El ibis nipón es una especie de ave endémica de Asia Oriental y ha sido incluido en el nivel I de protección nacional de especies raras de China. Es conocido como “gema oriental” por sus plumas carmesí y elegante posición, y tiene aficionados por todo el mundo. En el pueblo chino es conocido como símbolo de buen agüero, por lo que es también llamado “ave de la buena suerte”. Actualmente, China es el único país del mundo que cuenta con dicha especie en estado salvaje.
El macho y la hembra son exactamente iguales: pico largo, con corona y mejilla roja. A diferencia de otras aves, dentro de la cabeza del ibis nipón solo su cara, de un color rojo vivo, está al descubierto. Su iris es de color naranja y el pico delgado y curvado hacia abajo es negro. Una corona compuesta por decenas de plumas largas y gruesas crece en su occipucio. Las patas, de un rojo vivo en su parte inferior, no son muy largas. Sus plumas son tan blancas como la nieve, y la parte inferior de las alas y una porción de las plumas de la cola son también de un color rojo vivo. Es un animal elegante y hermoso.
El ibis nipón requiere elevadas condiciones para su supervivencia. Además de árboles altos para su hábitat, de arrozales y pantanos para buscar alimentos, exige un ambiente tranquilo con pocos enemigos. Por las noches descansa en los árboles y por el día busca alimento en los arrozales sin fertilizantes, tierras y arroyos limpios. Cuando busca alimento en aguas poco profundas y pantanosas, no cesa de meter su pico y una vez que lo encuentra, lo consume directamente.
Para descansar, intercalan sus picos en las plumas de la espalda creando una escena muy atractiva cuando la brisa mueve sus coronas. Cuando vuelan, sus cabezas se tienden hacia adelante y las patas hacia atrás. Aletean fuerte pero muy lentamente, y andan por el suelo con ligereza, lentitud, elegancia y sobriedad. El sonido que emite el ibis nipón es muy similar al del cuervo, pero el ibis nipón lo hace muy poco.
Su período de reproducción anual es entre marzo y mayo. Para construir sus nidos eligen ramas de castaños, álamos y pinos altos. Crean un nido redondo y un poco hundido en el centro. La hembra pone cada vez dos o cuatro huevos de color verde ligero. Después de unos 30 días de incubación, eclosiona el huevo. Después de 60 días, las plumas del pichón están en plena madurez, pero todavía falta mucho para que alcance su adultez. Sus plumas son de color gris, más oscuras que las de los mayores. Tres años después, serán adultos y comenzarán a reproducirse.
Según datos históricos, el ibis nipón se distribuyó ampliamente por China, Corea del Norte, Japón y el sur de Siberia. China es el país donde más se ha expandido: al norte por el lago Xingkai en la cuenca del río Heilongjiang, al este por las provincias de Fujian y Taiwan, al oeste por la ciudad de Tianshui, provincia de Gansu, y al sur en la isla de Hainan.
El registro más antiguo sobre dicha ave se encuentra en China y aparece en Las memorias históricas, un libro de hace más de 2100 años. Además, el libro Hanyuefu tiene un capítulo titulado El ibis nipón, para metaforizar a los que aconsejaban a los emperadores. En este caso, en la antigua corte de China se instaló un gran tambor con la imagen del ibis nipón en el centro, y los ministros que querían aconsejar al emperador tenían que golpearlo.
Una familia de ibis nipón. VCG
Un “pájaro sagrado”
En los poemas de la dinastía Tang (618-907) aparece con mucha frecuencia su imagen relacionada con la familia imperial, la riqueza y el poder. Japón, profundamente influido por la cultura china, considera al ibis nipón como “pájaro sagrado” y está reconocido como “ave nacional de Japón”.
Hasta principios del siglo XX, el ibis nipón todavía pertenecía a las aves acuáticas comunes. De acuerdo con los registros, en diciembre de 1911, decenas de miles de esas aves se reunieron en la costa occidental de la península coreana, lo que formó una interminable nube. En la prefectura japonesa de Aomori, debido a su cantidad excesiva, los campesinos los consideraban como plagas. En China y los humedales siberianos, la cantidad de ibis nipón era muy numerosa. Hasta 1930, podía encontrarse en al menos 14 provincias de China.
Sin embargo, con el desarrollo de la tecnología moderna agrícola, tanto la cantidad como las zonas de distribución de esta ave se redujeron en gran medida. En 1975, el ibis nipón se extinguió en la península coreana. En 1981, con la intención de detener su desaparición en Japón, decidieron alimentar a los seis últimos de su especie en estado salvaje, por lo que actualmente ya no existe en ese país en dicha condición.
El 18 de mayo de 1981, los científicos chinos encontraron, después de más de tres años y más de 50.000 km de búsqueda, dos nidos y siete ibis nipones salvajes en el monte con árboles del cantón de Baliguan del distrito de Yangxian, en la provincia de Shaanxi. Al demostrarse su existencia se puso en marcha un programa para la protección de esta ave.
La protección del ibis nipón en China es aleccionadora para Japón. Se ha adoptado el método de protección sobre el terreno y en otros lugares. Al mismo tiempo, se estableció el grupo de cría artificial para fortalecer su protección en estado salvaje. En agosto de 1981, el gobierno local del distrito de Yangxian decidió delimitar su zona de protección, en donde prohibió la explotación minera, la caza y la deforestación. En septiembre de 2001 se estableció la Reserva Natural de Protección del Ibis Nipón a nivel provincial en Hanzhong, y el 9 de agosto de 2005 esta reserva ascendió a nivel nacional.
En cuanto a la protección en otros lugares, empezó su cría artificial en el Parque Zoológico de Beijing en 1981. En 1990 se puso en marcha la cría artificial en el distrito de Yangxian. En 1995 se estableció la tecnología de cría artificial del ibis nipón.
Con la protección en estado salvaje y la cría artificial, el ibis nipón ya no está en peligro de extinción. Hoy en día existen más de 13 zonas de protección en China con más de 5000 aves, 3000 de ellas en estado salvaje. Como especie rara y única en China, el ibis nipón también ha desempeñado su papel en la diplomacia como mensajero de la amistad entre China y Japón. Actualmente en ese país vecino existen unos 200 de origen chino.