La Cumbre del Grupo de los 77 (G77) más China, que sesionó durante dos días en La Habana, fue clausurada este sábado por el primer ministro cubano, Manuel Marrero, con un llamamiento "a seguir luchando".
"Han sido largas jornadas donde se han pronunciado los países del Sur de manera firme, denunciando las injusticias, demostrando que estamos dispuestos a seguir luchando y exigiendo nuestros derechos", dijo Marrero ante los representantes de 116 países asistentes a la cita.
El premier señaló que si bien la reunión ha concluido, "no así las jornadas de discusión, que continuarán en la ONU, ni los encuentros bilaterales con los líderes que nos visitan".
"Por unos pocos días, La Habana fue orgullosa capital del Sur del mundo, ese espacio de la eterna esperanza donde viven los que más han aportado y menos reciben de las riquezas creadas por los seres humanos", apuntó.
Al cierre de la cita, en una rueda de prensa, el director de Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería cubana, Rodolfo Benítez, calificó la reunión como "muy productiva", pues, dijo, no fue un encuentro protocolar cualquiera, sino una cumbre que llama a la acción concreta.
En ese sentido, señaló que había sido una reunión "estratégica" que fortaleció las posiciones del bloque en un momento clave, justo días antes de que se inicie en Nueva York (Estados Unidos) el 78º período ordinario de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Adelantó que Cuba representará en la ONU los intereses de todas las naciones que forman parte del grupo e informará al resto del mundo sobre los resultados alcanzados en la Cumbre de La Habana.
Benítez puso en relieve el alto consenso alcanzado en los debates que permitió la adopción de una declaración final titulada "Retos actuales del desarrollo: Papel de la ciencia, la tecnología y la innovación".
El documento de 47 párrafos, aprobado por aclamación, subrayó la urgente necesidad de una reforma integral de la arquitectura financiera internacional y de un enfoque más inclusivo y coordinado de la gobernanza financiera mundial.
El texto expresó "profunda preocupación" por la expresión más aguda alcanzada por los principales desafíos generados por el actual orden económico internacional, injusto para los países en desarrollo.
"También expresamos nuestra profunda preocupación por la enfermedad, la muerte y la continua perturbación socioeconómica y devastación causada por la pandemia de COVID-19, que ha exacerbado aún más las marcadas desigualdades en y entre los países y las regiones", aseveró.
Además, se adoptó otra declaración que expresó el beneplácito del grupo por la voluntad expresada por el Gobierno de México de volver al seno de la agrupación.
En la Cumbre habanera participaron alrededor de 1.300 personas de 116 países y 12 entidades multilaterales, entre ellas 31 jefes de Estado y decenas de ministros, además de más de 500 periodistas.
A la reunión asistió el secretario general de la ONU, António Guterres, quien en la inauguración el viernes denunció que "el mundo le está fallando a los países en desarrollo".
La delegación china estuvo encabezada por Li Xi, miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y secretario de la Comisión Central de Control Disciplinario del PCCh, quien participó en la cumbre como representante especial del presidente chino, Xi Jinping.
También asistieron el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Qu Dongyu, y el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), José Manuel Salazar-Xirinachs.
Acudieron, a su vez, a la cita los mandatarios latinoamericanos Gustavo Petro de Colombia, Alberto Fernández de Argentina y Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil.
De acuerdo con la rotación geográfica de la presidencia pro tempore del bloque, Uganda asumirá la dirección del grupo en la segunda quincena de enero del año próximo, cuando en Kampala se realice la III Cumbre del Sur.
Integrado en la actualidad por más de 130 Estados, el bloque es la mayor agrupación intergubernamental de países en desarrollo de la ONU, aunque inicialmente lo componían solo 77, de ahí su actual nombre.
La constitución se realizó en 1964, en el marco del Movimiento de Países No Alineados, al concluir la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.