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El milagro verde de Kubuqi

2021-11-04 13:51:00 Source:China Hoy Author:DANG XIAOFEI
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Hace más de 30 años, el desierto de Kubuqi, ubicado en la parte septentrional de la ciudad de Ordos, en la región autónoma de Mongolia Interior, era considerado el “Mar de la Muerte”, con una cobertura de vegetación inferior al 3 % y más de 50 tormentas de arena cada año. Hoy en día, se han reverdecido más de 6000 kilómetros cuadrados de desierto, gracias a lo cual la cobertura vegetal ha alcanzado el 53 %, las tormentas de arena y polvo casi han desaparecido, la biodiversidad se ha restaurado gradualmente, y el entorno ecológico, junto con las condiciones de vida de los agricultores y pastores, se han visto significativamente mejoradas. Pero no sería posible hablar de todo esto si no fuese por la tecnología, la que ha sido una verdadera “varita mágica”.

 

22 de abril de 2014. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente cataloga la zona de gestión ecológica del desierto de Kubuqi como una “zona de demostración ecoeconómica” del desierto mundial y propone su utilización como el primer objeto de investigación científica de los ecosistemas en zonas desérticas mundiales, en el marco del 45.º Día de la Tierra. Cnsphoto

 

Métodos de plantación innovadores

 

La plantación de árboles y el reverdecimiento son claves en la gestión del desierto. La plantación de cada árbol según el método tradicional tarda al menos 10 minutos, ya que hay que cavar un hoyo, plantar el esqueje, rellenar el suelo y aplanarlo. Una persona puede plantar alrededor de 0,13 hectáreas de árboles al día y la tasa de supervivencia de las plántulas es inferior al 30 %. Sin embargo, utilizando el “método de plantación mínimamente invasivo” se puede plantar un sauce de arena en diez segundos o 1,33 hectáreas per cápita al día, toda vez que la tasa de supervivencia de las plántulas ha aumentado a más del 60 %.

 

Esta tecnología se basa principalmente en el método de plantación de árboles con flujo de aire mínimamente invasivo. Un chorro de agua rociado por una pistola de agua perfora un agujero de varios centímetros de diámetro y un metro de profundidad en la arena, y luego inserta los plantones remojados ya por cierto tiempo en los agujeros de plantación. Esto equivale a hacer una operación mínimamente invasiva en el desierto. “Cavar pozos grandes para plantar árboles puede dañar fácilmente el suelo del desierto, y además requiere mucho tiempo, trabajo y agua, mientras que la plantación de árboles ‘mínimamente invasiva’ puede reducir el impacto en la arena y el suelo”, explica Zhang Jishu, subdirector del Instituto de Investigación del Desierto del Grupo Elion. Zhang añade que esta tecnología ha sido utilizada ampliamente desde 2013, con la que se han tratado 1oo.000 hectáreas del desierto de Kubuqi. Esta tecnología ha sido aplicada también en otras áreas desérticas de China.

 

En la gestión de áreas desérticas deshabitadas, la tecnología de transmisión aérea con drones ha jugado un papel importante. Al presionar el botón que dice “Siembra”, las semillas son expulsadas desde la boca de salida del dron. La superficie de cada semilla está cubierta con una capa de material degradable, lo cual no solo permite que se fije mejor en la arena, sino que también aporta nutrientes y humedad. El dron puede sembrar 0,06 hectáreas en apenas un minuto. De esta forma, es posible plantar más de 400 acres de árboles al día, lo que mejora enormemente la eficiencia de la plantación. Los vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) asistidos por el posicionamiento y la navegación por satélite pueden seguir rutas preestablecidas para volar de forma autónoma en el proceso de siembra. El Grupo Elion, la empresa detrás de esta tecnología, lleva muchos años comprometida con la ecologización del desierto de Kubuqi y ha sido reconocida por las Naciones Unidas como líder mundial en el control de arena.

 

Los agricultores y pastores de estas zonas también han dominado algunas técnicas eficaces para el control de arena. El regaliz es una planta utilizada en la medicina tradicional china que se adapta muy bien a las condiciones del desierto. Los agricultores y pastores han utilizado la tecnología desarrollada por el Grupo Elion para sembrar regaliz de forma horizontal en vez de vertical. De este modo, el área de control de arena de una planta de regaliz ascendió de 0,1 metros cuadrados a 1 metro cuadrado, aumentando considerablemente el área total de control y la producción, además de los ingresos de la gente local.

 

Control gracias a la energía fotovoltaica

 

El desierto de Kubuqi es rico en energía solar. La insolación anual promedio es de 3180 horas, por lo que las condiciones para la generación de energía fotovoltaica son únicas. El gobierno local ha aprovechado esto para el desarrollo de la industria fotovoltaica, de modo que en 2017 se puso en marcha la construcción de la base líder para las aplicaciones de generación de energía fotovoltaica de Dalat en el desierto de Kubuqi. La base tiene una escala total de 2 millones de kilovatios y se completará en tres fases. Una vez finalizada, será capaz de generar 4000 millones de kWh al año, en tanto que la reducción de emisión anual de dióxido de carbono será de 3,2 millones de toneladas. La base también sirve como un lugar de testeo para el control de la desertificación en China en general, donde se está desarrollando, por ejemplo, un nuevo modelo de “control fotovoltaico de arena” que podrá controlar eficazmente 13.333 hectáreas de arena una vez finalizado.

 

El principio detrás del uso de energía fotovoltaica para controlar la desertificación no es complejo. Los paneles solares en las centrales fotovoltaicas pueden bloquear el flujo de aire, reducir la velocidad del viento y así disminuir el viento y la arena. Los paneles solares también pueden bloquear la luz, reducir la evaporación, aumentar la humedad del suelo, promover la recuperación de la vegetación y reverdecer el desierto. Además, los soportes fotovoltaicos donde se apoyan los paneles solares tienen una altura de casi tres metros y se pueden plantar cultivos especiales debajo de estos. De esta forma, no solo ayudan a prevenir el movimiento de viento y arena, sino que, además, las raíces, tallos y hojas de los cultivos pueden proporcionar alimento para la reproducción entre placas. El estiércol proveniente de la cría ecológica de animales sirve de abono para los cultivos bajo las placas, lo cual puede mejorar eficazmente el suelo, creando así un círculo virtuoso entre ecología y economía.

 

La construcción de centrales fotovoltaicas está convirtiendo el desierto en un oasis. Mediante la primera fase del proyecto de 500.000 kilovatios se han completado más de 1333 hectáreas de ecologización. Los espacios entre los paneles fotovoltaicos han sido plantados con hierbas medicinales chinas como la escutelaria y el astrágalo, así como dátiles rojos en algunas zonas con bosques económicos.

 

Con las mejoras ecológicas suscitadas por estos proyectos, los agricultores y pastores locales se han beneficiado directamente. Junto con aumentar sus ingresos a través del turismo en el desierto, la cría de animales y la limpieza de los paneles fotovoltaicos, muchos de ellos también han sido contratados para trabajar en proyectos de mantenimiento forestal.

 

El modelo para el control de arena aplicado en Kubuqi también ha sido replicado en otras zonas de desertificación en el centro y occidente de China, y se están construyendo varios parques industriales de energía solar ecológica. Gracias a la inversión del Gobierno en este campo se ha abierto un camino fructuoso para la generación de energía fotovoltaica, la restauración ecológica y el alivio de la pobreza en beneficio de la población.

 

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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