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Una vida dedicada a las grutas de Mogao

2021-09-07 11:28:00 Source:China Hoy Author:A WEN
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Las grutas de Mogao, en Dunhuang, fueron construidas en el período Fujian bajo el emperador Xuanzhao, justo antes de la dinastía Qin (338-385). Este complejo vivió su momento de mayor apogeo tras las dinastías Sui, Tang y Yuan, cuando llegaron a haber 735 cuevas y 45.000 m2 de murales. Las 2415 esculturas que hay al interior de las grutas están hechas de arcilla, son de color blanquizco y poseen un altísimo valor artístico. En 1987, las grutas de Mogao fueron catalogadas como patrimonio cultural de la humanidad.

 

El encanto de las grutas de Mogao ha fascinado a generaciones de personas, muchas de las cuales se fueron asentando en torno a este lugar y formando un vínculo indisoluble. Entre ellas se encuentra Fan Jinshi, quien fue decana de la Academia de Investigación de Dunhuang.

 

16 de agosto de 2011. Fan Jinshi, entonces decana de la Academia de Investigación de Dunhuang, inspecciona el refuerzo de las cuevas en la zona norte de las grutas de Mogao en Dunhuang, en la provincia de Gansu. Visual People

 

Un amor entrañable por Dunhuang

 

Fan Jinshi nació el 9 de julio de 1938 en Beijing, aunque su familia procede de la ciudad de Hangzhou. Su padre, quien había sido uno de los mejores estudiantes de la Universidad Tsinghua y un apasionado del arte y la cultura clásicos chinos, le inculcó a Fan desde temprana edad el amor por la lectura.

 

Fan disfrutaba yendo a museos cuando aún estaba en la escuela secundaria, sobre todo las exhibiciones especiales de reliquias culturales. La joven sabía que muchas de las piezas que tanto admiraba habían sido desenterradas a través de excavaciones arqueológicas, por lo que al momento de llenar la solicitud universitaria en la que tenía que escoger una carrera, ni siquiera le pidió una opinión a sus padres.

 

Al hablar sobre su conexión con Dunhuang, Fan la describe como una mera “casualidad”. Visitó la zona por primera vez en 1962, cuando fue enviada por su facultad al Instituto de Reliquias Culturales de Dunhuang (ahora Academia de Investigación de Dunhuang) para realizar sus prácticas de graduación junto con otros tres compañeros de carrera. En ese entonces, imaginó que este sería “un lugar romántico y magnífico” que le despertaría la imaginación, pero quedó estupefacta tan solo al bajarse del auto y ver la sobriedad con la que el personal del instituto estaba vestido. Sin embargo, tan pronto entró a las cuevas y pudo observar los coloridos murales, Fan se olvidó de todo lo demás.

 

1962 fue un año muy importante para Dunhuang. El primer ministro Zhou Enlai asignó una gran cantidad de recursos económicos con el fin de rescatar la zona sur de las grutas de Mogao. Para ello, era necesario excavar y limpiar los restos arqueológicos. Sin embargo, no había arqueólogos profesionales en el instituto, por lo que este tuvo que solicitar la ayuda de la Universidad de Beijing, y Fan fue una de las dos personas convocadas.

 

Fan había pasado toda su vida en Beijing, por lo que a sus padres les preocupó el repentino cambio que enfrentaría al mudarse a Dunhuang y se opusieron a ello. Aun así, la joven siguió adelante con sus planes. “Ya has tomado tu decisión, por lo que ahora debes trabajar duro”, le dijo su padre antes de que partiera. “Las palabras de mi padre me hicieron madurar repentinamente, ya que no nos podemos arrepentir de nuestras elecciones una vez tomadas”, indica Fan.

 

Las condiciones materiales en aquel entonces eran muy rudimentarias. Su casa estaba hecha de barro y había sido un antiguo establo para el ganado. Todos los utensilios eran de greda y no había electricidad; solo se usaban velas o linternas y en la oscuridad de la noche, a veces los ratones caían sobre la colcha de la cama. “Mentiría si dijera que no tuve momentos de desazón e incertidumbre, ya que este era otro mundo en comparación con Beijing; era un lugar desolado de arena amarilla”, recuerda.

 

Las difíciles condiciones de vida tuvieron un fuerte impacto en su salud, debido a lo cual perdió peso y fuerza. Además, los depósitos de loess (depósitos sedimentarios limosos de origen eólico) en el aire no solo dificultaban su respiración, sino también la de muchas personas que sufrían de asma y polvo en los pulmones. Aun así, Fan estaba resuelta a perseverar. De esta forma, desde la restauración de los murales y el refuerzo de los acantilados hasta el monitoreo ambiental y el control del viento y la arena, Fan Jinshi cumplió la misión para la cual había sido convocada en pos de la protección de estas valiosas reliquias culturales.

 

Una dedicación absoluta

 

En 1966, Fan Jinshi y su compañero de universidad Peng Jinzhang contrajeron matrimonio en la ciudad de Wuhan. Tras graduarse, Peng fue contratado por la Universidad de Wuhan y Fan siguió con sus labores arqueológicas en Dunhuang, por lo que ambos tenían pocas oportunidades para estar juntos. Fan creía firmemente en el servicio que estaba prestando al país, por lo que decidió permanecer en Dunhuang unos tres años hasta concluir las principales tareas pendientes.

 

En 1977, Fan Jinshi fue nombrada subdirectora del Instituto de Reliquias Culturales de Dunhuang. Durante ese periodo su trabajo se tornó más demandante, lo cual le quitó incluso más tiempo de dedicación a su matrimonio. Ante ello, Peng Jinzhang tomó la difícil decisión de abandonar el cargo de subdirector del Departamento de Historia de la Universidad de Wuhan en 1986, cuando estaba próximo a cumplir 50 años, y acompañar así a su esposa. Fan se sintió muy conmovida por el apoyo de su marido. “Él sabía que no podía vivir sin Dunhuang, por lo que hizo muchas concesiones. Si no hubiese sido por su generosidad, no habría podido convertirme en quien soy ahora”, asegura.

 

En 1998, con 60 años de edad, Fan se convirtió en la tercera decana de la Academia de Investigación de Dunhuang. Poco después de asumir el cargo, muchas personas propusieron impulsar la economía local a través de la cotización de las grutas de Mogao en bolsa.

 

Fan se opuso firmemente a dicha idea. “La protección de reliquias culturales es un asunto muy complejo y no se puede explotar de cualquier forma. ¿Qué habría pasado si no se hubiera hecho de manera adecuada y se hubiese terminado destruyendo esta herencia cultural? No hay otras grutas de Mogao en el mundo”, sostiene. Además, Fan creía que conservar este sitio era también parte de su responsabilidad. “Si se hubiesen llegado a destruir las grutas de Mogao, yo habría pasado a ser culpable en los anales de la historia”.

 

Uso de tecnologías innovadoras

 

Gracias a los continuos esfuerzos de Fan y sus colegas, el encanto de Dunhuang se fue revelando ante el mundo. Sin embargo, en la medida en que el complejo patrimonial fue adquiriendo mayor popularidad tanto al interior del país como en el extranjero, surgió un considerable problema: la llegada de unos 200.000 turistas al año. Una vez que Fan Jinshi estaba visitando una de las cuevas, no pudo evitar estornudar debido al asfixiante olor a perfume. Aunque esto parezca irrelevante, en realidad el sudor e incluso el perfume pueden incrementar el deterioro o la corrosión de los murales. De hecho, si uno compara los murales en la actualidad con la situación de hace 100 años, ya se puede percibir una menor intensidad en los colores. “Habría sido demasiado egoísta de mi parte si prohibía a los turistas visitar este tesoro de la humanidad”. Sin embargo, Fan Jinshi estaba frente a un serio dilema.

 

Tras una serie de investigaciones y debates, y con el fin de proteger las reliquias culturales y aliviar los efectos adversos del turismo, el Instituto de Reliquias Culturales de Dunhuang comenzó la construcción del Centro de Servicio para Visitantes a principios de 2003. En este lugar, los turistas pueden tener una comprensión cabal respecto a los antecedentes históricos y culturales a través de pantallas e itinerarios virtuales antes de ingresar al sitio arqueológico, el cual se visita con una guía profesional. “Esto no solo ha permitido a los turistas obtener una información más detallada en un menor período de tiempo, sino que además ha contribuido a la protección del lugar”.

 

La contribución de Fan en pos de la preservación de las reliquias culturales de Dunhuang ha sido unánimemente reconocida por la comunidad académica. El prestigioso académico chino Ji Xianlin usó la palabra “inconmensurable” para referirse a las contribuciones de Fan en la conservación de este legado histórico.

 

Fan Jinshi ha ganado innumerables galardones, como “comunista destacada a nivel nacional”, “trabajadora avanzada del sistema cultural nacional”, “trabajadora avanzada nacional”, entre otros. Sin embargo, Fan cree simplemente que forma parte de un esfuerzo mucho mayor. “Estos honores le pertenecen al instituto de investigación y a todo el personal. Entiendo que esta es una gran deferencia del país por el trabajo en pos de la conservación de las reliquias culturales”.

 

Pese a sus 83 años, Fan Jinshi todavía hace todo lo posible por proteger la espléndida herencia cultural de Dunhuang, lugar al cual ha consagrado su vida.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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