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El impacto en Perú de las reformas chinas

Source: Author:MARÍA OSTERLOH*
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Las reformas económicas implementadas por China desde 1979 hicieron posible la dinamización de su economía de manera excepcional, pasando a la historia como el país que crecía a un promedio de 9 % anual y que consiguió sacar a 700 millones de personas de la pobreza, principalmente gracias a su apertura económica, integración e interacción con el comercio internacional.

 

Como parte del proyecto de modernización del entonces líder Deng Xiaoping, la economía china que se encontraba en transición necesitaba atraer inversión extranjera, abastecerse tanto de insumos y materias primas como de tecnología y buscar mercados donde colocar sus productos.

 

19 de noviembre de 2008. La gente celebra la amistad sino-peruana con la danza del dragón ante el Palacio de Gobierno en Lima, Perú.
El despertar

 

La economía peruana de la década de 1980 se vio beneficiada gracias al despertar del dragón y su demanda por materias primas. Durante esta década, China se convirtió en el principal comprador de harina de pescado para el Perú y en menor cuantía de metales como el zinc y plomo. Asimismo, durante esos años se firmaron diferentes convenios comerciales y convenios de cooperación económica y técnica. Por ejemplo, en 1986, durante su visita a China, el primer ministro peruano, Luis Alva Castro, firmó un protocolo intergubernamental de comercio. Así también, en 1988, durante la visita al Perú del ministro de Economía y Comercio Exterior de China, se firmó un convenio de cooperación económica.

 

Por el lado del comercio bilateral, las exportaciones peruanas a China crecieron de 83 millones de dólares en 1980 a 181 millones de dólares en 1989, mientras que las importaciones se incrementaron de 11 millones de dólares a 21 millones de dólares en el mismo lapso.

 

Ya para 1988 las empresas chinas estaban interesadas en invertir en el Perú. En ese año, durante la visita a China del entonces canciller peruano, Allan Wagner, se habló del interés de las empresas chinas de invertir en proyectos de minas de cobre y hierro y en pesquería. Incluso, delegaciones chinas llegaron al país para estudiar la posibilidad de inversión, pero debido a la inestabilidad política y de seguridad que se vivía en el país decidieron aún no hacerlo. Sin embargo, la inversión china durante la década de 1980 no fue inexistente, pues, según registros oficiales, en 1980 el monto invertido fue de 2500 dólares y de 18.000 dólares en 1988, debido a que algunas empresas chinas abrieron oficinas en Lima.

 

Para la década de 1990, el Perú estaba sumido en una crisis económica. El presidente recién electo Alberto Fujimori decidió implementar políticas económicas que abrieran la economía al, por ejemplo, bajar los aranceles, privatizar las empresas públicas que eran ineficientes y atraer inversión extranjera dando seguridad jurídica y facilidad de invertir en cualquier sector.

 

Además, el interés de China de invertir en América Latina toma realce desde esta década, cuando se da impulso a la política de internacionalización de las empresas chinas, o también llamada “Going Out Policy”. Es así que en 1992 China hace por primera vez una inversión muy grande fuera de Asia con la compra de la empresa estatal Hierro Perú por la compañía Shougang Corporation por un monto de 120 millones de dólares (China se convirtió en el cuarto mayor inversor en el Perú en ese año). A esto le siguió la inversión de la empresa China National Petroleum Corporation (CNPC) en el sector petrolero en 1994. En junio de este último año, ambas naciones suscribieron un acuerdo bilateral de inversiones que entró en vigor en 1995.

 

Desde 1990 las ventas del Perú a China se incrementaron por el aumento en la demanda de materias primas, especialmente de minerales. Así las exportaciones a China pasaron de 194 millones de dólares en 1992 a 309 millones de dólares en 1999.

 

Ya en la década del 2000, tanto el comercio como la inversión china en el Perú empezaron a crecer de manera más exponencial. Entre los años 2000 y 2010, las exportaciones peruanas a China se incrementaron casi 10 veces, de 560 millones de dólares a 5436 millones de dólares, respectivamente, y las importaciones desde China en casi 40 veces, de 144 millones de dólares a 5120 millones de dólares. El aumento en el valor de las exportaciones se debió también al incremento de los precios de las materias primas desde comienzos de esta década.

 

La segunda ola

 

Asimismo, la segunda gran ola de inversión china en el Perú fue realizada entre 2007 y 2008, con tres nuevas concesiones de cobre. Primero con Toromocho en la región Junín, comprada por Chinalco (Aluminium Corporation of China) por 790 millones de dólares; seguido por Río Blanco en Piura, comprado por Zijin Consortium por 182 millones de dólares; y Galeno en la región Cajamarca, comprado por Minmetals Non Ferrous Metals Company y Jiangxi Copper Company por 455 millones de dólares.

 

En 2010 entró en efecto el tratado de libre comercio (TLC) que Perú y China suscribieron en 2009 y, gracias a esto, empezaron a aumentar las exportaciones de productos agrícolas. Esto también se debió al hecho de que el Perú consiguió los permisos fitosanitarios para exportar productos como aguacate, mango, berries, espárragos y uva. De esta forma, el Perú ha aumentado su participación en el mercado chino poco a poco y ya se ha convertido, por ejemplo, en su segundo proveedor de aguacate. Así también, en 2015 China se convirtió en el mayor socio comercial del Perú, sobrepasando a Estados Unidos.

 

Por otro lado, en 2012 China y el Perú elevaron el nivel de sus relaciones estableciéndose la Asociación Estratégica Integral para poder coordinar acciones de políticas en muchos ámbitos, como educación e infraestructura.

12 de mayo de 2008. Un agente local presenta el automóvil chino Lifan 520, cuya autorización para

cumplir el servicio de taxi fue ratificada por las autoridades peruanas.

 

En 2014, un consorcio de empresas chinas, liderado por la empresa Minmetals Group, pagó casi 6000 millones de dólares por la mina Las Bambas, que fue la más grande inversión hecha en el Perú. Por otro lado, la CNPC sigue invirtiendo. En 2015 compró de la brasileña Petrobras bloques petroleros en la selva peruana por un valor de 2500 millones de dólares.

 

El estado de las buenas relaciones se manifiesta también en las visitas que han hecho los jefes de Estado. Por ejemplo, el presidente Ollanta Humala viajó en 2013, mientras que el presidente Pedro Pablo Kuczynski eligió a China como su primer viaje oficial como mandatario en 2016.

 

Igualmente, los presidentes chinos Hu Jintao y Xi Jinping han visitado el Perú en las reuniones cumbres de APEC que se realizaron en Lima en 2008 y 2016.

 

Con respecto a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el Perú ha mostrado interés en participar, aunque aún no ha firmado un memorándum de entendimiento al respecto, el cual ha sido ya suscrito por 13 países latinoamericanos y caribeños.

 

Durante la última visita a China del canciller peruano, Néstor Popolizio, a fines de agosto de este año, se iniciaron las negociaciones para la actualización del TLC entre ambas naciones. Por otra parte, el Perú ha solicitado ser miembro del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y se espera que pronto sea miembro pleno.

 

Los 40 años desde la apertura de China al mundo han sido testigos del desarrollo compartido entre ambas naciones. Sin duda, estos lazos se seguirán fortaleciendo con el continuo desarrollo de China, que ya se ha convertido en un océano de oportunidades para el mundo.

 

 
 
*María Osterloh es investigadora del Centro de Estudios Asiáticos (CEAS) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú).

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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