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China y América Latina alcanzan hitos en salud y medio ambiente

2021-04-23 11:22:00 Source:China Hoy Author:AUGUSTO SOTO
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Con los excelentes resultados arrojados por el más reciente estudio de la vacuna CoronaVac producida por Sinovac, Chile decidió el 18 de abril adquirir 4 millones de nuevas dosis, sumándose a las cerca de 14 millones de unidades ya compradas al mismo laboratorio chino, y señalando un hito en la relación entre China y Latinoamérica. Porque Santiago es la capital que más rápidamente impulsa el proceso de inoculación en las Américas y la estrecha cooperación con Beijing enlaza paralelamente con el espíritu del Foro de Boao, inaugurado dos días después por el presidente chino, Xi Jinping, el 20 de abril.

En Boao, el primer foro internacional de 2021 realizado presencialmente, inaugurado con la asistencia de altos representantes latinoamericanos, Xi, en una comunicación en directo transmitida a los presentes destacó que su país ampliará la cooperación en salud pública, control de enfermedades infecciosas y medicina tradicional china con el fin de proteger coordinadamente la salud mundial. Igualmente se comprometió a que Beijing establecerá una asociación más estrecha para el desarrollo ecológico, y alentó a la vez al fortalecimiento del esfuerzo conjunto en infraestructura, energía y finanzas ecológicas. Así, las vacunaciones en América Latina engarzan con un avance multifacético del proceso de ‘comunidad de destino de la humanidad’ (人类命运共同体) propuesto por China en los últimos años.

La salud es lo primero

Conviene recordar que el mismo 18 de abril, con 500 mil dosis adicionales de la vacuna CoronaVac, Chile, uno de los cinco países que a nivel mundial encabeza el proceso de inoculación, registró un total de 15.5 millones recibidas, de las cuales casi 14 millones corresponden a la vacuna del laboratorio Sinovac. Importa aquí subrayar las palabras que el ministro de Ciencia de Chile, Andrés Couve, pronunció al recibir personalmente en el aeropuerto de Santiago el más reciente envío de dosis desde el otro extremo del Océano Pacífico. En la ocasión dijo que “la vacuna de Sinovac ha probado ser muy efectiva en evitar contagios, hospitalizaciones, evitar UCI y sobre todo evitar pérdida de vidas”. Es una puntualización importante y de la cual tomaron nota los responsables de salud de cada continente, debido a las tantas versiones sobre la efectividad de las diversas vacunas de los variados países utilizados a nivel global, que incluyen apreciaciones serias, pero también prejuicios infundados, manteniendo en vilo a las respectivas opiniones públicas. Y es especialmente relevante en Latinoamérica, que suma un 8% de la población mundial y que concentra casi un 30% de las víctimas mortales de la pandemia y donde ha habido acciones médicas preventivas y también otras que no lo han sido, y a lo que siguen procesos de inoculación que requieren celeridad.

Conviene recordar que hasta la fecha, por parte china, tres de sus relevantes laboratorios se han comprometido con las necesidades de gran parte de la región. Sinovac tiene acuerdos con Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay, República Dominicana y Uruguay; CanSino envía a México y próximamente a Chile; Sinopharm tiene acuerdos con Argentina, Bolivia, Perú (país con importantes cantidades comprometidas), y Venezuela.

El medio ambiente es igualmente prioritario

Beijing y el subcontinente siguen reafirmando vínculos en los que a la respuesta al cambio climático como una causa común de la humanidad se integra ahora la salud. En mayo de este año, Kunming, que por su clima permanentemente templado es conocida como “La ciudad de la Primavera” (春城 en chino), será la anfitriona de la 15 Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica. En ella se examinarán los logros y la ejecución del Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020. Y se prevé una decisión sobre el Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020, junto con decisiones como el fomento de la capacidad y la movilización de recursos para proteger la biodiversidad mundial. Un importante precedente es precisamente la conocida como 10ª Reunión de las Partes en el Protocolo de Cartagena (Colombia) sobre Seguridad de la Biotecnología, adoptado en 2000 como un acuerdo suplementario del Convenio sobre la Diversidad Biológica que entró en vigor tres años después.

Justamente el presidente colombiano, Pedro Duque, quien en diciembre pasado participó junto a su homólogo chileno, Sebastián Piñera, en una conferencia telemática con el presidente chino, Xi Jinping, en el que tocaron temas medioambientales, ha comprometido a su país a rebajar un 51% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para dentro de una década, a sembrar 180 millones de árboles para 2022 y a potenciar la transición energética, la movilidad eléctrica, la lucha contra la deforestación y a avanzar bajo el lema de “producir conservando y conservar produciendo”.

Pulmones del planeta como el Amazonas y las selvas tropicales de América Central, grandes reservas hídricas, como las cumbres nevadas de los Andes y de la contigua Antártida, así como los circundantes océanos Pacífico y Atlántico, se han ido deforestando, deshielando y acumulando plástico, respectivamente. Son fenómenos que a su escala se dan al otro lado del interrelacionado Océano Pacífico. De allí que las respectivas cancillerías sigan con atención las palabras pronunciadas por Xi Jinping hace pocas horas en el Foro de Boao.

En verdad el subcontinente valora auspiciosamente las posibilidades de cooperación que inherentemente posee la Constitución china, enmendada en 2018 para incluir el concepto de “civilización ecológica”. Un aspecto importante que se valora es el compromiso de China con la neutralidad de carbono y los muy probables compromisos para trabajar conjuntamente en el desarrollo de energías limpias e hidrógeno verde a gran escala. También en la creación de una nueva Área Marina Protegida en la Antártida.

Un planeta más relacionado

En los siglos XIX y XX diversos observadores internacionales del hemisferio norte consideraron con condescendencia a América Latina como el ‘patio trasero’ de EE UU. Y desde hace 60 años, desde que con del reconocimiento mutuo entre Beijing y La Habana se inició el progresivo establecimiento de relaciones diplomáticas con China (continuado por los demás países en los años setenta y ochenta), se llegó a afirmar que estos lazos estarían marcados por la lejanía porque eran las antípodas del mundo (con 12 husos horarios de diferencia). Esto ya no es así: la cercanía diplomática y económica ya lo ha demostrado. Ahora se ha agregado la colaboración sanitaria y medioambiental en un primerísimo nivel, demostrando que la mejor manera de entender la realidad actual, en que la geografía no cambia, es la manera de concebirla y actuar en ella.

En fin, aquí no acaban las apreciaciones porque continúan los desafíos. Conviene recordar que Beijing se apresta a ser anfitrión de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno, a celebrarse entre el 4 y el 20 de febrero de 2022, con una infraestructura que ya se ha estado preparando convenientemente. Previsiblemente será una memorable ocasión celebratoria del regreso de la salud a la mayor parte del globo y al desafío tradicional de la deportividad en un mundo esperanzado en la derrota definitiva del virus. La ocasión tiene un significado universal de tal calado, que diversos países latinoamericanos y del resto del mundo se aprestan a participar.

*Augusto Soto es director de Dialogue with China Project.

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