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El animal sagrado de la meseta

Source:China Hoy Author:JIANG FUMEI*
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Los ciervos de hocico blanco viven a una altura de entre 3500 y 5000 msnm. VCG

 

El ciervo de hocico blanco (cervus albirostris), que habita en la meseta Qinghai-Tíbet, es un animal endémico de China bajo protección estatal de primer nivel. Ha sido incluido en la Lista Roja versión 3.1 de 2013 de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Aunque la especie vive principalmente en dicha meseta, también se encuentra en las montañas y praderas a su alrededor, que cubren Gansu, Qinghai, Sichuan, el Tíbet y Yunnan. Generación tras generación los locales lo han venerado y protegido como un animal sagrado.

 

El ciervo de hábitat más alto sobre el nivel del mar

 

Los ciervos de hocico blanco son altos y grandes, miden de 100 a 210 cm de largo, de 120 a 130 cm de alto (hasta el hombro), y pesan entre 130 y 200 kg. Su cola es la más corta entre los ciervos grandes, de 10 a 15 cm. Se caracteriza principalmente por tener el labio inferior blanco, color que se extiende hasta la parte superior de su garganta y a ambos lados de su boca, lo que dio origen a su nombre. Se le conoce también como “ciervo de nariz blanca”.

 

Su cabeza tiene forma de triángulo isósceles, frente ancha y plana, orejas largas y puntiagudas, glándulas orbitales grandes y profundas. Los machos tienen astas, cuya parte inferior es de forma cilíndrica, y la restante achatada, especialmente en la parte bifurcada. Por eso también son conocidos como “ciervos de astas achatadas”. Las astas son altas y separadas ampliamente, con 8 o 9 ramas en cada una. El terciopelo de asta del ciervo de hocico blanco crece y se despega una vez al año, una materia preciosa usada en la medicina tradicional china que reporta altos beneficios.

 

Tienen cuellos largos y manchas de color amarillo pálido en la parte trasera, pero sin la raya dorsal negra y manchas blancas. En invierno, su pelaje es de color marrón oscuro, con pequeñas manchas de marrón pálido, por lo que también les llaman “ciervos rojos”. El pelaje es más oscuro en verano, de color marrón amarillento. El abdomen es de color amarillo pálido y presenta manchas amarillas alrededor de la cola, de ahí su otro nombre de “ciervos de cadera amarilla”.

 

Los sentidos del olfato y el oído de los ciervos de hocico blanco son muy sensibles. Son buenos corredores. A veces, incluso, pueden escalar acantilados de rocas desnudas. Las pezuñas de los machos son grandes y anchas, las de las hembras son más afiladas y estrechas. Cuando corren, las articulaciones de sus patas emiten un sonido “clic, clic”, lo que también puede ser una señal de contacto mutuo. Además, son buenos para nadar y pueden atravesar amplias aguas de flujo rápido.

 

Son los ciervos que habitan en el lugar más alto sobre el nivel del mar, principalmente en los bosques y prados. El clima de su hábitat es generalmente muy frío, con un espeso manto de nieve entre noviembre y abril. Como un animal típico de montañas altas y frías, los ciervos de hocico blanco tienen el pelaje grueso, denso y áspero, sin pelusas. Su pelaje le protege bien del viento y la nieve. Son animales sociales y elegantes. El tamaño del grupo varía según la temporada y el hábitat, de solo 3 o 5 hasta 100 o 200 ciervos. Su área de actividad es por lo general pequeña, y mayormente se centra alrededor de una gran montaña con abundante agua, arbustos y hierbas. En busca de alimentos y agua, o huyendo de la caza, pueden migrar hasta 100 o 200 km. Cuando se asustan, los machos corren a lugares altos y las hembras, a sitios más bajos.

 

Pasan el verano principalmente en las praderas, y en invierno, se desplazan hacia los bosques y las montañas nevadas. Buscan comida por la mañana y al anochecer. Se alimentan generalmente de plantas herbáceas, en especial pasto azul de Kentucky, carex, astrágalo, además de brotes, hojas, ramas y corteza de árboles. Comen hasta 80 tipos de plantas. También tienen la costumbre de comer sal, especialmente en primavera y verano.

 

Ciervo de hocico blanco en la montaña nevada de Qinghai. VCG

 

Especie antigua del Himalaya

 

Casi el 80 % de la pradera de la meseta Qinghai-Tíbet sirve de pasto para yaks, ovejas y cabras. A los ciervos de hocico blanco no les gusta buscar alimentos en la misma zona. Por eso, aunque la gente los protege como a una deidad, su espacio de supervivencia se ha ido reduciendo y aislando, lo que ha afectado su reproducción.

 

Los ciervos de hocico blanco se reproducen una vez al año, de septiembre a noviembre. Los machos luchan ferozmente por el cortejo, y no son raros los casos en que se rompen las cornamentas de algunos. Tras 8 meses de gestación, las hembras preñadas paren una o dos crías entre mayo y agosto. El ciervo de hocico blanco es una especie antigua, pues su fósil fue descubierto en los estratos del Pleistoceno tardío. Se distribuía ampliamente en la zona central de la cordillera Himalaya. Debido a la orogénesis del Himalaya, ocurrido a finales del Terciario e inicios del Cuaternario, se elevó la meseta y desaparecieron los bosques, así los ciervos de hocico blanco retrocedieron del este hasta el oeste de la cordillera Qilian, las montañas Kunlun, Tanggula y Hengduan, para convertirse en una especie endémica de China.

 

Como este tipo de ciervos viven en lugares inaccesibles, en los libros históricos chinos no existen registros de ellos. En 1883, el explorador ruso Nikolai Przewalski descubrió por primera vez un fósil del ciervo de hocico blanco en el norte de Gansu y esta especie entró en el campo de visión de los biólogos. En 1893, el británico William Thomas Blanford se encontró con ciervos de hocico blanco durante su expedición al Tíbet y los nombró Thorold’s’ deer (ciervo de Thorold). Más tarde, Alemania y EE. UU. realizaron expediciones de 1938 a 1939, e informaron de la distribución de este tipo de ciervos en Sichuan y otros lugares. Estos primeros hallazgos proporcionaron informaciones parciales de la distribución geográfica de los ciervos de hocico blanco.

 

En la década de 1990, la población de ciervos de hocico blanco en China era de alrededor de 15.800. En la actualidad, la población se distribuye principalmente en Sichuan, Qinghai y el Tíbet, con un total de aproximadamente 7000 ciervos. La mayoría de ellos se encuentran en un estado semisalvaje, y los totalmente salvajes son muy pocos.

 

Los ciervos de hocico blanco son preciosos. Aunque China domina la tecnología para su cría artificial, y muchos parques zoológicos los mantienen en cautiverio, solo se han regalado dos parejas a los países vecinos de Sri Lanka y Nepal. Los ciervos de hocico blanco pasan sus vidas en la vasta meseta Qinghai-Tíbet.

 

 
 
*Jiang Fumei es una escritora independiente de Beijing.

 

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