Primera página>Economía

Los trenes se extienden por el Tíbet

2021-09-07 10:35:00 Source:China Hoy Author:LI YUAN
【Cerrar】 【Imprimir】 GrandeMedianoPequeño
A las 10:30 del 25 de junio pasado se inauguró el primer ferrocarril eléctrico en la región autónoma del Tíbet, el cual une Lhasa, la capital regional, con la ciudad de Nyingchi. Paralelamente, los trenes bala Fuxing también han comenzado a operar de manera oficial en la meseta Qinghai-Tíbet.

 

22 de junio de 2020. Un tren expreso Lhasa-Shigatse atraviesa un puente sobre un campo de cebada en Shigatse, Tíbet. VCG

 

Un gran cambio de vida

 

Hubo un momento en el que la construcción de ferrocarriles en la meseta Qinghai-Tíbet parecía un sueño inalcanzable. En 1919, Sun Yat-sen mencionó por primera vez la idea de construir un ferrocarril entre Lhasa y Lanzhou en su libro Estrategias para la fundación del país. La intención era comunicar a la región autónoma del Tíbet con la provincia de Qinghai. Al enterarse de ello, William Henry Donald, reportero de New York Herald, se preguntó: “¿Cómo se puede construir un ferrocarril en un lugar donde ni siquiera los yaks pueden subir?”. Sin embargo, tras la fundación de la República Popular China, este sueño se hizo realidad.

 

El 1 de julio de 2006, el ferrocarril Qinghai-Tíbet fue abierto al público, poniendo punto final a la ausencia de trenes en el Tíbet y dando inicio a la nueva era del transporte ferroviario moderno en la región. El 15 de agosto de 2014 se puso en funcionamiento la línea Lhasa-Shigatse, gracias a la cual el viaje se redujo a apenas tres horas, en comparación con las seis que demoraba el servicio de autobús. Finalmente, el 25 de junio de este año, con la puesta en marcha de la línea Lhasa-Nyingchi, el Tíbet entró oficialmente en la era de los trenes bala. De esta forma, el “tercer polo terrestre” ya no parece tan alto ni lejano para la gente.

 

Dazhen, responsable de la Estación de Pasajeros de Lhasa, recuerda que las dos ciudades más grandes del Tíbet son Lhasa y Shigatse. La línea que conecta a ambas urbes transporta principalmente a pasajeros que trabajan y viven allí. “Cuando no había tren, el paso entre ambas ciudades dependía principalmente de carreteras. Uno tardaba más de seis horas en automóvil, pero ahora el tren solo demora 2 horas y 35 minutos. Por otra parte, la seguridad también ha mejorado mucho. En verano, la capa de suelo congelado se derrite y se transforma en barro, por lo que suelen producirse obstrucciones en las carreteras, mientras que en invierno los accidentes vehiculares –e incluso las muertes como resultado de estos– son bastante frecuentes. De esta forma, tras la apertura de esta línea, viajar en tren se ha vuelto la primera opción para las personas”, explica Dazhen.

 

Este desarrollo se puede observar de manera clara en la Estación de Shigatse, desde donde salieron un total de 132.000 pasajeros en 2014 y 779.000 en 2020, es decir, casi seis veces más. Además, la capacidad de los ferrocarriles para transportar grandes cargas ha contribuido enormemente al desarrollo económico del Tíbet.

 

En el poblado de Naiqiong, en la ciudad de Lhasa, se encuentra la Estación Oeste del Ferrocarril de Carga de Lhasa, la de mayor escala y mayor altitud en el oeste de China. “Es una estación que se encarga principalmente de recibir materiales, desde pequeñas agujas hasta asfalto y acero”, señala Zhang Qiang, director de la Estación de Lhasa de la firma China Railway Qinghai-Tibet Group. “El clima en una meseta es muy variable, y el transporte terrestre y aéreo se ve a menudo afectado por el tiempo. En ese sentido, el transporte ferroviario se ha convertido en la mejor opción para realizar envíos debido a su gran conveniencia, seguridad, velocidad y aislación térmica”.

 

En un lapso de 15 años, entre 2006 y 2021, se ha ampliado en gran medida la gama de mercancías, pero, además, el número de empresas de logística ha aumentado de cuatro a más de 40. En opinión de Zhang Qiang, estas cifras demuestran la mejora real en la calidad de vida del pueblo tibetano.

 

Más cerca del mundo

 

Dazhen, de origen tibetano, fue una de las primeras personas contratadas para trabajar en la sección de Lhasa de China Railway Qinghai-Tibet Group. En sus 15 años de carrera, no solo ha sido testigo de la apertura del ferrocarril Qinghai-Tíbet y de las líneas Lhasa-Shigatse y Lhasa-Nyingchi, sino también de la aparición de un mar de edificios que se fueron erigiendo en torno a las estaciones. “Es cierto que dondequiera que llegue el tren hay un gran crecimiento económico”, menciona Dazhen.

 

Liu Mengjiao es jefa de tripulación del tren bala Fuxing D8983. A lo largo de los nueve años que lleva trabajando para el ferrocarril Qinghai-Tíbet, ha podido darse cuenta de la ostensible mejora en el servicio a los pasajeros y del aumento de estos.

 

Por otro lado, el tren bala Fuxing ha optimizado aún más el sistema de suministro de oxígeno. Además del suministro de oxígeno difuso al interior de los vagones, debajo de cada asiento del tren hay un dispositivo para el suministro de oxígeno de emergencia. “La seguridad de los pasajeros siempre ha sido la principal prioridad”.

 

Desde la inauguración del tren bala Fuxing en la meseta Qinghai-Tíbet, los vagones –con una capacidad para 755 personas– van repletos casi todos los días. Esto mantiene a Liu Mengjiao y sus colegas bastante ocupados, pero igualmente satisfechos. “Cuando arreglamos las maletas, la gente tibetana siempre está presta a ayudarnos. A pesar de la barrera lingüística, podemos comunicarnos bien a través de traductores”. Liu se siente feliz de que el tren haya servido para acortar la distancia entre sus compatriotas tibetanos y el mundo. “Los pasajeros tibetanos están cada día más familiarizados con el tren y más acostumbrados al estilo moderno de vida”.

 

En los vagones hay pasajeros de diferentes etnias y países. El ferrocarril Qinghai-Tíbet, caracterizado por su seguridad, comodidad y conveniencia, es la opción de viaje preferida de los extranjeros. “Antes de la pandemia, recibíamos muchos turistas extranjeros diariamente”, recuerda Liu, quien se siente orgullosa de poder trabajar en este ferrocarril de renombre mundial. “Este ferrocarril ha acercado el Tíbet al mundo, permitiendo que más personas vengan y conozcan esta tierra”.

 

Una familia tibetana viaja en el tren Lhasa-Shigatse.

 

Un milagro sobre rieles

 

El tren que une a Qinghai con el Tíbet es el ferrocarril construido en meseta de mayor altura y longitud, y tiene, asimismo, la mayor extensión a lo largo de suelos helados, por lo que es considerado un milagro en la historia de la construcción de ferrocarriles. Sin embargo, este es solo el punto de partida, ya que dentro de los futuros planes de desarrollo de China se contempla una amplia red ferroviaria para el Tíbet que ya se va extendiendo poco a poco.

 

Durante el periodo de implementación del XIV Plan Quinquenal para el Desarrollo Económico y Social de la Región Autónoma del Tíbet se prevé acelerar la planificación ferroviaria y la construcción de una red ferroviaria; fortalecer la coordinación para impulsar con mayor esfuerzo la construcción del tramo entre Ya’an y Nyingchi, como parte del ferrocarril que une Sichuan y el Tíbet; impulsar ordenadamente el trabajo preliminar de la construcción de las secciones clave de los ferrocarriles Yunnan-Tíbet y Xinjiang-Tíbet; y llevar a cabo la electrificación y los trabajos preliminares de suministro de energía de apoyo externo para el tramo Shigatse-Gyirong (del ferrocarril China-Nepal), el tramo Golmud-Lhasa (del ferrocarril Qinghai-Tíbet) y la línea Lhasa- Shigatse.

 

Según Zhang Qiang, la línea Lhasa-Shigatse, que fue la primera extensión del ferrocarril Qinghai-Tíbet, continuará ampliándose hasta Nyalam, Yadong y Gyirong en la frontera entre China y Nepal, toda vez que cuando finalice la construcción del tramo de Ya’an-Nyingchi, el ferrocarril Sichuan-Tíbet estará completamente terminado.

 

Según la cuenta oficial de WeChat “China Railway”, la sección Ya’an-Nyingchi del ferrocarril Sichuan-Tíbet comienza en la ciudad de Ya’an, en la provincia de Sichuan, y pasa por la prefectura autónoma de la etnia tibetana de Ganzi y las ciudades de Chamdo, Nyingchi y Lhasa en el Tíbet. Es un ferrocarril de doble vía de clase nacional I, con una velocidad de 120 a 200 km por hora. La longitud de la nueva línea principal será de 1011 km y habrá 26 estaciones a lo largo de esta. La inversión total estimada del proyecto es de 319.800 millones de yuanes (unos 49.000 millones de dólares). El 8 de noviembre de 2020 comenzó la construcción del tramo Ya’an-Nyingchi del ferrocarril Sichuan-Tíbet. Se prevé que los trabajos tomarán 10 años y una vez terminada la línea, el viaje desde Lhasa hasta Chengdu solo demorará unas 10 horas en tren bala.

 

Según la Comisión de Desarrollo y Reforma del Tíbet, se prevé acelerar la electrificación de las líneas existentes y los trabajos preliminares de los ferrocarriles Xinjiang-Tíbet, Yunnan-Tíbet y China-Nepal, con el fin de satisfacer las necesidades de transporte interno y externo, además de “comunicar el interior y el exterior para ampliar el alcance a las áreas circundantes”.

 

El rápido desarrollo de los ferrocarriles en el Tíbet servirá para seguir mejorando la red ferroviaria en el suroeste de China, además de la comunicación y las inversiones a lo largo de las líneas, promoviendo con fuerza el crecimiento económico y social de este hermoso lugar.

 

Compartir con:
Editor: Wu Wen Da-->

Copyright © 1998 - 2016

今日中国杂志版权所有 | 京ICP备10041721号-4

京ICP备10041721号-4