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Un compromiso sensato

2022-11-24 11:53:00 Source:China Hoy Author:Stephan Ossenkopp*
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El canciller alemán, Olaf Scholz, quien estuvo en China el 4 de noviembre, fue el primer líder del G7 y de la Unión Europea (UE) en visitar el país desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y tras la celebración del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China en octubre. Si bien la visita fue breve, el diálogo constructivo de alto nivel traerá beneficios a ambas partes que, sin duda, ayudarán a cimentar aún más las cinco décadas de relaciones exitosas entre China y Alemania. Scholz hizo hincapié en las oportunidades que existen en temas relativos a la cooperación bilateral, aunque, tal como se esperaba, también abordó otros asuntos controvertidos debido a la fuerte presión política.

En su reunión con el canciller, el presidente chino, Xi Jinping, enfatizó que los 50 años de relaciones diplomáticas entre China y Alemania son una muestra de que el progreso continuo es posible siempre que ambas partes sigan los principios basados en el respeto mutuo, la búsqueda de un terreno común pese a las diferencias, el intercambio, el aprendizaje y la búsqueda de una cooperación de beneficio mutuo.

Xi señaló que las relaciones entre China y Europa tienen un impacto en la estabilidad global y la prosperidad en Europa y Asia. China considera a Europa como un socio estratégico integral, por lo que ha respaldado la autonomía estratégica de la UE, y siempre ha abogado por su estabilidad y prosperidad. Asimismo, China ha señalado que su relación con Europa no está dirigida contra un tercero, ni tampoco depende ni está sujeta a otros.

Según Scholz, China juega un rol fundamental de cara a los desafíos globales y también es un importante socio económico y comercial para Alemania y el resto de Europa. Por lo mismo, Alemania no pretende desvincularse de China, sino que, por el contrario, desea profundizar todavía más la cooperación económica y comercial. Alemania también está dispuesta a intercambiar puntos de vista con China sobre temas en los que las posiciones de las dos partes no coinciden, a fin de mejorar el entendimiento y la confianza mutua.

El canciller agregó que Alemania se opone a la confrontación de bloques y desea desempeñar un rol activo en la promoción de las relaciones entre China y Europa.

Scholz también sostuvo un extenso diálogo con el primer ministro chino, Li Keqiang, respecto a temas de cooperación, especialmente con relación al comercio y el acceso a los respectivos mercado de ambas partes. Además, propuso estrechar la cooperación para luchar contra la pandemia y el cambio climático, así como trabajar para la conservación de la biodiversidad.

No a la desvinculación

La visita del canciller alemán se produjo en un momento en el que la situación geopolítica se ha ido intensificando cada vez más. Sus predecesores, Angela Merkel y Gerhard Schröder, no tuvieron que lidiar con la histeria política y mediática que ha caracterizado los últimos tiempos. Tanto los socios de la coalición de Scholz como la oposición habían sido críticos en los momentos previos a su visita a China. Antes del viaje de Scholz, la Cancillería Federal alemana había anunciado que las conversaciones cubrirían todo el espectro de las relaciones bilaterales y los asuntos internacionales, desde los esfuerzos conjuntos para combatir el cambio climático hasta la crisis entre Rusia y Ucrania y la situación en el Este de Asia.

En un artículo publicado en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung el 2 de noviembre, Scholz detalló lo que implicaría su viaje a Beijing: “Es precisamente porque ‘los negocios como siempre’ ya no son una opción en estas circunstancias por lo que viajo a Beijing”. El canciller alemán se refirió a las transformaciones por las que está atravesando tanto China como el resto del mundo, pero, más allá de eso, hizo hincapié en el rol fundamental que juega la nación asiática. “China sigue siendo un socio comercial y de negocios importante para Alemania y Europa; no queremos desvincularnos de él”, manifestó.

Las cifras comerciales hablan por sí solas. El 2021 marcó el sexto año consecutivo en el que China fue el socio comercial más importante de Alemania y la tendencia ha continuado en lo que va del presente año. Según la Oficina Federal de Estadística de Alemania, las exportaciones a China aumentaron casi un 3 % en agosto en comparación con julio y ascendieron a 9200 millones de dólares. En tanto, las importaciones desde China se incrementaron un 2,2 % a 15.400 millones de dólares.

Para la economía alemana, China ha sido un ancla de estabilidad, especialmente en tiempos de pandemia. Las empresas alemanas son conscientes de la importancia estratégica del mercado chino y del creciente papel de China como líder tecnológico en muchas áreas. Según algunas fuentes, 100 empresas alemanas habrían solicitado formar parte de la delegación empresarial de Scholz. Finalmente, la delegación oficial estuvo compuesta por 12 empresarios de alto nivel de la industria alemana bajo el liderazgo del Comité de Negocios Alemanes de Asia y el Pacífico (APA), que incluyó a connotados líderes como Roland Busch, director general de Siemens y presidente del APA, al igual que los directores generales de BASF, Deutsche Bank, Volkswagen y BioNTech.

BASF, el mayor fabricante de productos químicos del mundo, está construyendo un nuevo sitio Verbund en la ciudad de Zhanjiang, provincia de Guangdong, con una inversión total de 10.000 millones de dólares. Bajo su Proyecto Marco Polo, Siemens está trasladando importantes tecnologías de automatización y digitalización de fábricas a China. Por otro lado, el país es un mercado extremadamente importante para la industria automotriz y de ingeniería mecánica alemana. Volkswagen vendió 3,3 millones de vehículos en China en 2021 y tres de los mayores fabricantes alemanes de automóviles –Volkswagen, BMW y Mercedes– tienen 16 centros de investigación y desarrollo en China.

Advertencias

Scholz, sin embargo, tenía varias advertencias para agregar a su descargo de responsabilidad. Alemania pondrá sus cadenas de suministro en una base más amplia en áreas donde “se han desarrollado dependencias riesgosas”, como importantes materias primas, tierras raras o tecnologías del futuro, de China. La inversión china en Alemania también se evaluará sobre la misma base. Alemania insistirá en la reciprocidad de sus compromisos con China, desde el acceso al mercado para las empresas hasta las licencias, la protección de la propiedad intelectual y la igualdad de trato para los ciudadanos alemanes.

Aunque Scholz manifestó que la política de Alemania hacia China estaría alineada a aquella del resto de la UE, no será nada fácil sacar a las empresas alemanas del mercado chino. China tiene como objetivo construir un sistema de mercado moderno para 2035, por lo que también estará en el interés de las empresas alemanas aumentar su presencia en China. Las inversiones de Alemania en China se han disparado. Según el Ministerio de Comercio de China, hubo un incremento del 114,3 % en los primeros nueve meses de este año.

Esto contrasta fuertemente con los costos de energía notablemente altos y los problemas de suministro en Alemania causados ​​por las fallas del mercado, las estrictas leyes en la cadena de suministro y las sanciones de la UE a Rusia. El ascenso y poder económico de China es parte de la solución, no del problema.

Durante su visita a China, Scholz allanó el camino para las relaciones exitosas entre los dos países en muchas áreas. En general, logró llegar a un compromiso sensato entre los problemas económicos y los intereses políticos de Alemania.

*Stephan Ossenkopp es investigador sénior del Instituto Schiller de Alemania y redactor sénior del Instituto Chino de Estudios Internacionales en Beijing.

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Editor: Wu Wen Da-->

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