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Un camino hacia el progreso

2021-04-06 12:50:00 Source:China Hoy Author:A WEN
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El 17 de febrero, un hombre con la espalda un tanto encorvada, pero con una expresión firme en el rostro, subió al podio para recibir el “Premio a los personajes que conmovieron a China en 2020”. Ese día, Mao Xianglin se convirtió en uno de los diez galardonados con esta distinción.

 

Mao Xianglin, secretario de la célula del PCCh en la aldea de Xiazhuang, en Chongqing. Cnsphoto

 

Lucha contra las adversidades

 

Nacido en enero de 1959, Mao Xianglin es secretario de la célula del Partido Comunista de China (PCCh) en Xiazhuang, una pequeña aldea de menos de 400 habitantes, ubicada en la municipalidad de Chongqing. Xiazhuang está rodeada de un acantilado, con una elevación de entre los 200 a 1000 msnm.

 

Al estar en una enorme depresión, apenas se oyen ruidos. De hecho, la aldea se encuentra totalmente apartada. Su aislamiento y falta de comunicación vial han sido un gran inconveniente para sus pobladores, quienes han sufrido la pobreza y el “encierro” por generaciones. Sin embargo, la llegada de Mao Xianglin hizo que la aldea comenzara de a pocos a “abrirse”.

 

En 1997, Mao Xianglin, de 38 años entonces, asumió el cargo de secretario de la célula del PCCh en Xiazhuang. En julio de ese año y tras participar en una capacitación de cuadros políticos, Mao se sentó al lado de un pozo a contemplar la aldea. En ese momento, decidió que debía hacer algo. Habían pasado muchos años desde el inicio del proceso de Reforma y Apertura que trajo una serie de cambios en el país, pero no había ocurrido lo mismo con la aldea de Xiazhuang. Mao Xianglin se dio cuenta de que la principal razón del atraso estaba en la falta de rutas viales, por lo que la construcción de un camino se volvió su principal prioridad.

 

Esa misma noche, Mao convocó una reunión masiva en la que propuso la construcción de una carretera en la montaña. Hubo quienes le apoyaron y quienes se opusieron. Sin fondos ni equipos, no era nada fácil construir una carretera en un acantilado. Los aldeanos tampoco tenían confianza ni coraje. Muchos se preguntaban de dónde sacarían los explosivos necesarios, cómo obtendrían los fondos, cuándo acabarían la obra, entre otras interrogantes.

 

Ante esta situación, Mao Xianglin les presentó un conjunto de datos sombríos. Desde 1949, de las 398 personas en la aldea, 315 nunca habían viajado en automóvil, 360 nunca habían visto televisión, 23 habían muerto al caerse del acantilado, más de 60 habían sufrido lesiones por la misma razón y 15 habían quedado discapacitadas. “Para que los animales que criamos nos generen dinero, debemos llevar la carne sobre nuestras espaldas a otros lugares. Para llegar al mercado del cantón de Zhuxian, tenemos que caminar por un sendero y no volvemos a casa sino hasta el anochecer. Sin embargo, si construimos una carretera, los coches nos podrían dejar en la puerta de la casa y transportaríamos directamente los animales y las verduras”, les explicó aquella vez. Tras muchos debates, los pobladores llegaron a un consenso: construirían una carretera y el costo sería financiado por todos. Con dicho fin, Mao Xianglin utilizó los 700 yuanes de pensión que recibía su madre, los 3000 yuanes que su hermana menor había destinado a la compra de muebles y otros 10.000 yuanes en crédito por parte de la Cooperativa de Crédito Rural.

 

De esta manera, el 12 de noviembre de 1997, los habitantes de Xiazhuang detonaron el primer explosivo que dio inicio a la construcción de la carretera. Los hombres trabajaban en la obra, las mujeres se encargaban de cocinar, transportar los suministros y cultivar la tierra, los ancianos cuidaban de los niños y estos últimos ayudaban a los adultos en las labores más sencillas, como el transporte de algunas cosas los fines de semana. El más joven de los hombres tenía 17 años y el mayor 63. Todos dormían y comían a la intemperie, y volvían a casa una vez cada tantos meses.

 

La seguridad fue la principal preocupación de Mao Xianglin. Aunque los hombres hacían todo lo posible para protegerse, hubo accidentes. En 1999, Shen Qingfu, de 28 años, y Huang Huiyuan, de 36, murieron al caer desde el acantilado debido al deslizamiento de rocas. “Temía que a más gente le sucediera lo mismo”, recuerda Mao.

 

Huang Huiyuan había sido convocado al equipo por el propio Mao Xianglin. Durante su velorio, Mao confesó a los asistentes sus temores. Lo que no esperaba era que el padre del difunto les animara a continuar con las obras. “Aunque mi hijo haya muerto, la construcción no puede detenerse. Solo la carretera podrá liberarnos de la pobreza”, les dijo. Las palabras del padre conmovieron a Mao Xianglin y a los demás aldeanos, quienes, con el puño levantado, gritaron: “¡A construir!”. Al día siguiente, tras el entierro de Huang Huiyuan, todos se dirigieron una vez más a la montaña. Se les unió Yang Zihui, la viuda de Huang.

 

En marzo de 2004, tras más de seis años de incansables esfuerzos, se terminó de construir la carretera, de más de 2 metros de ancho y 8 kilómetros de largo, en el acantilado de Xiazhuang. El sueño de varias generaciones se había hecho realidad. A sugerencia de Mao Xianglin, en la entrada de la aldea se construyó un monumento dedicado a quienes habían entregado su vida por la construcción de la carretera.

 

Nuevos sueños, nuevas metas

 

Para Mao Xianglin, la construcción de la carretera era solo el primer paso en el camino de la aldea hacia el progreso. Tras visitar otras aldeas cercanas, aprender de sus medidas exitosas e invitar a técnicos agrícolas a Xiazhuang a que evaluaran el terreno, Mao instó a los aldeanos a que cultivaran naranjas Newhall. De este modo, durante los últimos años se han plantado casi 44 hectáreas de naranjos en toda la aldea, lo cual ha supuesto un ingreso de 2 millones de yuanes (308.000 dólares) por cada 33,33 hectáreas y se ha establecido una cooperativa profesional para la gestión unificada.

 

Asimismo, Mao Xianglin incentivó a los pobladores a plantar decenas de hectáreas de sésamo, trigo, sandía y calabaza, gracias a lo cual también se han desarrollado otras industrias. Mao también impulsó a algunos a trabajar en otros lugares. De hecho, en los últimos diez años, más de 100 aldeanos encontraron trabajo fuera de Xiazhuang.

 

Tras la sustancial mejora del nivel de vida en la aldea y el fortalecimiento de la industria local, a sus pobladores les parecía que la carretera en el acantilado era algo “anticuada”: era demasiado estrecha, ya que solo podían pasar a duras penas motocicletas y pequeños vehículos agrícolas, toda vez que cuando llovía, el deslizamiento de barro y rocas obstruía el tráfico. Por ello, ensanchar y reforzar la carretera se convirtió en otro sueño para los aldeanos de Xiazhuang.

 

En 2015 comenzó una nueva fase en su lucha contra la miseria, pues Xiazhuang fue identificada como una aldea pobre. Mao Xianglin volvió a movilizar fondos y mano de obra, y logró asegurar más de 4 millones de yuanes (615.000 dólares) de los departamentos gubernamentales para la remodelación de la carretera. Su anchura se extendió a 4,5 metros, se reforzó su superficie y se agregó una baranda exterior, con lo cual el nuevo sueño también se hizo realidad.

 

Este logro renovó la confianza de Mao Xianglin, quien siguió ayudando a sus coterráneos a aumentar sus ingresos. En 2018 se puso en marcha la construcción de la línea turística que conecta la autopista Shanghai-Chongqing con el Gran Cañón de Dangyang. En la medida en que Xiazhuang formara parte de este tramo, podría dar a conocer su capital turístico y atraer a más visitantes.

 

Para desarrollar el turismo se debían seguir tres pasos, propuso Mao. El primero consistía en embellecer la aldea, transformar y mejorar las viviendas precarias, construir albergues y desarrollar el concepto de turismo rural en las casas familiares. El segundo paso era transmitir el espíritu de Xiazhuang, contando la historia detrás de la construcción de la carretera y preservando su legado a través del levantamiento de una Sala de Exposición de la Cultura Espiritual. El tercer paso era conectar la aldea con la línea turística para consolidar el desarrollo de su producción de cítricos, sandía y melocotón, y atraer a los turistas. “Seguiré trabajando en Xiazhuang para asegurar que la próxima generación disfrute de una vida mejor”, dice.

 

Bajo el liderazgo de Mao Xianglin y el esfuerzo de los pobladores, 65 hogares compuestos por 273 personas han logrado salir de la pobreza y el ingreso anual per cápita alcanzó los 12.670 yuanes (1950 dólares) en 2020.

 

El 25 de febrero pasado, mientras se llevaba a cabo una ceremonia en Beijing para conmemorar los logros del país en la erradicación de la pobreza, se le concedió a Mao Xianglin el título honorífico de “Modelo nacional en la mitigación de la pobreza”. El presidente de China y secretario general del Comité Central del PCCh, Xi Jinping, le dio las gracias por sus notables esfuerzos. Mao Xianglin sintió una mezcla de emociones ese día. Por un lado, recordó la aldea de Xiazhuang, la construcción de la carretera y los esfuerzos del pueblo por salir adelante y, por otro, vino a su mente el camino hacia la prosperidad gracias al impulso de la agricultura, la cultura y el turismo. “Jamás me cansaré de buscar la felicidad del pueblo”, asegura.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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