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Los 80 años de la misión aérea “La Joroba”

2022-11-02 10:00:00 Source:China Hoy Author:LI NAN
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Marzo de 2022. Moon Fun Chin (der.), piloto de la CNAC, recibe en su casa de Burlingame, en California, a Eve Coulson, hija del piloto Ursel Elbert Coulson. Foto cortesía de Eve Coulson

En marzo pasado, Eve Coulson, de 70 años, completó un viaje de 4700 km desde Nueva Jersey hasta California para visitar a su “tío” Moon Fun Chin, de 109 años y nacido en China. Por lo que sabe, Chin es uno de los pocos pilotos supervivientes en Estados Unidos que volaron sobre “La Joroba”, una ruta aérea transhimalaya para la entrega de suministros a China durante la lucha contra los invasores japoneses en la Segunda Guerra Mundial.

Otro superviviente es Peter J. Goutiere, quien cumplió 108 años el 28 de septiembre pasado. Él, junto con Chin y el padre de Coulson, Ursel Elbert Coulson, fueron pilotos de la Corporación Nacional de Aviación de China (CNAC). El padre de Coulson, quien voló 99 veces sobre “La Joroba”, trabajó estrechamente con Goutiere en China a principios de la década de 1940. La CNAC fue una empresa conjunta chino-estadounidense creada en 1929. La mayoría de sus pilotos eran extranjeros, mientras que la mayoría de sus copilotos y operadores de radio eran chinos.

El vuelo sobre “La Joroba”

Las tropas japonesas atacaron la región nororiental de China el 18 de septiembre de 1931 y lanzaron una invasión a gran escala en julio de 1937. Para 1940, los japoneses habían tomado el control de casi todos los puertos a lo largo de la costa de China, dejando la carretera de Birmania que unía Kunming, la capital de la provincia de Yunnan, con Lashiao, en la vecina Birmania (ahora Myanmar), como la única ruta viable que tenía China para acceder a suministros internacionales. Por aquel entonces, Birmania era una colonia británica.

El 7 de diciembre de 1941, Japón atacó Pearl Harbor, lo que provocó el estallido de la Guerra del Pacífico. China ingresó a la Alianza Antifascista el 1 de enero de 1942, y se unió a Estados Unidos y el Reino Unido para luchar contra sus enemigos comunes en el Teatro de China, Birmania e India.

Inicialmente, los suministros militares y de otro tipo de Estados Unidos se transportaban primero a India y luego a China a través de la Ruta de Birmania. Sin embargo, luego de la rendición de Birmania ante Japón en mayo de 1942, el camino se cerró, lo que dejó a China completamente aislada de los suministros internacionales en su guerra de resistencia.

Para apoyar a China en la guerra contra Japón, la División India-China del Comando de Transporte Aéreo (ATC, por sus siglas en inglés) del Ejército de Estados Unidos y la CNAC trabajaron conjuntamente para transportar por aire suministros desde Assam, en India, a las provincias de Yunnan y Sichuan, en el suroeste de China.

Al atravesar las montañas de Gaoligong y Hengduan, en la sección meridional de los Himalayas y a 4500 a 5500 metros de altura, los pilotos pensaron que los picos se asemejaban a las jorobas de un camello. En razón de esto, la ruta aérea llegó a ser conocida como “La Joroba” y fue el salvavidas para la entrada de suministros militares a China entre 1942 y 1945.

La gran altitud, las inclemencias del clima, los aviones de combate japoneses y el exceso de trabajo fueron algunos de los peligros que enfrentaron los pilotos en cada misión de suministro. Entre junio y diciembre de 1943, la División India-China del ATC perdió 155 aviones y 168 tripulantes, sin incluir a los pasajeros. “Volar sobre ‘La Joroba’ era considerado tan peligroso como volar en una misión de combate sobre Alemania”, escribió William Henry Tunner, comandante de la división India-China del ATC, en sus memorias tituladas Over the Hump (Sobre La Joroba), publicadas en 1964.

“La Joroba” no era una sola ruta, sino una serie de rutas entre las 13 bases de India y las seis de China. De las dos rutas principales de este a oeste, la ruta sur de 820 km era más corta y las montañas, más bajas. Sin embargo, su proximidad a Birmania, la cual estaba controlada por los japoneses, la convertía en blanco fácil de sus aviones de combate. Con una longitud de 1150 km, la ruta del norte era más larga, estaba a más altitud y era igual de peligrosa, ya que el cruce a mayor altitud hacía que los pilotos y la tripulación quedaran a merced de frecuentes fenómenos meteorológicos extremos.

Las rutas cubrían una vasta zona, donde los pilotos se podían enfrentar a condiciones climáticas que iban desde lluvias torrenciales en los trópicos del sur hasta tormentas de polvo en las regiones desérticas y ventiscas en las altas montañas del norte.

Además de esta serie de riesgos, tampoco había estaciones meteorológicas a lo largo de “La Joroba”. La mejor fuente de información meteorológica provenía de algún piloto que recién hubiese volado por la zona. Sin embargo, “el clima en ‘La Joroba’ cambiaba de un minuto a otro, y de una milla a otra”, escribió Tunner en su libro.

El 6 de enero de 1945 fue el día más trágico en la historia de “La Joroba”. Los vientos de 161 km/hora crearon fuertes corrientes ascendentes sobre la cordillera y corrientes descendentes sobre los valles. Las radios se llenaron de llamados de SOS y un total de 15 aviones, incluidos nueve aviones de la División India-China del ATC, se perdieron ese día, todo debido al mal tiempo.

Los japoneses también representaban una amenaza constante. Después de que tomaran el control de Birmania en mayo de 1942, sus aviones de combate a menudo volaban de sur a norte para interceptar los aviones de carga que iban de oeste a este para llevar suministros a China. Así, para evitar los ataques, los pilotos de “La Joroba” estaban obligados a volar a mayor altura y distancia sobre las montañas.

El 13 de octubre de 1943, el avión de carga n.º 72 de la CNAC fue derribado por tres aviones de combate japoneses, lo que resultó en la muerte de los tres miembros de la tripulación. A partir de ese incidente, la CNAC decidió volar exclusivamente por la ruta norte o de noche.


Fotografías de pilotos estadounidenses de la misión aérea “La Joroba” que perdieron la vida mientras ayudaban a transportar suministros militares a China durante la Segunda Guerra Mundial. Las fotos se conservan en el Monumento Conmemorativo de la Guerra Antijaponesa en Tengchong, provincia de Yunnan. Wei Yao

Único salvavidas 

Cuando Tunner voló por primera vez como piloto sobre “La Joroba” el 25 de agosto de 1944, vio un rastro de aluminio brillante a través de las montañas. Pronto descubrió que se trataban de restos de aviones estadounidenses que se habían estrellado.

Cuando los aviones se estrellaban sobre “La Joroba”, las posibilidades de supervivencia eran escasas. La mayoría de los pilotos que se lanzaban en paracaídas antes del impacto terminaban muriendo de hambre, frío, heridas o incluso ataques por parte de los japoneses. Sin embargo, hubo algunas excepciones, como el padre de Coulson, quien perdió un motor mientras volaba sobre “La Joroba” el 31 de agosto de 1944. Junto a su tripulación, debió saltar en medio de la jungla del norte de Birmania. Cayó en un árbol debajo del cual el suelo estaba cubierto de maleza y para lograr sobrevivir tuvo que alimentarse incluso de sanguijuelas. Finalmente llegó a una aldea cuyo líder lo puso en contacto con el equipo de búsqueda y rescate. Fue el único sobreviviente del accidente.

Gracias a los esfuerzos concertados del ATC y la CNAC, más de 800.000 toneladas de suministros militares y otros materiales claves fueron transportados por aire a China entre 1942 y 1945, lo que brindó el apoyo que tanto necesitaban no solo el ejército chino, sino también los Tigres Voladores o el American Volunteer Group, fundado y comandado por Claire Chennault en 1941 como una fuerza aérea para resistir directamente a los japoneses en China. Más tarde, los Tigres Voladores se incorporaron a la 14.ª Fuerza Aérea de Estados Unidos el 4 de julio de 1942. “Si no hubiera sido por usted, su convicción y su organización del ATC, no habríamos ganado la guerra en China”, le dijo Chennault a Tunner muchos años después en una ceremonia en honor al matrimonio Chennault en Washington.

Lazos continuos

Este año marca el 80.º aniversario de la misión aérea “La Joroba”. En estas ocho décadas se han encontrado algunos restos de aviones y pilotos en la provincia de Yunnan y en la región autónoma del Tíbet. Sin embargo, aún quedan muchos por encontrar. A mediados de mayo de este año, un equipo de voluntarios y rescatistas se adentró en las montañas Cangshan, en Yunnan, en busca de un avión de carga CNAC perdido. Aunque el intento fracasó, logró concitar la atención pública respecto a “La Joroba”.

Todavía hay muchas personas que trabajan para mantener vivos los recuerdos de “La Joroba”. Eve Coulson es una de ellos. “Me siento orgullosa de ser descendiente de un piloto de ‘La Joroba’ y la admiración que siento ha ido creciendo con el paso del tiempo”, señaló al semanario Beijing Review.

Según Coulson, quien es actualmente vicepresidenta de la Asociación CNAC, los intercambios persona a persona son esenciales para mejorar los lazos chino-estadounidenses, los cuales se han visto mermados en años recientes. “También creo que debemos tener buenos líderes, que den buenos ejemplos y que no empeoren las cosas”, sostuvo.

Zhu Junkun, director del Instituto de Investigación de los Tigres Voladores de Yunnan, se ha mantenido en contacto con muchos descendientes de los pilotos de “La Joroba” y los Tigres Voladores. “Todos creemos que las dificultades son temporales y que la amistad es el camino a seguir”, manifestó Zhu a Beijing Review. “‘La Joroba’ es un buen ejemplo de cómo ambos países trabajaron juntos para enfrentar desafíos comunes”, agregó.

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Editor: Wu Wen Da-->

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