Pedir un taxi y que llegue uno sin conductor. Tal escena de fantasía que aparece en las películas, ahora está sucediendo a nuestro alrededor. ¿Se atrevería a tomar un taxi autónomo en Beijing? ¿Cómo es la experiencia de viajar en un vehículo autónomo del cual se ha hablado desde hace años?

Un servicio nuevo

Desde el 10 de octubre pasado, cuando los taxis autónomos en Beijing entraron en funcionamiento, se han hecho más de 2600 solicitudes en hora punta, mientras que los pedidos en apenas una estación alcanzaron los 600. Nosotros también tuvimos tuvo la oportunidad de probar este servicio.

En una estación virtual de taxis autónomos de Baidu en el distrito de Yizhuang, en Beijing, llamamos un taxi a través del celular y, al cabo de 20 minutos, el taxi autónomo llegó al lugar designado. En el sistema de conducción autónoma, la pantalla del vehículo indica cuando este está a punto de girar a la derecha, a fin de que los viajeros sepan cuál será el próximo paso. Asimismo, cuando se encuentra con otros vehículos, peatones o bicicletas, también aparece una determinada señal en el monitor.

En comparación con un taxi convencional conducido por un chofer, este vehículo autónomo corre de forma menos suave y al toparse con obstáculos, a veces puede frenar repentinamente. Por otro lado, si bien se ha hablado de un “lanzamiento completo” de los vehículos de Baidu, la afirmación es un tanto exagerada. Por lo menos en la actualidad, tanto en tecnología como en operación, estos nuevos taxis aún se encuentran en una etapa incipiente.

Los taxis autónomos de Baidu cuentan con 15 estaciones que se encuentran en los distritos de Haidian, Daxing y la Zona de Desarrollo Económico y Tecnológico de Yizhuang, por lo que los clientes de otros distritos no pueden acceder al servicio. Operan desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde, y ya que su cantidad aún es limitada, los taxis a menudo tardan un largo tiempo en llegar tras realizarse el pedido.

Aunque tienen un sistema de conducción autónomo, los taxis de Baidu están equipados con un encargado y un equipo de seguridad en caso de que se produzcan atascos o haya obras en las vías, que a veces los vehículos por sí mismos no pueden detectar. En casos así, se necesita la intervención del encargado de seguridad para garantizar la operación segura del vehículo.

Cabe mencionar que, de acuerdo con las regulaciones vigentes, todos los viajeros deben registrarse con su nombre real y tener entre 18 y 60 años de edad.

En la actualidad, los taxis autónomos de Baidu son del modelo Lincoln MKZ y están equipados con una variedad de complejos instrumentos de detección, además de sensores en los cuatros lados del cuerpo y el techo del vehículo, los cuales sirven como “ojos” para identificar otros carros, peatones y señales de carretera. Sin embargo, en caso de lluvia extrema, granizo y otras condiciones climáticas complicadas, Baidu no ofrece servicios de vehículos autónomos.

Pruebas en marcha

Antes de su puesta en marcha en Beijing, los vehículos autónomos de Baidu ya se habían puesto a prueba en ciudades chinas como Changsha, Chongqing, Cangzhou, entre otras, con más de 100.000 clientes. Además de Baidu, otras de las compañías que también podrían hacer su entrada en el mercado de la conducción autónoma y se muestran optimistas son Didi y Caocao.

Muchos choferes quizá se pregunten por qué los taxis han sido los precursores en la industria de la conducción autónoma. Según Xu Canhao, profesor asociado de la Escuela de Informática y Tecnológica de la Universidad de Soochow, esto se debe principalmente a la facilidad a la hora de aplicar esta tecnología en los taxis, así como su practicidad. “Por ejemplo, la ruta de tal taxi es fija y no se puede alterar en el transcurso del viaje. Durante la conducción podemos hacer las pruebas para mejorar el algoritmo”, indica.

Según algunas fuentes, tras el período de prueba, se revelaron algunos problemas relacionados con ciertos vacíos legales y tecnológicos a nivel nacional. Así, por ejemplo, cuando un taxi autónomo chocó en la ciudad de Dongguan, la noticia causó un gran revuelo y discusión en redes sociales.

A las 13:52 del 11 de octubre pasado, ocurrió un accidente de tráfico. Según la dashcam (la cámara de tablero al interior de un vehículo), un SUV blanco, con el término de “taxi autónomo” impreso sobre su caparazón, chocó contra dos autos seguidos. La policía de tránsito determinó que el SUV blanco debía asumir toda la responsabilidad como causante del accidente.

El video reveló que el taxi autónomo no había frenado ni desacelerado al atravesar el cruce de tránsito. Algunos cibernautas se preguntaron, entonces, quién debía asumir la responsabilidad en un caso como este, cuando había un vehículo autónomo con una persona de seguridad a bordo.

Diversos abogados han manifestado que la tecnología de conducción autónoma aún es nueva, por lo que no existen disposiciones legales al respecto. Aun así, aunque el vehículo se conduce por sí solo, las manos del encargado de seguridad, quien se sienta en el lugar del conductor, no pueden dejar el volante, por lo que la responsabilidad recaería en él o ella en caso de producirse una colisión.

Alcances de la comercialización

Dejando de lado los aspectos tecnológicos y legales, y hablando de los vehículos mismos, la infraestructura y la aceptación del público, cabe preguntarse qué desafíos enfrenta la popularización a gran escala de los taxis autónomos.

En el proceso de comercialización, el costo se asoma como una de las primeras dificultades. Según especialistas en esta industria, la ganancia económica de cada uno de los taxis es el requisito previo para que tengan éxito. Además del encargado de seguridad, el costo de cada vehículo incluye, entre otras cosas, una gran cantidad de costosos sensores, por lo que es difícil obtener ganancias.

“En la actualidad, el costo de cada vehículo es de aproximadamente 390.000 yuanes (60.400 dólares) o más, y la transformación entre la tecnología y el producto es una situación complicada a la cual se enfrenta la industria”, indica He Jugang, gerente del Instituto de Investigación Inteligente del Automóvil Chang’an.

Debido a su tecnología conservadora, entre otros factores, las compañías automovilísticas tradicionales han avanzado de forma muy lenta y limitada en el campo de los vehículos autónomos en comparación con las empresas tecnológicas.

Además de los costos, la política es otro de los grandes problemas en la implementación de la conducción autónoma. De acuerdo con datos parciales, actualmente hay 12 ciudades y regiones a nivel nacional que han expedido licencias para la prueba de vehículos autónomos, con el fin de ofrecer el apoyo necesario para el establecimiento de ciertos estándares tecnológicos y regulaciones. Sin embargo, “si bien muchas ciudades han emitido licencias, todavía hay muchos aspectos por resolver entre las etapas de prueba y comercialización total”, han subrayado algunos conocedores de la industria.

“Todavía queda un largo y difícil camino por delante en lo que respecta a la madurez de la tecnología, el negocio y las regulaciones. Por lo menos, hay que formular un plan de inversión continua de aquí a diez años, así como preparase adecuadamente ante varios retos que están por venir, pero la dirección es clara y fija”, menciona Cheng Wei, fundador y director ejecutivo de Didi Chuxing.

En contraste, los taxis autónomos de Google en Phoenix (Estados Unidos) ya se encuentran en una etapa mucho más avanzada que los nacionales. Hoy en día, Waymo, una empresa subsidiaria de conducción autónoma de Google, tiene aproximadamente 600 taxis sin conductores en Estados Unidos, 300 a 400 de ellos desplegados en el área de Phoenix. Han pasado de las “pruebas” a una verdadera “comercialización” al estar disponibles para uso de todos y no contar con ningún encargado de seguridad a bordo.

Esto último, sin embargo, no significa que no exista supervisión. El equipo de monitoreo remoto de Waymo revisa la información enviada que llega a través de ocho cámaras y una gran cantidad de sensores en cada taxi en tiempo real. Además, hay un botón de llamada sobre el asiento trasero del auto que se conecta directamente con el personal.

Por supuesto, el éxito de Google es el resultado de algunos factores objetivos. Las rutas de Phoenix son planas y abiertas, con una vista amplia y pocos peatones, por lo que es mucho menos difícil en cuanto a la tecnología y la operación. En otras ciudades como San Francisco y Los Ángeles, con condiciones viales más complejas y densamente pobladas, también habrían de enfrentarse con las dificultades que ha debido sortear Baidu y hasta el día de hoy todavía no se han encontrado soluciones adecuadas.

*Zhang Peihao es periodista de People’s Weekly.