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Los nuevos vientos en la energía eólica

2022-11-30 09:31:00 Source:China Hoy Author:LI XIAOYANG
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Un proyecto de energía eólica equipado por la empresa Xinjiang Goldwind Science and Technology en la ciudad de Zhangjiakou, provincia de Hebei. Foto cortesía de Wu Gang

En el pasado, los vientos de alta velocidad que soplaban en la región autónoma uigur de Xinjiang solían levantar polvo y arena de las vastas extensiones del desierto de Gobi en la región noroccidental de China, lo que afectaba la vida y la producción locales. Hoy, en cambio, cientos de turbinas eólicas vienen transformando estas ráfagas en electricidad y empoderando a la región y a otras zonas de una forma ecológica moderna.

El director general de la empresa Xinjiang Goldwind Science and Technology, Wu Gang, ha sido testigo y ha contribuido a esta revolución. Es un experimentado en la industria y, además, fue elegido como delegado al XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) que se llevó a cabo del 16 al 22 de octubre en Beijing. Durante el Congreso, Wu propuso garantizar aún más la seguridad energética de China y mejorar la innovación en la industria de la energía eólica.

El desarrollo de Goldwind se ha hecho eco del crecimiento de la industria de la energía eólica de China. En la actualidad, la empresa, con una capacidad instalada mundial de más de 89 GW, es el mayor fabricante de turbinas eólicas de China y ocupa el segundo lugar a nivel global, después de la compañía danesa Vestas. Sus productos se venden en 38 países, entre ellos muchos miembros de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

“Hubo un momento en que la industria de la energía eólica de China no podía mantener el mismo ritmo que el de sus pares internacionales. Sin embargo, las turbinas eólicas que hoy construye China se han extendido por el mundo”, destaca Wu al semanario Beijing Review.


6 de agosto de 2022. El director general de la empresa Xinjiang Goldwind Science and Technology, Wu Gang, conversa con un ingeniero técnico. Xinhua

El despegue

En 1987, Wu renunció a su trabajo como profesor universitario en Xinjiang y se convirtió en jefe del Parque Eólico Dabancheng, ubicado a unos 50 km de Urumqi, la capital regional. En ese momento, el parque era simplemente un campo para probar nuevas tecnologías, ya que la industria de la energía eólica apenas había comenzado a tomar forma en China.

En la década de 1980, el país aún no estaba en condiciones de llevar a cabo la instalación de turbinas eólicas a gran escala. China construyó su primer parque eólico en 1986 con turbinas importadas desde Dinamarca, con el fin de enfrentar los problemas derivados de la insuficiencia de recursos energéticos. La industria estaba ante un cuello de botella por la falta de tecnologías de desarrollo propio. “En ese entonces, solo podíamos ejecutar un proyecto de este tipo a través de la cooperación internacional”, explica Wu.

Según señala, su principal compromiso era garantizar el buen funcionamiento de todas las instalaciones. No obstante, los fuertes vientos –que a veces soplaban a una velocidad de 10 en la escala de viento de Beaufort, es decir, como lo haría una tormenta o un gran vendaval– solían afectar el funcionamiento de las turbinas. Todas las turbinas eólicas tienen una velocidad máxima del viento por encima de la que no pueden operar, la cual se denomina “velocidad de enrollamiento” de la turbina. Si la velocidad del viento supera la velocidad de enrollamiento (por ejemplo, en una tormenta), la turbina debe apagarse para evitar que las asas se dañen. Cuando se enfrentaban a turbinas averiadas, Wu y su equipo a menudo se sentían derrotados.

Ya que el desarrollo de turbinas eólicas formaba parte de los planes de investigación tecnológica respaldados por el Gobierno, la industria de la energía eólica de China rápidamente comenzó a despegar en la década de 1990. De esta forma, en 1998, Wu y sus socios establecieron una empresa, la predecesora de Goldwind, y se embarcaron en un esfuerzo de investigación y desarrollo (I+D) independientes, con la determinación de producir el equipo necesario en China.

Gracias a sus esfuerzos, los componentes fabricados en China de una turbina eólica de 600 kW pasaron del 33,4 al 78 %. Este tipo de aerogenerador entró en funcionamiento en el Parque Eólico Dabancheng a fines de 1998. A medida que surgieron más turbinas desarrolladas dentro del país, este parque eólico llegó a convertirse en el más grande de su tipo en aquel momento tanto en China como en el resto de Asia. En la actualidad, tiene una capacidad instalada total de 125 MW.

La empresa tomó el nombre de Goldwind en 2001. En 2005 produjo la primera turbina eólica de 1,2 MW fabricada por sus propios medios, lo que constituyó una clara muestra de que había logrado salir de las sombras tecnológicas y llegar a la arena internacional. Desde entonces, la empresa ha seguido presentando sus resultados de I+D propios.

Wu también se ha abocado a la producción ecológica dentro de la empresa. En enero de 2021, China Beijing Environmental Exchange emitió el primer certificado de neutralidad de carbono de energía renovable del país para el parque industrial de Goldwind en Beijing. A principios de este año, un conjunto de macizos de flores con tecnología de impresión 3D, impresos a partir de asas de turbina recicladas, fueron creados en el parque. A través de robots de impresión 3D, los materiales que contienen partículas de cuchillas trituradas se preforman, lo que garantiza una tasa de reciclaje de desechos sólidos de más del 30 %.

Emergencia verde

La industria de turbinas solía estar dominada por fabricantes extranjeros, como Vestas y American GE Wind Energy. Con la aparición de Goldwind y otras empresas nacionales, China ocupa actualmente más de dos tercios de la cuota del mercado mundial.

Según el Consejo Mundial de Energía Eólica, Goldwind es el segundo mayor proveedor mundial de aerogeneradores con el 11,8 % de las nuevas instalaciones, justo después de Vestas con el 17,7 % en 2021. De los 10 principales proveedores mundiales de aerogeneradores el año pasado, seis procedían de China.

La industria de la energía eólica de China ha alcanzado nuevas alturas en los últimos años. Actualmente alberga la industria eólica marina más grande del mundo. Según la Administración Nacional de Energía, la capacidad de energía eólica conectada a la red nacional superó los 300 GW en 2021.

“A través de décadas de esfuerzos, la industria de la energía eólica de China ha visto mejoras en I+D y ha desarrollado sistemas industriales completos”, resalta Wu.

El siglo XXI ha sido testigo del refinamiento constante de la innovación tecnológica en el campo de la energía eólica en China. Desde 2017, la industria ha avanzado aún más al incorporar nuevas tecnologías como el Internet de las cosas, los datos masivos y la inteligencia artificial.

Actualmente, China se encuentra en medio de una fase clave de transformación energética, en la que aún depende en gran medida de la energía importada. Los datos del Buró Nacional de Estadísticas muestran que el consumo de energía de China alcanzó los 5240 millones de toneladas de carbón estándar equivalente en 2021. El año pasado importó 310 millones de toneladas de carbón y 480 millones de toneladas de petróleo, ocupando en ambos el primer lugar en el mundo.

“China necesita promover el uso de combustibles no fósiles, especialmente de la energía eólica, para garantizar la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro y el crecimiento económico sostenible”, asegura Wu. En su opinión, la energía eólica respaldada por tecnología completa es flexible y rentable, por lo que es de esperar que se convierta en un importante recurso energético de China en los próximos 30 años.

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Editor: Wu Wen Da-->

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