Máquina recolectora de algodón en la ciudad de Dolatbag, condado de Bachu, región autónoma Uygur de Xinjiang, noroeste de China.
Tres días después de que Estados Unidos firmara la "Ley de Prevención de Trabajo Forzado Uygur", que denigra la situación de los derechos humanos en Xinjiang, China, académicos chinos respondieron con detalladas investigaciones de campo y conclusiones contrarias.
Un grupo de expertos de la Universidad de Jinan en Guangzhou, en la provincia sureña de Guangdong, publicó el domingo un artículo sobre la situación real de la producción de algodón en la región autónoma Uygur de Xinjiang, en el noroeste del país, y el impacto de las sanciones estadounidenses en el sector.
Las penas vinculadas con el rubro algodonero no ofrecen justicia y las compañías textiles y de prendas de vestir de algodón chino han caído en la explotación del sistema capitalista occidental, apuntó el informe.
El equipo pasó más de tres meses de investigación en Aksu y Kashi en Xinjiang y 17 condados y ciudades en Guangdong, y entrevistaron a más de 70 personas, entre agricultores y empresarios de firmas textiles y de ropa.
Durante el proceso, el grupo descubrió que la producción de algodón en Xinjiang es altamente mecanizada, el empleo está estandarizado y no hay signos de trabajo forzado. La siembra, su gestión, recolección y otros aspectos logran paulatinamente un alto grado de optimización.
La comunidad local ha formado un ecosistema laboral en el que las grandes plantaciones ofrecen trabajo a aldeanos locales con contratos laborales, dijo Li Hua, primer autor del reporte. "Los derechos e intereses de ambas partes están protegidos durante el período de trabajo".
Las sanciones de Estados Unidos no tuvieron un efecto significativo en la cadena algodonera de China, dijo Li.
Según los agricultores en Xinjiang, bajo el amparo del Gobierno, empresas y cooperativas agrícolas, a los productores de algodón no les preocupa las penalidades estadounidenses y esperan continuar expandiéndose. Gracias a lo resistente del mercado chino, el procesamiento y fabricación de algodón funcionan bien.
Li manifestó que China es el enlace central en la cadena global algodonera. Por lo tanto, el intento de destruirla equivale a terminar con el suministro mundial.
"Una gran cantidad de hechos demuestran que las sanciones de Estados Unidos causaron un gran golpe en la cadena global del algodón y aumentaron los costos de transacción en cada eslabón. Tales incrementos son, en última instancia, padecidos por importadores y consumidores estadounidenses”, dijo.
En el sistema económico capitalista mundial, liderado por Estados Unidos, las empresas de algodón chino yacen en la parte inferior "bajo explotación y trabajo forzado" por el sistema capitalista occidental, reveló el estudio.
Las sanciones son "una falsa justicia" que en nombre de mantener el orden comercial, destruyen la cadena global del ramo, aseveró.
"Los resultados de la investigación, publicados 3 días después de las firma de la ley estadounidense vinculada con Xinjiang, es una respuesta a las acusaciones injustificadas”, agregó. "Visitamos los campos de algodón en Xinjiang y vimos la situación real, opuesta a las afirmaciones de Estados Unidos", concluyó
El jueves, Estados Unidos firmó la Ley de Prevención del Trabajo Forzado Uygur, que denigra la situación de los derechos humanos en Xinjiang en claro desprecio de los hechos y la verdad. La ley internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales han quedado rotas y se ha interferido en los asuntos internos de China, algo a lo que el país se opone con firmeza.
"La campaña de desprestigio de Estados Unidos contra las industrias emergentes en otros países es una táctica común", dijo Cao Wei, investigadora del Instituto de Estudios de Asia Central en la Universidad de Lanzhou, provincia noroccidental de Gansu. "Busca suprimir el comercio en un país, pero a la vez destruye el mercado global".
Li sostuvo que el grupo ahora enfocará su estudio en las víctimas y quienes viven bajo la sombra de la violencia terrorista en Xinjiang.
