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Ayuda en pos de la educación

Source:China Hoy Author:WEN QING*
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Acaba de finalizar la temporada de lluvia en la prefectura autónoma de la etnia yi de Liangshan, en la provincia de Sichuan. Jineng Xiaofei, de 6 años, se levanta temprano por la mañana en la aldea de Jiebanada, ubicada al pie de las montañas, entre nubes y niebla. Cuando se lava y termina su desayuno, el cielo ya está despejado, revelando un azul intenso. Como siempre, el pequeño Xiaofei toma la mano de su madre y va al jardín preescolar de la aldea.

 

“Aplaudir y lavarse las manos con frecuencia”, es lo que dice la canción que Xiaofei y sus compañeros de clase entonan al comenzar su jornada de estudio. Su aldea se encuentra en el distrito de Zhaojue, en la prefectura autónoma de Liangshan. Zhaojue alberga la mayor población de personas de la etnia yi en China. Sin embargo, debido a su ubicación geográfica, a la falta de educación, a la ausencia de transporte, entre otros factores, la aldea aún no ha podido liberarse de la pobreza por completo.

 

Ante ello, la prefectura de Liangshan ha puesto especial énfasis en la educación y ha lanzado un proyecto para que los niños de la etnia yi aprendan chino antes de iniciar la escuela, con el fin de que tengan una buena base lingüística que les proporcione mayores oportunidades a futuro.

 

“Antes de ir a la escuela, Xiaofei apenas podía hablar chino, pero ahora ha aprendido bastante y muchas veces me enseña a hablar cuando está en casa”, señala Xiaolan, su madre.

 

22 de agosto de 2020. Un grupo de niños estudia en la comunidad residencial Muendi del distrito de Zhaojue.

 

La importancia del chino

 

Toda la gente de la etnia yi que vive en diferentes zonas de Liangshan se comunica en lengua yi para el día a día. Por eso, muchos niños comienzan a aprender chino recién cuando inician la primaria. Ese es el caso de Jineng Wuha, hermano de Xiaofei, quien tiene 9 años y está en el segundo ciclo de primaria. Sus notas no han sido las mejores. “Estoy bastante preocupada”, confiesa su madre ante el bajo rendimiento escolar de Wuha.

 

Al no tener un buen nivel de chino, muchos niños de la etnia yi tienen problemas al iniciar la educación obligatoria en el primer grado de primaria. Presentan dificultades de aprendizaje, déficit de atención y, en algunos casos, dejan la escuela. Esto también afecta sus posibilidades de empleo a futuro, que es uno de los temas que más inquieta a Xiaolan, ya que lo ha vivido en carne propia. Ella ha trabajado en las provincias de Guangdong y Gansu, entre otros lugares, junto con su esposo. “Cuando salí de la aldea por primera vez, no podía entender lo que decían los demás y no podía hablar chino. Fue muy difícil”, recuerda. Por eso, no quiere que sus hijos corran la misma suerte.

 

Una buena educación preescolar es un importante primer paso para evitar la transmisión intergeneracional de la pobreza en Liangshan. En mayo de 2018 se puso en marcha el proyecto piloto “Aprendiendo chino en la etapa preescolar”, mediante el cual se crearon 2724 centros de educación preescolar a nivel de aldeas, incluida la aldea de Jiebanada. Desde entonces, 112.800 niños han aprendido chino, entre ellos Jineng Xiaofei.

 

“Además del chino, también les enseñamos buenos hábitos de vida, tales como lavarse los pies antes de irse a la cama todas las noches y lavarse las manos antes de comer”, dice Luo Ying, profesora del jardín infantil. Antes, muchas personas compartían los mismos espacios con sus animales, lo cual traía una serie de problemas de higiene y salud. Por eso, ayudar a los niños a que desarrollen buenos hábitos también es una de las principales tareas de la educación preescolar.
21 de agosto de 2020. Niños de la etnia yi estudian en el jardín preescolar de la aldea de Jiebanada.

 

 

En la prefectura de Liangshan se ha ido alcanzando el objetivo de que cada aldea tenga un jardín infantil. Además, cada niño recibe un subsidio diario de 3 yuanes para el almuerzo, con el fin de atraer más pequeños al jardín. “Muchos padres venían porque podían almorzar gratis al mediodía, pero con el tiempo descubrieron también que sus hijos habían progresado, lo cual fue muy positivo”, explica Huang Jing, directora de la Oficina del Programa “Aprendiendo chino en la etapa preescolar” en Liangshan.

 

“El primer grupo de graduados del jardín infantil ha iniciado ya la educación obligatoria. A través de una serie de encuestas, hemos descubierto que están más enfocados en clase, que están dispuestos a comunicarse activamente con los maestros y que tienen mejores calificaciones”, destaca Huang Jing. En diciembre de 2019, la Universidad de Comunicación de China realizó una evaluación para medir el desarrollo del lenguaje en los niños en edad preescolar de Liangshan, tras haber ingresado al primer grado de la escuela primaria, y la tasa de aprobación fue del 99,03 %. Además de las lecciones de chino, los niños también reciben clases de lengua yi y de cultura tradicional, con el fin de conservar sus raíces.

 

Jineng Yunfu, hermano menor de Xiaofei, ya tiene la edad suficiente para asistir al jardín infantil. “También lo enviaré, al igual que Xiaofei, para que aprenda a hablar bien chino”, asegura Xiaolan.

 

Cursos vespertinos para campesinos

 

Si bien se ha puesto especial énfasis en la educación preescolar, también hay cursos vespertinos de formación para ayudar a los agricultores de Liangshan a desarrollar determinadas habilidades.

 

Adi Aqie, de 36 años, se dirige en moto a la escuela vespertina ubicada en el centro del pueblo. Lama Wusha, un técnico del buró de agricultura del distrito, ofrecerá una clase, la cual Adi Aqie no quiere perderse, ya que le interesa saber cómo aumentar su producción de papas, entre otros temas relacionados. Ha habido varias tormentas de granizo este año y muchas plántulas de papa no sobrevivirán, por lo que la cosecha podría verse seriamente afectada. Conforme van llegando otros pobladores de la aldea, el técnico agrícola Lama Wusha comienza su clase en lengua yi.

 

La aldea de Xiaoshan se encuentra en el poblado de Mianshan, distrito de Xide. Es el único pueblo de la zona bajo la línea de la pobreza, lo cual se debe, en gran parte, a la falta de habilidades y tecnología en los métodos de producción. “Sin ciencia y tecnología los campesinos no pueden prosperar”, señala Bajiu Ertie, secretario de la célula del Partido Comunista de China (PCCh) de la aldea de Xiaoshan. En noviembre de 2015, una de sus cerdas parió 10 crías, pero todas murieron de frío, ya que la familia no supo cómo cuidarlas.

 

Para no correr la misma suerte, Wu Xiao, entonces primer secretario de la célula del PCCh de la aldea, instó a varios granjeros a ver un video sobre el manejo de lechones, y en especial cómo cuidarlos durante el invierno. De ese modo se fueron organizando otros talleres, los cuales dieron origen al centro de formación vespertino.
24 de agosto de 2020. Clases vespertinas para pobladores de la aldea de Xiaoshan, en el distrito de Xide. Fotos de Dong Ning

 

 

“Pese a llamarse escuela vespertina, los cursos no solo se imparten por la tarde o la noche. Estos se ajustan a las necesidades de los campesinos, por lo que la hora y el formato son flexibles, de modo que pueden hacerse en el campo o en el pueblo”, señala Bajiu Ertie. “Cuando hace buen tiempo, todos se sientan en la plaza del centro de la aldea y atienden la clase mientras disfrutan del sol”. Los campesinos tienen lecciones al menos una o dos veces al mes y los maestros son diversos. “Los funcionarios universitarios de las aldeas y los cuadros del PCCh de alivio de la pobreza pueden hablar sobre políticas y leyes, mientras que los expertos en agricultura y ganadería pueden explicar los métodos de plantación y producción”, detalla Baju Ertie. En definitiva, se trata de hacer buen uso de todos los recursos disponibles.

 

Por ejemplo, a principios de mayo, la escuela se trasladó a los corrales donde estaban las aves y el ganado, e invitó a expertos a hablar sobre métodos y cuidados a la hora de vacunar a los animales. Por otro lado, durante el Festival de la Antorcha y el Año Nuevo de la etnia yi se llevan a cabo capacitaciones sobre seguridad laboral y arbitraje, a fin de que los trabajadores estén al tanto de sus derechos. La escuela también organiza cursos para aprender a soldar, excavar, cocinar, entre otros oficios, de acuerdo con las necesidades de la población local.

 

Según el técnico agrícola Lama Wusha, el mayor cambio generado ha sido el de hacer que la gente crea en la ciencia. Las personas del pueblo no creían en la importancia de las vacunas para prevenir las enfermedades en los animales. “Ahora, sin embargo, todo el ganado del pueblo será vacunado”, anuncia Lama Wusha. “Además, hemos enfatizado la importancia de mantener limpios los corrales para reducir el riesgo de infecciones y otras enfermedades”.

 

“Antes, mi familia perdía vacas y ovejas todos los años debido a las enfermedades, pero yo no creía en las vacunas. Después de venir a clases y escuchar al maestro, he empezado a vacunar a mis animales”, señala Adi Aqie. “Mientras siga aquí seguiré participando en los cursos que imparta la escuela, a fin de seguir aprendiendo y convertirme en un agricultor moderno”.

 

 
 
*Wen Qing es periodista de Beijing Review.

 

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