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Hacia un mayor intercambio académico

Source:China Hoy Author:ANDRÉS BóRQUEZ*
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Andrés Bórquez, coordinador del Programa de Estudios Chinos del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.

 

Mi acercamiento a China se dio en el contexto de la preparación de los estudios doctorales. En un comienzo, había planificado realizar el doctorado en Alemania; por ende, comencé a estudiar alemán en la ciudad de Regensburg. Mientras aprendía el idioma, aproveché en profundizar mis lecturas sobre las teorías de las relaciones internacionales, que era el área donde quería enfocar mi tesis. En este intertanto, comencé a leer teorías que se alejaban de las corrientes dominantes, principalmente de académicos del Este de Asia.

 

Viajamos a Hong Kong, Beijing y Shanghai, todas ciudades que nos permitían conocer en profundidad la cultura china y que nos concedían la posibilidad de mantener elementos de nuestra cultura y los servicios que contábamos en las ciudades europeas en las cuales vivimos. Finalmente elegimos Shanghai, la cual cumplía todas nuestras expectativas.

 

Fui aceptado en el programa de políticas internacionales de la Universidad Fudan, una de las universidades con mayor tradición y reputación de China.

 

Una visión diferente

 

Como parte del programa doctoral, la escuela permite elegir una serie de asignaturas sobre China y el Este de Asia, por lo que decidí profundizar mis conocimientos en cursos relacionados con las políticas locales y las relaciones internacionales de China. Además, opté por adentrarme en la comprensión de la estructura teórica que los intelectuales chinos están desarrollando. Esto lo combiné con ramos de filosofía e historia política, los cuales fueron muy valiosos, puesto que pude aprender los metarrelatos y la cosmovisión china. En estos ramos pude reconocer y comprender diferentes escuelas de pensamiento, cautivándome la escuela mohista y su búsqueda de la autorreflexión como mecanismo de resiliencia e impulso de un modelo meritocrático. Obviamente, también pude conocer un poco más sobre el confucianismo y el daoísmo, que son los grandes pilares de lo que conocemos como civilización china.

 

Por otro lado, encontré en los cursos sobre economía y reformas de China, una herramienta muy potente para comprender los modelos de desarrollo de algunas provincias, como el modelo de Chongqing o el modelo de Guangdong, interesantes casos que hasta el día de hoy sigo estudiando. También pude estudiar los principios de la política exterior de la República Popular China, tales como la coexistencia pacífica y el enfoque relacional de largo plazo como mecanismo de integración internacional. Es interesante cómo en la práctica de política exterior de esta nación asiática se puede desprender la impronta de la civilización de China, un conocimiento acumulado en muchos años de historia que indudablemente muy pocos países tienen la posibilidad de exhibir y poder utilizar en el desarrollo de las políticas internacionales y en los desafíos que tiene el presente.

 

Tras mi regreso a Chile, postulé a un concurso público para ingresar como académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. Es una de las instituciones más antiguas y prestigiosas en el estudio de las Relaciones Internacionales en Latinoamérica. Esta casa de estudio, de gran influencia en el desarrollo de políticas públicas y en la entrega de directrices técnicas en todas las áreas, me abrió las puertas, lo que me ha permitido concretar la retribución que prometí al Estado chileno. Cabe precisar que fui becado para realizar mis estudios doctorales en China por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, y el compromiso tras finalizar los estudios es contribuir al desarrollo del país.

 

En particular, me encuentro coordinando un programa dedicado a la sistematización del estudio de las relaciones internacionales de China. Gracias a la dirección del instituto, hemos podido posicionarnos como uno de los pocos centros de estudios sobre China en América Latina. En mi labor investigativa enfocada en China y el Este de Asia, he podido entender que el mainstream occidental de la disciplina es solo una parte de las contribuciones teóricas y que el estudio de las políticas internacionales debe incluir los paradigmas de otras escuelas, como la asiática y latinoamericana. Esto permitirá complementar los análisis del comportamiento de los Estados, de los organismos internacionales y de todos los agentes que influyen en la construcción del sistema mundial.

 

2 de noviembre de 2019. Políticos, académicos y empresarios participan en el foro “La China Contemporánea y el Mundo: Diálogo entre los Think Tanks Chinos y Latinoamericanos”, realizado por CIPG y la Universidad de Chile, en Santiago de Chile.

 

Cincuenta años de relaciones

 

Este mes de diciembre, Chile y China cumplen 50 años de relaciones ininterrumpidas. Gradualmente se han ido estrechando las relaciones, sobre todo en el sector comercial, pero también se observa un estrechamiento en los ámbitos culturales y académicos. Esto se traduce en el establecimiento de proyectos en conjunto para el desarrollo de investigaciones, libros y publicaciones relacionados con diferentes disciplinas.

 

Gracias a estas actividades se siguen profundizando el entendimiento y la búsqueda del beneficio mutuo. De ahí la importancia de esta fecha, que representa un trabajo de largo plazo. Tras estos 50 años han ido quedando atrás la distancia física y las diferencias culturales para seguir avanzando en una relación que permita solucionar problemas comunes de forma complementaria. En parte, este espíritu explica que las relaciones se hayan mantenido ininterrumpidamente, más allá de los cambios políticos que han tenido que afrontar ambas naciones.

 

Son variados los desafíos en la profundización de las relaciones entre nuestros países. Uno de ellos es el interés por el desarrollo de conocimiento, dada la relevancia que tiene para nuestros países al ser una herramienta para alcanzar el desarrollo sostenible y sustentable, principal recurso de acción para enfrentar los desafíos globales que vienen.

 

Enfrentar esto desde la disposición de un diálogo franco y directo que genere más puentes académicos es fundamental para elaborar proyectos de investigación en conjunto que solucionen problemas comunes. Una de las acciones clave desde el mundo académico es fomentar la traducción y lectura de textos de ambos idiomas. A fin de fortalecer el conocimiento mutuo es crucial ir estudiando los trabajos de ambas culturas académicas. Este ejercicio puede ser relevante para que los estudiantes y académicos chilenos y chinos generen nuevos puntos de encuentro y marcos para fortalecer la generación de nuevos estudios y programas.

 

Es precisamente esto lo que está haciendo nuestro Programa de Estudios Chinos. Tras un año de creación, hemos podido abrir un diploma sobre la política y economía de China. Este diploma permite salir de los espacios comunes y profundizar más en el aprendizaje de los procesos que ha llevado a cabo esta nación asiática. También nos encontramos realizando estudios empíricos que permitan establecer inferencias y sistematizar el conocimiento de la política exterior de China en América Latina.

 

Chile y China, al ser países en vías de desarrollo, lidian con resolver variados problemas para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Esta constante es un marco para seguir profundizando la cooperación y generando proyectos que tengan impacto y valor para ambos pueblos. Ámbitos como mejorar el intercambio y la producción de nuevas tecnologías ligadas a la energía solar, la profundización en la astronomía y el fomento del desarrollo agrícola son líneas que ya se encuentran cooperando y van en la línea de la complementariedad. Problemas tales como la sequía, la contaminación y el reemplazo de trabajadores por procesos de automatización son parte de las dinámicas globales a las que ambas naciones no están ajenas. Los problemas son oportunidades para que los pueblos sigan fortaleciendo la cooperación y el intercambio de experiencias, y busquen en conjunto encontrar soluciones para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

 

 
 
*Andrés Bórquez es académico y coordinador del Programa de Estudios Chinos del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, y doctor en Políticas Internacionales de la Universidad Fudan (China).

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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