziri, secretario de la célula del Partido Comunista de China (PCCh) de la aldea de Abuluoha. Por eso, la construcción de una vía de acceso se convirtió en una necesidad urgente para la población local, así como para los gobiernos de nivel provincial, municipal y distrital, que aunaron esfuerzos para entregar a la aldea un “camino de vida” en el precipicio. Esta no fue una tarea fácil debido a la altitud, las condiciones geográficas y los aludes. “Al excavar se producían derrumbamientos de tierra, lo cual nos obligaba a detener la construcción constantemente”, menciona Chen Ju, del departamento de calidad técnica de Sichuan Road and Bridge Group.

 

En noviembre de 2019, el proyecto se detuvo ante las dificultades. En medio de esta situación, Sichuan Road and Bridge Group organizó un equipo de más de diez ingenieros de alto nivel, quienes definieron un nuevo plan: una vía que llegara a Abuluoha de 3,8 km de largo, con tres túneles y un puente de acero a lo largo de un tramo de 1,2 km, lo cual era algo inusual para una ruta rural.

 

Tras un año de esfuerzos, el camino finalmente se abrió al tránsito vehicular el 26 de junio pasado. “Muchas personas se preguntaron si había valido la pena gastar decenas de millones de yuanes y un año de trabajo, además de una gran cantidad de mano de obra en esta vía rural”, dice Jilie Ziri. Con ese mismo dinero, sugerían algunos internautas, se podría haber reubicado a la gente de Abuluoha en lugares más convenientes y haber distribuido el dinero restante entre las familias. “Estudiamos si era factible la posibilidad de traslado”, explica Jielie Ziri. “Sin embargo, a la gente de la aldea le habría costado adaptarse a un lugar desconocido porque además habría perdido su capacidad de subsistencia al salir de las montañas. Una vez gastado el dinero entregado por el gobierno local, probablemente habrían caído en la pobreza nuevamente”. Según Jilie Ziri, esta inversión que ha supuesto un elevado costo en el corto plazo, promoverá el desarrollo de los lugareños a largo plazo.

 

Jilie Ziri, secretario de la célula del PCCh de la aldea de Abuluoha. Fotos de Dong Ning

 

Desarrollo sostenible

 

“Tenemos hasta fines de este año para salir por completo de la pobreza. No queremos quedarnos atrás. Acabamos de calcular el ingreso per cápita anual de la población local, y entre agosto de 2019 y agosto de 2020, este alcanzó los 9000 yuanes (1330 dólares), con lo cual hemos superado oficialmente la línea de la pobreza”, destaca Jilie Ziri. De este modo, deshacerse de la etiqueta de “distrito pobre” será uno de los mayores logros para Abuluoha este año.

 

Bajo el liderazgo de Jilie Ziri, la aldea han ido desarrollando una agricultura moderna ecológica, gracias a la cual se han cultivado nueces y cayutanas chinas, además de 3,3 hectáreas de naranjas y ocho hectáreas de mangos. “Vamos a expandir la plantación de mangos el próximo año hasta las 33,3 hectáreas, lo cual supondrá un gran incremento de nuestro principal ingreso”.

 

Este año el comité de la aldea ha llevado a cabo cursos de formación para operar excavadoras y aprender a podar nogales y árboles de cayutanas chinas, con lo cual muchas mujeres han adquirido nuevas herramientas que les permitirán buscar empleo en otros lugares.

 

Desde la pequeña plaza del comité de la aldea de Abuluoha, se ve a lo lejos el hermoso paisaje del valle del río Jinsha. En un futuro, con el apoyo político y la inversión foránea, Jilie Ziri espera convertir más de 30 casas antiguas situadas a la orilla del río en hostales turísticos, además de desarrollar excursiones al aire libre, senderismo y otras actividades de esta índole.

 

Jilie Ziri recuerda las palabras del presidente de China y secretario general del Comité Central del PCCh, Xi Jinping, una vez que llevó a cabo una investigación en un poblado de la etnia yi del monte Daliang durante la Fiesta de la Primavera de 2018: “Ni una etnia, ni una familia y ni un individuo deben ser dejados atrás en nuestro anhelo por una mejor calidad de vida”. Para la gente de Abuluoha, este compromiso finalmente se ha convertido en una realidad.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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