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La reforma y apertura a un nuevo ritmo

Source: Author:KOU LIYAN*
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Entre el 22 y el 25 de octubre de este año, el presidente chino, Xi Jinping, estuvo en las ciudades de Zhuhai, Qingyuan, Shenzhen y Guangzhou, en la provincia de Guangdong, donde realizó una inspección en materia de profundización de la reforma y del impulso de la economía de alta calidad. Al visitar la exposición sobre el 40.° aniversario de la política de reforma y apertura, Xi recordó que su primera parada de investigación después del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) fue en Shenzhen, y que su regreso a esta ciudad buscaba ratificar el compromiso del país con la reforma y dar a conocer al mundo los nuevos milagros alcanzados por China. Al visitar la Zona Piloto de Libre Comercio de Guangdong, en las áreas de Qianhai y Shekou, el presidente reafirmó que China no cerrará sus puertas, sino que las abrirá aún más, en una decisión que muestra la posición histórica asumida por el país.

 

Vista panorámica de la Zona de Libre Comercio de Hengqin, Zhuhai.

 

De la prosperidad de algunos a la de todos

 

El punto de partida de la reforma y apertura, hace 40 años, se enfocó en pasar de la lucha de clases a la construcción de la economía. En aquel momento, la aplicación de esta política sirvió para que la gente se liberara de la pobreza y se satisficieran sus necesidades de vestimenta y alimentación. Deng Xiaoping defendió la idea de dejar que una parte de la población alcanzara la prosperidad, la cual se correspondía con la realidad de entonces.

 

El atrasado desarrollo del país permanece aún en la memoria de algunos diplomáticos chinos. Por ejemplo, el excanciller Li Zhaoxing ha recordado que conoció lo que eran el aire acondicionado, el taxi, el estacionamiento en los centros comerciales, el parquímetro, el autocine, el parque safari y los refugios para animales en la década de 1970, cuando trabajó en la Embajada de China en Kenia. Por aquellos años, la infraestructura de Beijing era mucho más obsoleta que la de Nairobi.

 

Hace cuatro décadas, China estaba dentro de los 36 países menos desarrollados del mundo. Aquí teníamos las denominadas “tiendas de cien tipos de mercancías”, las que motivaban el humor de los diplomáticos chinos, quienes, después de cumplir con sus misiones en el exterior, solían decir que los centros comerciales del extranjero debían ser llamados “tiendas de los mil tipos de mercancías”.

 

En estos 40 años de reforma y apertura, según los cálculos a precios constantes, el PIB chino se incrementó unas 33,5 veces, a un crecimiento anual del 9,5 %, es decir, que se duplicó cada ocho años. El PIB per cápita, quitando el factor de precios, aumentó unas 22,8 veces en comparación con el de 1978, a un crecimiento anual del 8,5 %. La vida de los chinos cambió totalmente. La mayoría de la población le dijo adiós a las carencias materiales y empezó a disfrutar de la vida moderna. En 1978, la población pobre ascendía a 770 millones de habitantes, mientras que a finales de 2017, la cifra había disminuido a 30,46 millones.

 

Aunque la población pobre es hoy una minoría, a ellos lógicamente también les corresponde disfrutar de los frutos de la reforma y apertura. Por eso, en el XIX Congreso Nacional del PCCh se consideró la liberación de la pobreza como una de “las tres batallas de acometimiento de lo más duro”, y el país se ha comprometido a erradicar toda la pobreza rural para 2020.
La economía nocturna tiene hoy un peso importante dentro del consumo en Shenyang, provincia de Liaoning. VCG

 

De lo unilateral a lo bilateral

 

En estas cuatro décadas, China abrió sus puertas al mundo para absorber factores útiles, así como mejorar, emancipar y desarrollar su productividad. Vale la pena recordar que el 28 de octubre de 1978, durante su visita a la empresa japonesa Panasonic, Deng Xiaoping invitó a Konosuke Matsushita, el “dios de la gestión empresarial” en Japón, a que invirtiera en China. Sin pensarlo dos veces, el empresario respondió: “Voy seguro”.

 

40 años después, a fines de octubre pasado, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, realizó una visita a China que incluyó su participación en el I Foro China-Japón de Cooperación en Terceros Mercados. Organismos gubernamentales, empresas y grupos económicos de ambas partes suscribieron 52 acuerdos de cooperación en terrenos como los de infraestructura, logística, tecnologías de la información, finanzas, energía, entre otros. El foro subrayó el concepto propuesto por China sobre “la cooperación orientada a terceros mercados”, una innovación en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta que busca integrar las ventajas chinas en capacidad productiva con la moderna tecnología de los países desarrollados y las demandas de los países en vías de desarrollo.

 

En estos cinco años transcurridos desde que China propusiera la Iniciativa de la Franja y la Ruta, más de 100 países y organizaciones internacionales han firmado acuerdos de cooperación sobre esta materia con nuestro país. En 2017, la inversión directa de las empresas chinas en 59 países a lo largo de la Franja y la Ruta alcanzó los 14.360 millones de dólares. Hasta finales de 2017, China había establecido 75 zonas de cooperación comercial en 24 países, en donde se habían asentado 3412 empresas chinas, las cuales pagaron un total de 2210 millones de dólares por concepto de impuestos, además de contribuir a crear 209.000 puestos de trabajo.

 

Los hechos demuestran que China ha pasado de una transformación unilateral, hace 40 años, a una nueva configuración de interconectividad bilateral, una nueva característica de la reforma y apertura. El presidente Xi Jinping ha señalado que se debe aplicar con firmeza la reforma y apertura y, al mismo tiempo, profundizarla, ampliarla y elevar su nivel. China cumple su palabra con acciones. En ese sentido, la primera Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, por sus siglas en inglés), celebrada a principios de noviembre en Shanghai, ha sido una importante medida tomada por China para apoyar firmemente el libre comercio, la globalización económica y la apertura de los mercados. Como ha enfatizado Xi Jinping: las puertas de China no se cerrarán, sino que se abrirán cada vez más.
Febrero de 2006. Una familia china se reúne en un restaurante de Nanjing para celebrar el Año Nuevo Chino. VCG

 

 

De lo parcial a lo total

 

Se sabe que el punto de partida de la reforma y apertura fue la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del PCCh, allá por diciembre de 1978. Sin embargo, se deben destacar dos acontecimientos.

 

El primero data del 11 de mayo de 1978, cuando en el Diario Guangming se publicó el artículo La práctica es el único criterio para verificar la verdad, lo cual impulsó el gran debate sobre el criterio de la verdad. Su resultado sentó los cimientos ideológicos de la búsqueda de la verdad en los hechos para la reforma y apertura. Un segundo acontecimiento ocurrió durante la III Sesión Plenaria del XI Comité Central del PCCh, en la aldea de Xiaogang, provincia de Anhui, donde 18 agricultores que buscaban liberarse de la pobreza validaron con su huella digital un convenio para dividir las tierras de labranza de propiedad comunal en parcelas familiares. En ese entonces, 60 agricultores de dicha aldea habían muerto por el hambre. Los organismos del PCCh y del Gobierno de nivel superior aceptaron dicha decisión y exploraron nuevas prácticas, lo que después se tradujo en el sistema de responsabilidad por contrata familiar ligada a la producción.

 

Han sido sorprendentes los cambios ocurridos en estos 40 años, tiempo en el cual la política china de reforma y apertura evolucionó desde puntos de ensayo en el campo y las fábricas hasta su aplicación en todo el país, así como desde la transformación parcial en agricultura, industria y el sector servicios hasta la disposición general basada en cinco elementos (la construcción económica, política, cultural, social y ecológica), a fin de que el país alcance la meta de ser una sociedad modestamente acomodada.

 

Durante su visita de inspección a Guangdong en diciembre de 2012, el presidente Xi Jinping explicó la importancia sistemática, completa y coordinada de la reforma. Seis años después, en su regreso a Guangdong, el jefe de Estado ha vuelto a enfatizarla, además de hacer un llamamiento a “elevar el equilibrio y coordinar el desarrollo”, en lo que es el nuevo rumbo de la reforma y apertura en la nueva era.

 

A principios de la reforma y apertura, China asumió una actitud exploratoria. En 1992, en medio de las discusiones sobre si China debía emitir bonos y acciones, Deng Xiaoping opinó que se debía hacer la prueba. A medida que la reforma y apertura se va profundizando, el precio de los errores en los ensayos puede llegar a ser el doble de lo que podría haber sido 40 años atrás. Por ello, debemos mejorar y sistematizar gradualmente nuestros conceptos iniciales para convertirlos en pensamientos que puedan dominar a conciencia las leyes. Durante su inspección en Guangdong, Xi Jinping señaló que se deben conocer plenamente las características generales y de la época de la reforma y apertura bajo la nueva situación, y promover esa política en un punto de partida más alto y en un nivel más elevado.

 

En resumen, la reforma y apertura de China será más completa, profunda y equilibrada. De acuerdo con las palabras del presidente chino, “la reforma y apertura solo tiene un presente y no un pasado”.

 

 
 
*Kou Liyan es investigador adjunto del Centro Chino de Estudios Contemporáneos del Mundo.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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