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Embajador cubano: “Cuba y China son buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos”

2022-06-17 15:05:00 Source:China Hoy Author:China Hoy
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Carlos Miguel Pereira, embajador de Cuba en China. Embajada de Cuba en China

No hubo un chino cubano desertor. No hubo un chino cubano traidor”, es la frase que aparece en el Monumento a los chinos en La Habana, levantado a raíz de la heroica participación de los chinos en las luchas emancipadoras cubanas. El 3 de junio se conmemoraron los 175 años de la llegada a la isla del primer grupo de colonos chinos. Por este motivo, conversamos con el embajador de Cuba en China, Carlos Miguel Pereira, con quien tratamos este y otros temas, como la exclusión de Cuba de la Cumbre de las Américas y la reciente visita de la alta comisionada Michelle Bachelet a China.

China Hoy (CH): El 3 de junio se conmemoró el 175.º aniversario de la llegada de los primeros chinos a Cuba. ¿Por qué es importante recordar una efeméride como esa?

Carlos Miguel Pereira (CMP): El 3 de junio conmemoramos 175 años de la llegada a Cuba del primer grupo de colonos chinos, quienes fueron contratados para sustituir la mano de obra esclava africana de la isla en las plantaciones de caña de azúcar, café y tabaco. Este acontecimiento marcó el inicio de la presencia de la comunidad china en nuestro país y que, con el paso del tiempo, dejaría también su huella profunda en el nacimiento de la nacionalidad cubana. Por eso, cada 3 de junio, es recordado por el pueblo cubano como el inicio de los fuertes lazos históricos, culturales, fraternales, económicos y políticos entre ambas naciones.

Además de trasladar e incorporar las tradiciones de su cultura milenaria en la cultura cubana en proceso de gestación, los chinos aportaron otros valores, como el apego al trabajo y la lealtad a los principios que se defienden. Muchos ciudadanos chinos y sus descendientes participaron de forma directa en nuestras luchas por la independencia del colonialismo español. Su coraje en nuestras luchas emancipadoras quedó inmortalizado en el Monumento a los chinos, que se levanta en La Habana desde 1931, donde una tarja de bronce recoge la siguiente frase: “No hubo un chino cubano desertor. No hubo un chino cubano traidor”.

En 1960, tras el triunfo revolucionario, chinos de primera generación transformados ya en chino-cubanos y los nacidos en Cuba devenidos cubanos de ascendencia china, en representación de varias de las sociedades chinas ya existentes, decidieron crear la Milicia Popular China en 1960, como un cuerpo auxiliar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas, que se caracterizaba por llevar al frente la bandera cubana y la de la República Popular China. Nunca olvidaremos la participación de todos esos milicianos que, en momentos de gran peligro para nuestra patria, demostraron fehacientemente su apoyo a la lucha y la defensa de la Cuba revolucionaria.

El aporte de los chinos a la defensa de nuestra Revolución, fue recordado por el comandante en jefe Fidel Castro, cuando en su mensaje al pueblo chino, a propósito de la publicación en idioma chino del libro Cien horas con Fidel, expresó: “Si Cuba ha sido capaz de organizar su resistencia, ello se debe no solo a su patriotismo, sino también a la amplia solidaridad y el apoyo que recibió de otros pueblos revolucionarios del mundo, entre ellos la entrañable República Popular China”.

Luego de más de seis décadas de relaciones diplomáticas y 175 años de intercambios entre ambos pueblos, los vínculos cubano-chinos están marcados hoy por numerosas afinidades y consensos, y por el reto común de construir el socialismo, partiendo de las condiciones y realidades nacionales de cada país. El excelente estado de las relaciones bilaterales cubano-chinas en todos los ámbitos de la relación bilateral y el apoyo incondicional mantenido en los momentos más difíciles son expresión de la histórica e inquebrantable amistad construida y convertida en un puente de fraternidad y hermandad entre dos pueblos y sus culturas, lejanas geográficamente pero muy cercanas en esencias y valores.

CH: ¿Cómo se ha manifestado la presencia de la comunidad de ascendencia china en Cuba?

CMP: Imposibilitados de regresar a su país, la comunidad china en Cuba, mayoritariamente de composición masculina, comenzó a integrarse social y culturalmente a la sociedad cubana, junto con africanos y españoles, lo cual condujo a un proceso de mestizaje que contribuyó a nuestro folclor, identidad y sincretismo cultural. Para 1931, la población asiática en Cuba era apenas del 0,7 %, pero la mestiza que incluía a los descendientes de chinos mezclados con blancos y negros superaba el 16 %.

La integración de los chinos a la sociedad cubana permitió ir creando un vínculo cercano entre ambas culturas. A lo largo de nuestra historia común, es posible hallar referencias sobre la positiva influencia y el aporte de los chinos al rico, diverso y plural panorama cultural cubano, con contribuciones significativas a nuestro idioma, a la culinaria cubana, a nuestra manera de trabajar y de vivir. También ha destacado el aporte de muchos destacados artistas plásticos descendientes de chinos, como los reconocidos pintores Wifredo Lam y Flora Fong.

Tras el triunfo revolucionario de 1959, los cuadernos, lápices y faroles chinos utilizados durante la campaña de alfabetización; la consigna “Cuba sí, yanquis no”, coreada y reiterada en perfecto español por millones de chinos durante aquellos primeros años; el intercambio de estudiantes hacia y desde Cuba; la popular canción La linda Habana cantada aún por nuestros amigos chinos; el azúcar cubana que comenzaría a exportarse a China de manera estable y segura a partir de la década de 1960; las caligrafías de citas de José Martí en idioma chino y español de un entrañable embajador chino; la atención personal y la alta prioridad concedida a estos especiales vínculos históricos por los máximos dirigentes de ambos países, desde la generación histórica hasta la actualidad, constituyen símbolos diversos de ese entrañable vínculo común.

Las asociaciones chinas en Cuba, provenientes de diferentes regiones del país asiático, así como el Barrio Chino y sus diversas instituciones, nunca dejaron morir la cultura tradicional de su país de origen, desempeñando un relevante papel en el rescate de la memoria histórica entre los descendientes y en la preservación y desarrollo de este legado cultural, a través de la medicina tradicional, las artes marciales, la culinaria, la religión, las festividades, la música, los deportes y el conjunto de valores tradicionales.

Desde la década de 1990, y con el apoyo de las autoridades locales comenzó a celebrarse en Cuba el inicio del Año Nuevo Lunar y los aniversarios de la llegada a Cuba de los chinos de ultramar. Se fundó la Escuela Cubana de Wushu, que acoge a estudiantes de todas las edades y promueve los mejores valores humanos y sociales y el cuidado de la salud, así como la Casa de las Artes y Tradiciones chinas, en las que se cultivan diversas tradiciones culturales chinas, entre ellas la ópera tradicional, la danza del león siempre presente en los festejos del carnaval de La Habana, instrumentos musicales como la caja y la corneta chinas, imprescindibles para la interpretación de ritmos auténticamente cubanos como el danzón, el son, la rumba y la conga santiaguera. En octubre de 2015 fue inaugurada la nueva sede del Instituto Confucio en La Habana, institución relevante para la consolidación a largo plazo de los intercambios culturales entre ambos países.

Los intercambios pueblo a pueblo han seguido ganando preminencia, al igual que el interés de los descendientes chinos por mantener el legado de sus ancestros como parte de la riqueza cultural de la nación cubana. La cultura cubana no excluye a otras manifestaciones culturales; al contrario, ella constituye, en sí misma, la expresión y resultado de la influencia de múltiples culturas, incluyendo la china.  

CH: A inicios de año, usted mencionó que entre sus expectativas para este 2022 estaba la de lograr una recuperación importante del comercio bilateral entre Cuba y China, así como de las inversiones en ambas partes. Hoy, a mediados de 2022, ¿se vienen cumpliendo sus expectativas?

CMP: Como mencioné a inicios de año, Cuba y China han alcanzado niveles sin precedentes en sus relaciones económicas, comerciales y de cooperación. Ambos países han firmado varias decenas de acuerdos, protocolos y memorandos para el impulso de la cooperación en esferas como el turismo, la agricultura, la alimentación, la salud, la biotecnología, la industria, la minería, las energías renovables, las comunicaciones, la ciencia tecnología y la preservación del medio ambiente.

En el ámbito de la biotecnología y la industria se han conseguido resultados relevantes, con el establecimiento de 3 empresas mixtas, 4 productos registrados en China, 10 productos o tecnologías cubanas transferidas a China o en proceso, y amplias perspectivas de cooperación con productos cubanos innovadores de gran impacto, entre los que pudiera mencionarse, la investigación y el desarrollo conjunto del candidato vacunal Pancorona en el Centro de Innovación Conjunta para la Biotecnología Cuba-China, cuya primera patente fue presentada recientemente en la Oficina Nacional de la Propiedad Intelectual de China.

En el frente del desarrollo e innovación científico-técnica, también se realizó el lanzamiento de la segunda convocatoria CITMA-MOST, en la que se ha ampliado el espectro de temas y áreas de investigación a desarrollar entre ambas partes. Además, se trabaja de manera coordinada en la concreción del Centro Internacional de Agricultura Sostenible, también de manera conjunta entre el MOST (Ministerio de Ciencia y Tecnología de China), el CITMA (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba) y el Ministerio de Agricultura de Cuba, con el fin de desarrollar proyectos conjuntos que tributen a la solución de la seguridad alimentaria de ambos países.

La apertura el pasado 8 de abril del Pabellón “Excelencias Cuba” en la plataforma del Grupo JD.com constituyó un hito dentro de la relación bilateral, al liderar la inserción de Cuba en el comercio electrónico transfronterizo como nueva ventana para la diversificación e incremento de nuestras exportaciones de bienes y servicios a China. Lo anterior confirma a China como uno de los principales destinos de las exportaciones cubanas y que los productos cubanos gozan de gran preferencia entre los consumidores chinos. En este sentido, vamos cumpliendo las principales expectativas que teníamos a inicios de año sobre los esfuerzos y voluntades conjuntas para restablecer, de manera paulatina y sostenible, el comercio bilateral entre Cuba y China.

En los proyectos de inversión extranjera, estamos explorando las oportunidades de negocios que se presentan en la industria de reciclaje, la extracción y procesamiento de minerales, el desarrollo de materiales de la construcción, de la producción de alimentos y desarrollo pesquero en Cuba, entre muchos otros.

En síntesis, las acciones emprendidas durante este primer semestre, a pesar del complejo escenario internacional, son muestra de la voluntad, tanto de los gobiernos como del empresariado chino y cubano, de continuar profundizando y desarrollando los vínculos históricos de cooperación, comercio y amistad existentes desde hace mucho tiempo entre ambos países y pueblos.

CH: El Ministerio de Relaciones Exteriores de China exhortó a Estados Unidos a respetar la soberanía y la dignidad de los países latinoamericanos, a raíz de la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la reciente IX Cumbre de las Américas. ¿Cómo tomó usted esta posición de la Cancillería china?

CMP: La exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela de la llamada Cumbre de las Américas ha motivado una extensa ola de rechazo de la inmensa mayoría de los países de la región, que han respaldado el derecho de todos los países del continente a ser invitados y participar en dicho evento en igualdad de condiciones, enfatizando que el país anfitrión de la Cumbre carece de derecho alguno a imponer exclusiones o condicionamientos violatorios de los principios de soberanía e independencia.

Cuba apoya y agradece la valiente y digna posición asumida por los gobiernos, actores sociales, organizaciones y pueblos hermanos de nuestro continente, y también de otros países como China, que han levantado su voz contra las exclusiones.

También los Estados miembros del ALBA-TCP, durante su XXI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en La Habana el pasado 27 de mayo, calificaron la decisión del Gobierno de EE. UU., en su carácter de anfitrión del evento, como unilateral y grave retroceso histórico en las relaciones hemisféricas que ofende a los pueblos latinoamericanos y caribeños.

EE. UU., aprovechando su condición de anfitrión de la IX Cumbre, persigue imponer documentos y conceptos injerencistas, sin tener en cuenta los criterios de todos y excluyendo a países que tienen mucho que aportar sobre los temas centrales del evento. La Cumbre se propuso debatir sobre los actuales desafíos en ámbitos como el de la salud, sector donde Cuba goza de enorme prestigio internacional y regional, y mantiene su disposición a seguir compartiendo sus experiencias.

Mientras es conocida la desastrosa gestión de EE. UU. de la pandemia, los resultados de Cuba en el enfrentamiento al COVID-19, sustentado en su sólido sistema de salud, el desarrollo alcanzado por su industria biofarmacéutica y las fortalezas de su potencial científico, le ha permitido convertirse en el primer y único país de la región en lograr soberanía con sus propias vacunas y hacerlo además en tiempo record. Es el único que dispone de cinco candidatos vacunales, tres de ellos aprobados ya como vacunas para uso de emergencia. Fue Cuba la primera en el mundo en vacunar en edades pediátricas entre 2 y 18 años de edad, lo que le ha llevado a encabezar hoy los índices de vacunación global con el 94 % de la población cubana con esquema de inmunización completo de tres dosis y más del 85 % con una dosis adicional de refuerzo.

El Gobierno de EE. UU. recurre una vez más al uso de la mentira, la manipulación y la desinformación como instrumentos de su política exterior, con el propósito de imponer su política unilateral, universalmente rechazada por la mayoría de los estados del mundo. Como bien fue expresado por el vocero de la Cancillería china, Zhao Lijian, la insistencia del Gobierno estadunidense en continuar pretendiendo que América Latina y el Caribe es su patio trasero, confirma su interés de aferrarse a la doctrina Monroe y de intentar controlar el sistema interamericano, a fin de seguirlo utilizando en función de sus objetivos hegemónicos.

El rechazo mayoritario de los países de la región a este nuevo engendro revela que EE. UU. no acaba de comprender que la región ya cambió para siempre y ha dejado claro que ya no es patio trasero de nadie, y mucho menos para hacer resucitar la doctrina Monroe.

CH: En diciembre pasado, China y Cuba firmaron un plan que amplía la cooperación bilateral para promover el desarrollo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. ¿Cómo marcha ese plan?

CMP: Nuestro país se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el año 2018, en ocasión de la visita de nuestro presidente, el compañero Miguel Díaz-Canel, a la República Popular China, y desde entonces hemos trabajado para profundizar nuestra cooperación de forma efectiva en la iniciativa, con proyectos vinculados a sectores priorizados y de gran impacto para la economía cubana. Como bien plantea, en diciembre del año pasado ambos países firmaron el plan de cooperación para la promoción conjunta de la iniciativa, por el vice primer ministro cubano Ricardo Cabrisas y el presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, He Lifeng, convirtiéndose Cuba en el primer país miembro de la región en rubricar este plan.

En el plan de cooperación se incluyen cerca de 15 proyectos en diferentes áreas, algunos de los cuales ya se encuentran en ejecución, otros en proceso de estudio, licitación y consultas, sobre todo en áreas de mucho interés para el desarrollo de Cuba en aspectos como las energías renovables, el proceso de informatización de la sociedad, el fortalecimiento de la metrología, así como el desarrollo de infraestructuras e inmobiliarios.

Ambos países han conformados grupos de trabajo para avanzar en los proyectos de dicho plan, coordinar la agenda para los próximos periodos y evaluar otros nuevos proyectos que se encuentran en estudio para continuar ampliando, diversificando y consolidando la cooperación que, de mutuo beneficio, se prevé bajo este nuevo esquema.

CH: Como alto funcionario que se encuentra en China desde hace ya algunos años, ¿cómo observa usted las medidas que se vienen tomando aquí frente a los nuevos brotes de COVID-19?

CMP: La estrategia de China para hacer frente a la pandemia de COVID-19 cuenta con el reconocimiento y la admiración de la parte cubana, tomando en cuenta las peculiaridades sociales de China, su elevado nivel de población y el actual peso del país en la economía y las principales cadenas de producción globales. Al igual que en Cuba, desde el inicio, el Partido Comunista de China (PCCh) y las autoridades gubernamentales se pusieron a la cabeza de este proceso y han considerado el enfrentamiento a esta pandemia como una prioridad política de primer orden, y han organizado los recursos materiales y humanos necesarios en función de esa prioridad, sin descuidar la importancia de mantener el crecimiento económico en las nuevas condiciones.

Como han reconocido nuestros máximos dirigentes, Cuba y China han priorizado la preservación de la salud de las personas, por encima de intereses políticos y económicos mezquinos. Ambos países han impulsado, en tiempo récord, el desarrollo de investigaciones científicas para diseñar y producir vacunas efectivas, y garantizar que la población, sobre todo los grupos más vulnerables, se mantenga a salvo, al tiempo que han ayudado a otros países de forma desinteresada.

La estrategia contra el COVID-19 seguida por nuestros países ha confirmado las ventajas del socialismo sobre otros sistemas políticos capitalistas, que no han sido capaces de frenar el empuje de esta pandemia y cuyas poblaciones aún sufren sus devastadores efectos.

Cuba se opone resueltamente al uso político del rastreo sobre el origen del nuevo coronavirus, y al interés de Estados Unidos y sus aliados de singularizar de forma negativa a China en esta materia. La acertada estrategia antipandémica seguida por nuestras naciones pone en evidencia el firme y serio compromiso de ambos partidos comunistas por salvaguardar los derechos humanos de nuestros pueblos, y desmonta las campañas promovidas desde el exterior dirigidas a politizar este tema.

CH: Usted participó en una reunión virtual del cuerpo diplomático acreditado en China con la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. ¿Qué le pareció esta visita?

CMP: La postura cubana sobre la visita de la alta comisionada Michelle Bachelet a China ha sido consistente y claramente expuesta durante el encuentro virtual que un grupo de más de 70 embajadores y jefes de misiones sostuvo con la alta comisionada al inicio de la misma.

Cuba saludó la visita y anticipó su deseo de que los intercambios que se celebrasen contribuyeran, de común acuerdo, a lograr un buen ambiente para la profundización de la cooperación y el diálogo en materia de derechos humanos. También expresamos nuestra bienvenida a las diferentes iniciativas de cooperación técnica que acordaran las partes.

De manera temprana, Cuba ha reiterado su postura de apoyo invariable a China en los asuntos relacionados con Xinjiang, Hong Kong y el Tíbet, que forman parte de la soberanía china, al tiempo que celebramos también los logros sin precedentes alcanzados por China en su lucha contra la pobreza, entre otros importantes avances en las áreas económica, social, institucional, y en la construcción del Estado de derecho.

Reconocemos el importante papel de China como actor protagónico y coordinador entre los países en desarrollo y en materia de protección de los derechos humanos; asimismo, su defensa del multilateralismo verdadero, de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y el respeto al derecho de cada Estado a elegir independientemente su camino de desarrollo de acuerdo con sus condiciones nacionales.

Sin embargo, gobiernos como el de EE. UU. y otros países occidentales, trataron, incluso desde antes de la visita, de desvirtuar y demeritar previamente los resultados de la misma. Al mismo tiempo, lamentamos que el tema de las minorías uigures continúe siendo manipulado con fines políticos y utilizado como excusa para ocultar los verdaderos intereses de dominación de algunos Estados, y sobre todo el objetivo expreso de difamar a China, socavar su estabilidad y contener su desarrollo.

Para Cuba resultan inadmisibles los dobles raseros y la manipulación política en el terreno de los derechos humanos. El mismo país que ahora se atreve a hablar de “genocidio” en el caso de Xinjiang y busca cooptar a otros gobiernos en su escalada anti-China, es el mismo que ha usado deliberadamente la pandemia para negar al pueblo cubano acceso a equipos médicos, insumos y tecnologías médicas indispensables en el enfrentamiento al COVID-19, a partir de recrudecer la aplicación del bloqueo contra Cuba, considerado un acto de guerra económica y un verdadero “genocidio”, tipificado en la Convención de Ginebra de 1948.

En el contexto internacional actual, Cuba enfatiza su rechazo a todo tipo de acciones y declaraciones que no contribuyan al mejor entendimiento entre las partes en materia de protección y promoción de los derechos humanos. La defensa de los principios de universalidad, indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos debe ser la guía para abordar estos temas, no así la politización, los doble raceros y la utilización de los derechos humanos como forma de injerencia en los asuntos internos de los países.  

Tras escuchar el parecer de la alta comisionada y de las autoridades chinas al concluir la visita, sobran las razones para considerar que la misma se coronó con total éxito y estamos seguros de que sus resultados contribuirán a reforzar una cooperación constructiva y genuina en este marco.

CH: El 18 de mayo, en su primera conferencia de prensa desde su arribo a La Habana, el embajador de China en Cuba, Ma Hui, definió las relaciones entre los dos países con tres palabras: confianza, cooperación y cariño. ¿Cuáles serían las tres palabras con las que las definiría usted?

CMP: Cuba y China son buenos amigos, buenos camaradas y buenos hermanos.  Esta no es una simple frase diplomática, sino que recoge y expresa la esencia de unas relaciones que han logrado preservar su carácter especial. La justa y soberana decisión del Gobierno Revolucionario Cubano en 1960 de reconocer a la República Popular China, hecho que nos convirtió en el primer país del hemisferio occidental en hacerlo, nos permite asegurar hoy que los vínculos bilaterales han pasado las pruebas del tiempo durante más de 60 años de relaciones diplomáticas ininterrumpidas, y la consolidación de vínculos culturales históricos de más de un siglo entre ambos pueblos.  

Nuestras relaciones están sustentadas sobre la base de los importantes consensos políticos alcanzados por los máximos dirigentes de ambos países, en este caso el compañero Miguel Díaz-Canel y el compañero Xi Jinping. Estos consensos resultan claves para seguir fortaleciendo las relaciones entre ambos partidos y organizaciones juveniles comunistas. Al igual que China, Cuba construye el socialismo de acuerdo con sus propias condiciones nacionales y en la actualidad es el único país del hemisferio occidental conducido por un Partido Comunista en el poder.

Las experiencias de ambos países en la construcción del socialismo, y la voluntad política de ambos partidos comunistas y gobiernos de reforzar los intercambios y el estudio de esas experiencias, constituyen un valioso aporte de ambas naciones a la causa del socialismo a nivel global, lo cual se deberá seguir consolidando tras la celebración del XX Congreso Nacional del PCCh en la segunda mitad de 2022.

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Editor: Wu Wen Da-->

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