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El pasado presente

2022-05-31 10:41:00 Source:China Hoy Author:China Hoy
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El patrimonio cultural es la memoria de un país, el ADN de un pueblo. Es el legado ya sea material o inmaterial que nos recuerda quiénes somos y la fuente de inspiración para decidir hacia dónde vamos. En ese sentido, China es un país doblemente milenario. Doblemente porque no estamos hablando solo de una civilización de más de 5000 años de historia, sino de un país con un patrimonio cultural familiarizado con el número mil: 767.000 reliquias culturales inamovibles, 5058 reliquias culturales clave nacionales y más de 5000 museos con entradas gratuitas en todo el país, de acuerdo con cifras oficiales.

China cuenta actualmente con 56 lugares inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, lo que lo convierte en el segundo país del mundo en esta clasificación, solo por detrás de Italia, que cuenta con 58. El último sitio enlistado de China fue, en julio de 2021, la ciudad de Quanzhou, en la provincia sureña de Fujian, la cual fue un centro del comercio marítimo mundial durante las dinastías Song y Yuan (960-1368).

Pero esta cifra de 56 lugares inscritos podría variar pronto, puesto que el Eje Central de Beijing se encuentra cada vez más cerca de ser también declarado Patrimonio Mundial. Hace diez años, en 2012, el Eje Central de Beijing fue incluido en la lista preliminar de la Unesco, mientras que desde 2017, el gobierno municipal de la capital china ha puesto un mayor énfasis en las labores de preservación en la zona.

En marzo de 2014, el presidente Xi Jinping se convirtió en el primer jefe de Estado chino en visitar la sede de la Unesco en París. De hecho, China es uno de los miembros fundadores de la Unesco. Aquella vez en la capital francesa, Xi pronunció un discurso en el que no solo pidió respeto y protección para la diversidad cultural, sino que también enfatizó en la necesidad de revitalizar las reliquias culturales conservadas en los museos, los patrimonios exhibidos en la vasta tierra y los caracteres escritos en los libros antiguos.

China está buscando hacer un buen uso de su patrimonio cultural y, especialmente, dinamizarlo. En estos últimos años, China está apuntando a que su legado no solo sea conservado y exhibido en museos, salas de exhibición o lugares históricos. El objetivo central es que el patrimonio cultural se integre en la vida de sus ciudadanos, que tenga un papel dinámico en el día a día y que sea así un aporte sostenible a la sociedad. Hay un convencimiento de que esa es la mejor manera de preservar y transmitir nuestra riqueza patrimonial. China es tradición, filosofía, cultura, leyendas, ritos, pero, por sobre todo, es historia viva.

Como muestra la presente edición de China Hoy, entre estos esfuerzos se incluye el proyecto del Arca de Reliquias Digital, impulsado por el Instituto de Investigación del Patrimonio Cultural de la Universidad de Zhejiang, el cual emplea tecnología de impresión 3D para replicar antiguos artefactos inamovibles. Vale resaltar también la restauración en curso de Leicuo (Casa de los Lei), un edificio ubicado en la comunidad internacional histórica de la isla Gulangyu, en la provincia de Fujian. Cabe recordar que la isla Gulangyu es también Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Un revelador ejemplo de cómo la historia en China no es pasado sino presente, lo podemos ver en el furor que especialmente entre los jóvenes chinos viene causando la vestimenta hanfu, la ropa tradicional de la etnia han y que influyó tanto en la de otros países asiáticos. Desde hace algunos años, este atuendo es ya parte de la escena diaria en las calles chinas. En esta edición, nos circunscribimos a la moda que se está generando en Hong Kong, Macao y Shenzhen, la cual comenzó como un respaldo al país en la lucha contra la pandemia de COVID-19, pero que ha terminado por reafirmar el amor que los jóvenes chinos tienen por sus raíces.

Pero la cultura es un aspecto también muy presente en las relaciones que China forja con otros países. Una buena muestra de ello lo vemos en los vínculos con Panamá, país con el que China celebra este mes de junio cinco años de relaciones diplomáticas, las cuales fueron el comienzo de una nueva época en los lazos de China con las regiones de Centroamérica y el Caribe. Más allá de los éxitos alcanzados en los planos económico y comercial, un punto destacable ha sido la decisión del Gobierno panameño de declarar a partir de este 2022 la fecha del Año Nuevo chino como un “evento país”, en homenaje a los 167 años de presencia china en el país centroamericano. En esta edición contamos con un artículo del embajador chino en Panamá, Wei Qiang, y de otras personalidades que han sido testigos del gran acercamiento entre ambas naciones en el último quinquenio.

Por todo ello, que la cultura siga iluminando nuestros pasos y nos dé la claridad necesaria para transitar en un mundo que requiere diálogo, comprensión y empatía. 

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Editor: Wu Wen Da-->

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