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Zhaoxing: donde la poesía y la música se unen

2021-07-01 11:34:00 Source:China Hoy Author:A REN*
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Situado en la prefectura autónoma miao y dong de Qiandongnan, en la provincia de Guizhou (suroeste de China), Zhaoxing es uno de los más grandes poblados de la etnia dong del país. Los dong han residido en esta región durante siglos y han conservado su lengua tanto en su forma oral como escrita. Su cultura tiene tres tesoros únicos: las torres del tambor, los puentes de flores y su propia música polifónica. Además, la zona ha sido aclamada como “el hogar de la poesía y el mar de la música”.

 

El río Zhaoxing.

 

El tiempo reflejado en la música

 

Cantar es una parte integral de la cultura dong, por lo que apenas adquieren la capacidad para hablar, los niños aprenden también a cantar. A muchas personas se les puede escuchar cantar cuando trabajan e, incluso, los jóvenes les piden matrimonio a sus novias a través de canciones. De esta forma, han ido perfeccionando sus habilidades sin ningún acompañamiento musical ni líder. Su repertorio incluye canciones de imitación que ponen a prueba el virtuosismo de los artistas, que imitan sonidos de la naturaleza, como el canto de los pájaros e insectos y el burbujeo del agua que fluye por las majestuosas montañas. En la música se puede escuchar el sonido de las flores en ciernes y los vientos que soplan por los valles. Este estilo de canto, que es popular en varios lugares donde reside la etnia dong, es conocido como dage (“gran canción”, en español) y tiene una larga historia que se remonta a la Canción de los Yue, escrita en el Período de Primavera y Otoño (770-476 a. C.), y que fue evolucionando con el paso del tiempo y de diferentes dinastías.

 

En contraste con la dage, que es interpretada en grupo en grandes espacios abiertos, las baladas xingge zuoyue del pueblo dong son románticas y personales, además de cautivadoras y refinadas. A los 15 o 16 años de edad, las jóvenes dong comienzan a reunirse en grupos de tres a cinco para coser, bordar, hacer suelas de zapatos, entre otras actividades, a la espera de que los jóvenes de su misma edad vayan a visitarlas. Los jóvenes dong, por su parte, también forman sus propios grupos y llevan instrumentos como la pipa, el niutuiqin (un laúd especial con forma de arco) y la flauta, que ellos mismos fabrican a mano, hasta el lugar donde las señoritas están reunidas. Allí entonan canciones de amor con la esperanza de iniciar una relación romántica.

 

Decenas de casas se esconden entre la niebla en Zhaoxing.

 

El lugar donde los jóvenes dan sus serenatas es, a menudo, el hogar de una de las jóvenes, que suele ser grande y espacioso, y que alberga a una gran familia amable y hospitalaria. La joven de dicha familia suele invitar a sus amigos cercanos a charlar y compartir sus sueños románticos. Una vez que llegan los jóvenes, todos interactúan, se divierten y expresan sus sentimientos el uno por el otro, lo que mayormente se hace tocando instrumentos musicales y entonando canciones de amor en estilo antifonal. De esta forma, las noches en una aldea dong suelen estar llenas de personas que interpretan románticas canciones valiéndose también de la flauta dong, cuya melodía fluye como una corriente hacia el corazón de las jóvenes. Estas fiestas suelen durar hasta el amanecer. Además de las espaciosas casas de las señoritas, otro lugar que se utiliza a menudo es una construcción denominada el “Salón de la Luna”, y hay algunas aldeas que incluso abren sus torres del tambor a los jóvenes para que realicen sus actividades de cortejo.
Jóvenes de la etnia dong.

 

Las torres del tambor unen a la gente

 

Las torres del tambor son representativas de las aldeas dong. Dondequiera que haya una aldea dong, hay una torre del tambor, la cual es una estructura enteramente de madera construida en forma de cedro. La torre del tambor es la estructura de mayor altura en cualquier pueblo dong y es llamada así debido a la presencia de un tambor en su interior. Es un lugar de eventos o celebraciones importantes, donde las personas puedan interactuar y festejar. La cultura de los dong está tan estrechamente relacionada con las torres del tambor que todas las actividades sociales importantes se llevan a cabo aquí, lo cual las convierte en un símbolo de su cultura.

 

Dentro de cada torre del tambor, cuatro bancos rectangulares de cuatro patas rodean lo que se llama el “estanque de fuego” o el “pozo de fuego”, que está incrustado con piedras azules. A los cuatro lados del “pozo de fuego” hay cuatro pilares principales que se alzan hasta el techo, y 12 pilares auxiliares de soporte que representan las cuatro estaciones y los 12 meses del año. Los niveles en la estructura del edificio se suceden de una manera que deja el centro abierto. El gran espacio abierto alrededor de la torre del tambor es el área de reunión pública.

 

La torre del tambor significa espiritualmente prosperidad, buena suerte y unidad. Han sido silenciosos testigos de cada momento en la vida de la gente dong, desde el sentir de los jóvenes que expresan su amor en una canción y el caluroso recibimiento que dan los residentes locales a los visitantes, hasta la toma de decisiones por parte del consejo de ancianos de la aldea. Asimismo, es el lugar donde se realizan bodas y funerales, lo que lo convierte en un espacio de alegría, celebración y dolor colectivo. Sin embargo, en el pasado, el propósito original de la torre del tambor era hacer sonar la alarma en caso de que se acercara un enemigo invasor y pedir ayuda a las aldeas cercanas.

 

El período más jovial del año es durante la celebración del festival Sama, el cual debe su nombre a una heroína de la antigua sociedad matriarcal del pueblo dong. El día del festival, el ambiente es muy animado y la gente se reúne para recordar a esta heroína, al igual que para orar por un futuro próspero y buenas cosechas.

 

La torre del tambor de Xintuan, en la ciudad de Zhaoxing, está al lado de un pequeño estanque de agua y rodeada de palafitos, lo que le da la apariencia de una madre que cuida a sus hijos.

 

A ambos lados del río Zhaoxing, se pueden ver casas sobre pilotes cubiertas con pequeñas tejas verdes dispuestas aleatoriamente. Las paredes, puertas y ventanas de las casas tradicionales están hechas de madera, lo que les da un aspecto antiguo y pintoresco. Los días son cálidos en invierno y frescos en verano. La gente dong ha vivido junto al río durante muchas generaciones. Entre las moradas, de tanto en tanto se encuentra una antigua casa de huéspedes con un cartel de madera colgado sobre la puerta principal con el nombre del lugar, lo que lo hace bastante llamativo. La vida a ambos lados del río es más tranquila que en torno a la torre del tambor.

 

 
Cereales puestos al sol para que se sequen en Zhaoxing.
Puentes llenos de vitalidad

 

Los puentes tradicionales de estilo dong se denominan “puentes del viento y la lluvia” o “puentes de flores” porque la gente dong construye cubiertas sobre ellos para brindar protección contra el viento y otras condiciones climáticas extremas. Ya que la población local ha vivido junto a los ríos durante siglos, existe una rica tradición en torno a varios estilos de puentes utilizando diferentes materiales: piedra, losas de piedra, bambú, madera, entre otros. Incluso hay puentes que son tallados a partir de un solo árbol enorme luego de tratar la madera. El estilo de puente más representativo es el puente de flores cubierto. Además de ayudar a las personas a cruzar un río de un lado a otro, también sirve como lugar público para que las personas descansen, se refugien de la lluvia, se reúnan con los amigos y disfruten del paisaje.

 

Los puentes de flores bellamente decorados son más que un medio para cruzar el río. Bajo la clara noche, la flor de la juventud nace en estos puentes cuando los jóvenes se expresan su amor a través de canciones.

 

El antiguo Puente de Flores de Tang’an está relativamente escondido entre las terrazas agrícolas. Sus vigas y columnas tienen un color verde esmeralda, mientras se escucha el crujido de la madera con cada paso. En los días de lluvia y niebla, quienes atraviesan el pueblo por estos puentes parecen envueltos en nubes mágicas, mientras que en las noches brumosas a la luz de la luna, el sonido del canto puede ser escuchado a la deriva desde los puentes de flores ocultos. La gente del pueblo se sienta de a dos o tres, entonando canciones capaces de conmover el corazón.

 

En los últimos años, sin embargo, son cada vez menos los jóvenes que se dedican canciones. Como no hay escuelas secundarias en las aldeas pequeñas y medianas de la región, la mayoría de los jóvenes de 15 o 16 años debe dejar su hogar para estudiar en un internado, donde realizan ejercicios de lectura por la mañana y estudian por sí solos por la noche. Al regresar a sus hogares los fines de semana, tienen mucha tarea que terminar antes de volver a la escuela el lunes. En consecuencia, no tienen tiempo para cantar ni para perfeccionar sus habilidades musicales.

 

Alrededor de las tres de la madrugada, las columnas de humo comienzan a elevarse de las casas, cubriendo todo el poblado como una suerte de manto. Más tarde, después de que el humo se dispersa, el aire se llena de un aroma a madera quemada. Hay leña ordenadamente apilada delante y detrás de cada casa. La gente dong valora mucho la leña, cuya importancia se ve reflejada durante las festividades por el primer día del Año Nuevo Lunar. Ese día, las personas realizan una gran ceremonia para la leña, durante la cual visten ropa nueva y, con un machete atado con un trozo de seda rojo, se dirigen a las montañas a cortar leña, una actividad que es vista como una manera de acumular riquezas.

 

Guizhou es una zona montañosa cuyas terrazas en las laderas de los cerros tienen características distintivas únicas. La terraza agrícola alrededor de la aldea de Tang’an es hermosa más allá de toda descripción, ya que, a diferencia de otros lugares, sus rebordes están hechos de piedra en lugar de tierra. La terraza Tang’an es, además, bastante empinada ya que el terreno es escarpado y rocoso, lo que dificulta la nivelación de grandes extensiones de tierra. Por lo mismo, la gente ha dedicado gran esmero y cuidado a la construcción de terrazas agrícolas. Según los ancianos del pueblo, los rebordes de las terrazas deben ser hechos por una sola persona, ya que si son demasiadas, el peso podría hacer que se derrumbaran.

 

 
 
*Zhao Yanqing es una columnista especializada en viajes.

 

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