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La fuerza de los institutos Confucio en América Latina

Source: Author:ABEL ROSALES GINARTE
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Enseñar el idioma y la cultura de China, además de velar por el cumplimiento de los más altos estándares de calidad pedagógica y educacional son los objetivos fundamentales de los institutos Confucio en el mundo. Los centros educativos de América Latina han recibido con beneplácito su llegada a la región. En 2018 se celebraron los 11 años de vida del Instituto Confucio de la Universidad Santo Tomás (Chile), creado conjuntamente con la Universidad de Anhui. Al evento que tuvo por sede el Centro Regional de los Institutos Confucio en América Latina (CRICAL) asistió el expresidente chileno Eduardo Frei, quien destacó: “Quiero agradecer y brindar un gran saludo al Instituto Confucio y a la Universidad Santo Tomás, que tuvo la visión de apuntar al Asia-Pacífico hace más de una década, en tiempos en que nadie creía en las oportunidades que se podrían alcanzar”.

 

El 21 de noviembre de 2007 en la ciudad de Viña del Mar se inauguró dicho instituto que en la actualidad cuenta con 19 sedes de Arica a Punta Arenas, gracias a la plataforma de la Universidad Santo Tomás. En 2018 alrededor de 2000 alumnos estudiaron chino en sus sedes y se organizaron más de 200 actividades culturales en las que participaron más de 60.000 personas. Los institutos Confucio son respaldados y subvencionados por el Ministerio de Educación de China, a través de la Oficina General del Instituto Confucio (Hanban). “En 2006 salió en el diario un aviso que un profesor chino dictaría clases en mi ciudad Viña del Mar (en ese tiempo aún no se inauguraba el Instituto Confucio), por lo que decidí probar”, recuerda Carolina Díaz Ponce, quien en esa época estaba haciendo su tesis de la carrera de Gestión en Turismo y Cultura sobre los turistas chinos que iban a Chile. “Pensé que estudiar chino me ayudaría a entender mejor ese mercado”.

 

La chilena Carolina Díaz Ponce agradece a Hanban por la oportunidad de continuar sus estudios en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing.

 

En 2008 obtuvo una beca del Gobierno chino y “me enamoré de este país”, le dice a China Hoy esta joven chilena, quien tras su regreso al país comenzó a trabajar como profesora en el Instituto Confucio de la Universidad Santo Tomás. “Mis experiencias impartiendo clases me hicieron descubrir mi amor por la enseñanza y por el idioma chino, por lo que finalmente en 2015 decidí postular a la beca de Hanban para hacer un año de idioma chino y dos del máster en enseñanza del idioma chino en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing, que terminé el año pasado”.

 

“Estos años he aprendido muchísimo y estoy muy agradecida por la oportunidad que me dio Hanban de continuar mis estudios en China”, menciona Díaz Ponce, quien recién acaba de comenzar su doctorado y espera poder aportar en el futuro a la construcción de mejores canales de comunicación entre China y el mundo hispanohablante. “En los últimos años la cooperación entre nuestros países y China ha crecido exponencialmente y se espera que esta tendencia siga, y no solo en términos de comercio, sino también científico, cultural, tecnológico, artístico y otros más”. Opina que para que tales intercambios generen mejores frutos es importante que ahora la gente se eduque. En este sentido cita una frase de Confucio: “La educación genera confianza, la confianza genera esperanza y la esperanza genera paz”.

 

Expandir los horizontes

 

En Perú existen institutos Confucio en la Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima), la Universidad Ricardo Palma (Lima), la Universidad de Piura y en la Universidad Católica de Santa María (Arequipa). “Desde que estudiaba en la secundaria me apasionaban los idiomas y encontré la carrera perfecta: traducción e interpretación en la Universidad Ricardo Palma. Si bien tenía conocimientos de inglés, aún tenía que elegir correctamente el segundo idioma extranjero, el cual fue el chino mandarín”, dice a China Hoy el joven peruano Marcos Benites. En esa decisión influyeron sus progenitores. “Yo tenía 17 años y mis padres me hablaban mucho del chino, que sería el idioma del futuro. Ese fue un punto importante en mi decisión. Desde entonces me enamoré de este idioma tan inusual y diferente”.

 

“Desde el primer día de clases se hablaba de la beca de Confucio para ir a estudiar a China. Evité pensar en ella dos años, y empecé a prepararme para los exámenes HSK”. Luego de aprobarlos, recibió la feliz noticia de que lo habían aceptado en la Universidad Normal de Hebei. “No pude ser más feliz en ese momento. Tenía 19 años y ya estaba en la mitad de la carrera”. La Universidad Normal de Hebei, ubicada en la ciudad de Shijiazhuang, provincia de Hebei, está a menos de dos horas de Beijing en tren rápido. “Fue increíble. Además, tuve la oportunidad de no solo practicar mi chino, sino también de conocer amigos de diferentes partes del mundo”, recuerda Benites, quien también visitó ciudades chinas como Tianjin, Beijing, Harbin, Shandong, Pingyao, Hong Kong y Macao.

 

Considera que la beca de Hanban otorgada en 2015 fue “la oportunidad más grande e importante que he tenido hasta ahora. Acabo de culminar mis estudios universitarios y las oportunidades para hacer uso del idioma chino no solo en mi país, sino en el mundo son vastas”. Está decidido a aumentar su vínculo profesional con China. “Los institutos Confucio han ayudado, ayudan y seguirán ayudando a jóvenes que quieran expandir sus horizontes a probar cosas nuevas. Conozco a muchos profesores del Instituto Confucio y sé que son de primera categoría, por eso todos deberían aprovechar las oportunidades que brindan, que son valiosas y únicas”, concluye.
El peruano Marcos Benites considera que la beca de Hanban otorgada en 2015 fue la oportunidad más importante que ha tenido. La Gran Muralla es uno de sus sitios favoritos.

 

 

Un cambio de vida

 

El cubano Wilson Barroso Díaz comenzó a estudiar chino hace ocho años en la Casa de Artes y Tradiciones Chinas en La Habana. “Frecuentemente iba a la biblioteca del Instituto Confucio porque allí tienen muy buenos materiales de estudio y dos años después entré al instituto”, cuenta a China Hoy en la Universidad de Energía Eléctrica del Norte de China, donde actualmente estudia. En el Instituto Confucio de la Universidad de La Habana Barroso comenzó en tercer nivel y durante el cuarto año participó en el concurso “Puente Chino”, en el que obtuvo el tercer lugar.

 

“Estudié pintura y caligrafía china con un profesor cubano y eso me ayudó a conocer mucho más el arte y el idioma que me abrieron las puertas de China”. En 2015 le propusieron optar por la beca de Hanban que obtuvo ese mismo año. “El 5 de septiembre de 2015 llegué a China y agradezco mucho a mis profesores porque aquí aprendí el idioma y he conocido a personas de muchos países del mundo”. Reconoce que las becas de Hanban tienen la magia de abrir muchas puertas. “Te facilitan adaptarte a la vida aquí. Siento que la he aprovechado porque hemos visitado muchos sitios como Shanghai, Nanjing y Anhui, que son experiencias que han marcado mi vida”.
En 2017, gracias al cubano Wilson Barroso, la Universidad de Energía Eléctrica del Norte de China llegó por primera vez a la ronda final del concurso “Estrella de chino”.

 

 

Uno de los momentos más especiales que ha vivido en China fue el examen HSK al terminar la beca de Hanban. “Hice el examen HSK 5 con muy buenos resultados, fui la nota más alta de mi escuela ese año y luego la escuela me dio la oportunidad de estudiar la maestría que estoy terminando”. En 2017 participó en el concurso “Estrella de chino” para extranjeros que estudian en China, un momento especial para su universidad. “Obtuve el puesto 16 en la final. Fue la primera vez que mi escuela llegó a la final y el impacto fue tal que me incluyeron en el salón de la fama de la universidad”. Wilson Barroso considera que tal resultado se debió a lo que había aprendido en sus años en el Instituto Confucio. “Allí aprendí que a toda competencia de chino que vaya debo de llevar una representación cultural, y la que llevé a ‘Estrella de chino’ fue una de pintura y caligrafía china, y al jurado le gustó mucho”. Durante estos años Barroso ha aprendido a ver el futuro con más claridad. “La beca de Hanban me ha cambiado la vida enormemente desde todos los puntos de vista. Antes miraba a China como algo lejano y ahora es una realidad”.

 

Según la agencia Xinhua, actualmente en América Latina existen 40 institutos Confucio y 12 salones de enseñanza, en los que estudian más de 100.000 alumnos, de los cuales alrededor de 500 viajan anualmente becados a China, atraídos por el idioma, las tradiciones milenarias y el interés por los actuales avances del país asiático.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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