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La belleza de Wanfenglin

2021-09-29 12:17:00 Source:China Hoy Author:ZHAO YANQING*
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“Hay muchísimas cimas en el mundo, pero las de aquí forman un bosque”, señaló alguna vez Xu Xiake (1587-1641), un conocido geógrafo y viajero de la dinastía Ming, cuando fue a Wanfenglin (“El Bosque de las Diez Mil Cimas”). Ubicado en la ciudad de Xingyi, en la prefectura autónoma de las etnias miao y buyi, en el suroeste de la provincia de Guizhou, Wanfenglin se hizo popular gracias a Xu Xiake. Además, es conocido por ser uno de los lugares de montañas kársticas de forma cónica más bellos del mundo y por su museo de karst, el cual es único en China.

 

El área escénica de Wanfenglin es conocida por ser uno de los lugares de montañas kársticas más bellos del mundo.

 

Los Ocho Diagramas

 

Los picos en forma de cono que se esconden en el horizonte se encuentran unos detrás de otros. En este lugar idílico, los campos dorados, los largos ríos, los hermosos pueblos y los caminos solitarios, junto a la niebla matutina y una hermosa puesta de sol, se ciernen sobre los picos y bosques.

 

Las tierras de cultivo al pie de las montañas de Wanfenglin están dispuestas de forma totalmente única, como es el caso de las famosas terrazas agrícolas de Bagua (o de los “Ocho Diagramas”), cuyo nombre proviene de su apariencia en conjunto, como un embudo de poca profundidad y gran ancho.

 

El pictograma de los Ocho Diagramas ocupa un importante lugar en la cultura antigua china, aunque nadie sabe a ciencia cierta cómo se formaron ni tampoco hay pruebas científicas que den cuenta de su origen. Con el paso del tiempo, este misterio ha ido adquiriendo diversos matices por parte de la gente, habiendo algunos que creen que los Ocho Diagramas están protegidos por algún poder misterioso que allí habita y que es inquebrantable.

 

El dibujo de los Ocho Diagramas en Wanfenglin tiene su origen en una leyenda taoísta. El sacerdote Li luchó contra espíritus malignos y monstruos terribles en las cimas y bosques, a quienes logró derrotar con los tesoros del taoísmo y la brújula de los Ocho Diagramas. En el momento en que Li hizo un sacrificio con la brújula, diversos seres vivos y cosas empezaron a emanar del rayo, como dragones, aves fénix, vacas, caballos, cerdos, ovejas, pollos, perros, entre otros animales. Los dos polos complementarios del yin y el yang en los Ocho Diagramas se convirtieron en los ojos del cielo. Asimismo, la brújula de los Ocho Diagramas se fue expandiendo cada vez más al caer al suelo hasta cubrir la tierra por completo. Desde entonces, se dice que la gente en estas tierras vive de manera armoniosa y feliz, toda vez que los vientos favorables y las lluvias siempre llegan de manera oportuna.

 

Dos mujeres de la etnia buyi en la aldea de Gaodang.

 

El misterioso grupo de embudos

 

En la aldea de Nahui hay cuarenta lotes de tierra conocidos como “grupo de embudos” en su conjunto. Los embudos se han formado por el colapso parcial del río subterráneo y la disolución del agua superficial. El río Nahui está en la superficie, toda vez que hay otro río que se encuentra bajo tierra, pero ambos fluyen juntos en la misma dirección. En un momento, el río Nahui desaparece mágicamente sin dejar rastro, pero aparece nuevamente 20 kilómetros después.

 

Los antepasados de quienes la habitan hoy labraron los campos para su cultivo y los dispusieron en torno a un desagüe de piso redondo. Además, hicieron un canal en forma de arco para el desvío del agua, con el fin de facilitar el riego de las tierras agrícolas desde el desagüe. En la temporada de lluvias, el agua podía ser drenada rápidamente mediante el desagüe en caso de inundaciones, mientras que cuando había sequías, esta podía ser extraída del río subterráneo para regar los campos y graneros. “Quienes somos de Wanfenglin podemos garantizar buenas cosechas independientemente de los embates del tiempo o la época del año, y nunca hemos sufrido los desastres de una inundación”, señalan sus pobladores con orgullo.

 

En los campos aledaños a la aldea de Xianahui, hay embudos en forma de ojos, mientras que al costado hay una cima en la que se han plantado pinos, que se asemejan a las cejas. Su nombre, “Ojos de la Tierra”, deriva precisamente de ello. Se trata de la Madre Tierra que observa a sus hijos, mientras estos cultivan los campos durante las cuatro estaciones del año y los ve crecer, tal como lo haría una madre, que es testigo del desarrollo de su hijo desde su nacimiento hasta su adultez. Al igual que un embudo, el fondo de los ojos de la tierra está conectado con el río subterráneo, el cual es un sistema complejo y ramificado, por lo que la profundidad, el ancho y la velocidad de la corriente aún no han sido establecidos. Pese a los avances tecnológicos, los datos hidrológicos específicos son todavía un capítulo en blanco, pero los embudos al pie de las montañas de Wanfenglin han sido altamente beneficiosos para la población local.

 

Un hombre de la etnia buyi en la aldea de Gaodang.

 

Las aldeas de la etnia buyi

 

Las aldeas de la etnia buyi en Wanfenglin están rodeadas de montañas y ríos. Las aldeas –Shangnahui, Zhongnahui y Xianahui– deben su nombre al río Nahui, en tanto que la aldea de Yueliang (“Luna”) se parece precisamente a una luna con forma curva.

 

Los antepasados de la etnia buyi comenzaron a cultivar arroz de manera muy temprana, por lo que también se les conoce como la “etnia del arroz”. Los buyi están distribuidos en el suroeste del país y un 90 % reside en la provincia de Guizhou. Tienen su propio idioma y, según investigaciones científicas, también habrían tenido su propia forma de escritura, la cual lamentablemente se fue perdiendo en el tiempo. En el idioma buyi, nahui se refiere a “campos acuáticos”, lo cual evidencia el gusto de su gente por el agua. El río Nahui serpentea desde el extremo noroccidental del bosque de cimas y fluye por debajo del puente de piedra hacia las aldeas. En el paisaje se observa la orilla del río reforzada con bambú, flores de un amarillo claro, escalones de piedra de color marrón y balsas escondidas entre las raíces de árboles gigantes, mientras que los ancianos cargan canastas con verduras que aprovechan para lavar. La gente buyi ha vivido al pie de Wanfenglin generación tras generación, transmitiendo su propia cultura y llevando una vida basada en la autosuficiencia, sin grandes lujos, pero tranquila y en estrecha armonía con el medioambiente.

 

En los últimos años, la llegada de visitantes ha traído más movimiento y oportunidades comerciales ligadas a la prestación de servicios turísticos como alojamiento y comida. Por ello, en muchas aldeas las casas han sido refaccionadas y no se ven viviendas viejas.

 

El río Nahui, cuyas aguas fluyen de norte a sur por más de 20 km, envuelve Wanfenglin como una cinta. En la aldea de Xianahui, que también se encuentra junto al río, hay miles de árboles que la etnia buyi se ha comprometido en proteger debido a su amor por la naturaleza. Así, los árboles han crecido durante décadas y nunca serán talados. Los más antiguos están cubiertos con una tela roja, la cual sirve como una especie de bendición. Los árboles son respetados y admirados por los buyi al ser el origen de muchos mitos.

 

Junto a los árboles centenarios de la aldea de Xianahui se encuentra una feria a la cual acuden los buyi provenientes de diversos lugares. Aquí es donde venden sus productos agrícolas, además de otros artículos. Algunos ancianos sostienen su pipa de agua, mientras esperan a que alguien se acerque a sus puestos. Otros platican de forma animada. En ocasiones se observan también personas vistiendo los atuendos tradicionales de la etnia, incluidas algunas ancianas con pañuelos negros en la cabeza.

 

La aldea de Gaodang, en el distrito autónomo de las etnias buyi y miao, en la ciudad de Anshui, es una de las pocas aldeas donde se conservan las costumbres e historia de la etnia de manera intacta. Pese al viento y la lluvia, las viviendas tradicionales hechas de piedra, que datan de las dinastías Ming y Qing, se mantienen en pie, en tanto que las altas montañas y los roquedales han servido como una barrera natural para proteger a la población.

 

De esta forma, la gente se ha mantenido ceñida al estilo tradicional de los buyi en lo que respecta a vestimenta, viviendas y costumbres. Al entrar en la aldea por la puerta de piedra en forma de arco, se ven caminos, muros, casas, cocinas y bancos de piedra por todas partes. Las edificaciones construidas con piedra son resistentes, bellas y duraderas, por lo que se han mantenido de generación en generación. Al mirar hacia abajo desde lo alto, se ven techos de piedra con forma de rombo con los campos verdes a su alrededor y el río Suoluo que fluye.

 

Cinco puertas de piedra en forma de arco marcan la entrada de otra aldea dentro de Gaodang y al este de aquí se halla un castillo. Desde la mitad hasta las postrimerías de la dinastía Qing una ola de bandolerismo afectó la zona de Guizhou. En consecuencia, muchas aldeas construyeron instalaciones defensivas para el resguardo de su población, pero pocas se conservan tan bien como Gaodang.

 

Una residente local camina por la aldea muy bien conservada de la etnia buyi.

 

 
 
Cimas imponentes y escarpadas

 

Las imponentes y magníficas cimas en Wanfenglin se extienden a lo largo de 500 km. Entre las formaciones más densas y peculiares destaca una roca llamada la “Roca del General”, pues parece un general que se alza orgullosamente frente a su formación de soldados.

 

Según cuenta la leyenda, el protagonista de la “Roca del General” habría sido Yang Jian (el dios Erlang), quien se convirtió en un monte de roca tras vencer y someter a un grupo de demonios. Yang Jian habría decidido permanecer en este sitio para proteger a la población, que lo venera como un dios experto en técnicas ligadas al uso del agua, la agricultura y la prevención de inundaciones.

 

Además de este mito, también hay otras historias de dioses que lucharon contra monstruos acuáticos y previnieron inundaciones en Wanfenglin. Hace unos 360 millones de años, Xingyi todavía era un vasto océano que formaba parte de los antiguos mares de Yunnan y Guizhou. Hace unos 280 millones de años, durante el periodo carbonífero, se empezó a formar la tierra, con lo cual hubo muchos movimientos orogénicos y la corteza terrestre continuó elevándose. De esta forma, aparecieron cimas que fueron mutando con el paso del tiempo, hasta adquirir las características presentes en el relieve actual de Wanfenglin.

 

Entre los numerosos picos sobresalen los ocho que rodean la cima de Yueliang, que coinciden precisamente con los ocho planetas del sistema solar.

 

Wanfenglin es hermoso en cualquier estación del año: los tonos amarillos y verdes resplandecen durante la primavera, el verde de las montañas y los campos cultivados saltan a la vista en verano, la suave brisa y cosechas son motivo de regocijo para los pobladores en el otoño, y el cultivo de la tierra es llevado a cabo con esmero bajo el cálido sol de invierno.

 

 
 
*Zhao Yanqing es una columnista especializada en viajes.

 

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