La incursión de Dong Wei en el mundo del vino no fue un amor a primera vista, sino que se basó en una decisión estratégica. Cuando comenzó a importar vinos desde España en 2011, confiesa que no sabía mucho del rubro, pero poco a poco fue aprendiendo más sobre este mercado que ha entrado con fuerza en China. “Si importábamos 10 mil botellas y nos las vendíamos inmediatamente, no importaba porque las podíamos guardar por 10 años e iba a aumentar su valor”, explica.

Debido a su trabajo anterior en una empresa de carrocería española, Dong había tenido la oportunidad de viajar a España en múltiples ocasiones. Muchos de sus antiguos clientes estaban ligados al mundo del vino en La Rioja, una de las principales zonas productoras de vino en España, por lo que no dudaron en prestarle ayuda y facilitarle contactos apenas se enteraron del nuevo negocio de Dong.

Dong Wei es uno de los primeros importadores del vino de España al mercado chino.

Si bien los principales exportadores de vino en China son Francia, Australia y Chile, durante los últimos años España se ha ido posicionando con mayor fuerza. Por otro lado, China es actualmente el sexto consumidor de vino a nivel mundial, con 1240 millones de litros consumidos en 2020. “En el año 2011, todavía no existían muchos importadores dedicados a la importación de vinos españoles, sino más bien vinos franceses, chilenos y australianos, pero en los últimos cinco años, los vinos de Italia y España han entrado más en el mercado”.

China tiene una población de 1400 millones de habitantes, y se calcula que el consumo de vino per cápita es de aproximadamente 3 litros al año. Esta cifra puede parecer insignificante en comparación a España, donde se consumen 21,6 litros per cápita al año. Sin embargo, debido al tamaño del mercado y una clase media en expansión, el mercado del vino en China sin duda continuará expandiéndose.

“El sector ha cambiado mucho y ha tenido una evolución muy rápida, sobre todo por la influencia de Internet que ha hecho que la información sea cada día más transparente”, señala Dong. “Han entrado más bodegas a China, y además cada importador vende no solo por las vías tradicionales de distribución, a supermercados y a hoteles de alta categoría, sino también a los clientes finales, por lo que muchos importadores ahora tienen una tienda en Jingdong o Tianmao (Tmall)”, agrega.

Pese a que la competencia ha aumentado, Dong sigue manteniendo una base de clientes fieles de larga data. Además, el empresario se asegura de traer vinos que han sido embotelladas en su lugar de origen, para garantizar su calidad. “Nosotros siempre les decimos a nuestros clientes que si no conocen bien un vino o tienen dudas sobre su precio, pueden visitar Wine-Searcher o Vivino, que son sitios profesionales donde se puede ver el vino”, explica Dong al respecto. “Además, allí aparece un precio de referencia internacional, en base al cual luego se puede calcular el transporte, el arancel y otras variables para tener una idea más clara”, subraya.

El bar se encuentra en Yinhe Soho, un edificio emblemático por su estilo modernista, en el segundo anillo de Beijing.

En la actualidad, Dong vende a aproximadamente 15 distribuidores en diferentes provincias en China, además de tener un bar de vinos llamado Salud en uno de los distritos comerciales de Beijing (Yinhe Soho, A-10217). Debido a la pandemia, Salud ha tardado en despegar, pero Dong es optimista. Quiere que el bar sirva como espacio no solo para degustar los tradicionales vinos españoles, sino también como un lugar de encuentro donde se ofrezcan catas y clases para que el público chino siga cultivando su amor por este tradicional brebaje.