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Adiós al aislamiento

Source:China Hoy Author:LI XIAODONG*
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Hace 68 años, la Canción de la Montaña Erlang tuvo un gran éxito en China. Describía los tiempos arduos de la construcción de las carreteras Sichuan-Tíbet y la valentía del ejército, que era capaz de “inclinar” las montañas y cambiar el cauce de los ríos. En 1950, el Ejército Popular de Liberación (EPL) empezó a construir carreteras desde Chengdu (provincia de Sichuan) hasta Lhasa (capital del Tíbet). Finalmente, logró acabar dos carreteras nacionales: la 318 (línea sur) y la 317 (línea norte). Desde entonces, las carreteras Sichuan-Tíbet se han convertido en una línea vital que promueve el desarrollo de la economía y la sociedad tibetanas, así como una línea turística que exhibe magníficos paisajes.

 

Obreros de las carreteras Sichuan-Tíbet.

 

Una línea vital

 

Hoy en día, al recorrer el valle del río Dadu y la montaña Erlang, uno puede percibir el desarrollo del transporte en el oeste del país y sentir los enormes cambios de las últimas décadas.

 

Hasta hoy se conserva el viejo camino construido por el 18.º cuerpo del EPL, el cual atraviesa la montaña Erlang y que ahora es usado solo por pastores, trabajadores forestales y excursionistas. Como la montaña Erlang es la línea divisoria entre la meseta Qinghai-Tíbet y la planicie de Chengdu, cuenta con picos elevados y valles insondables con frecuentes lluvias y nevadas, lo cual hace casi inaccesible el camino que atraviesa la montaña. Hay un refrán en chino que dice: “Atravesar la montaña Erlang es como pasar por la puerta del infierno, y aunque uno logre hacerlo habrá sufrido tres días de frío”.

 

El camionero Li Xianhong empezó a viajar por las carreteras Sichuan-Tíbet en 1994. Para él es muy común tardar más de diez días en recorrer esta ruta. Una vez, debido a un deslizamiento de tierra, tuvo que esperar 48 días para atravesar la montaña. A pesar de todo ello, Li se siente muy agradecido porque sin esta ruta muchas prefecturas autónomas tibetanas perderían el contacto con el mundo exterior. Las carreteras Sichuan-Tíbet son una línea vital para las poblaciones tibetanas.

 

Si uno no ha conocido el aislamiento, será muy difícil que entienda el significado de una línea tan vital como las carreteras Sichuan-Tíbet. El cantón de Chubarong, en la prefectura autónoma tibetana de Garze, es un embarcadero en el río Jinsha que separa la provincia de Sichuan de la región autónoma del Tíbet. La carretera permite que sus pobladores consigan sus recursos para vivir y producir, así como obtener mayores ingresos. Al mismo tiempo, han surgido nuevos empleos en los sectores de transporte y reparación de automóviles.

 

En diciembre de 2018, un deslizamiento de tierra provocó el surgimiento de un lago de barrera, cuya corriente destruyó dos puentes sobre el río Jinsha y el balasto de la carretera, por lo que los pobladores de Chubarong no podían cruzar el río. Gracias al inmediato trabajo de reconstrucción impulsado por las autoridades locales, se irguió un puente de acero temporal por el que podía pasar un camión de 30 toneladas y también se reconstruyó la carretera. Gerong Chuzhag, de 66 años, ha sido testigo de los cambios que ha experimentado esta vía: “La autopista que pasa por nuestras casas es nuestra vida. Sin ella, no seríamos lo que somos hoy”. Lo que le emociona aún más es que se construirán dos nuevos puentes que permitirán el paso de camiones de carga pesada.

 

La aldea de Boikarxi, en el distrito de Batang, se encontraba entre las montañas a unos 4600 msnm. Como carecía de carreteras, sus 200 habitantes tenían que caminar tres días para ir a comprar ingredientes como la sal. De noche tenían que descansar a la intemperie, y cuando caía el invierno estas caminatas se volvían imposibles. Después de que China comenzó a aplicar la política de “actuación afinada en la prestación de ayuda contra la pobreza”, los pobladores decidieron trasladarse a un terreno a la orilla de la carretera y cerca de la zona urbana del distrito. Un aldeano llamado Cenai alquiló un automóvil y se hizo taxista. Mensualmente puede ganar unos 3000 yuanes de ingreso neto y ha logrado así salir de la miseria. Los niños, que antes tenían que atravesar las montañas cada una o dos semanas, ahora pueden regresar a casa a diario y llevar una vida feliz con sus familias.

 

Sin duda alguna, el transporte es un factor elemental del cambio en la vida de los tibetanos. A partir de la fundación de la República Popular China, los gobiernos de todos los niveles se han dedicado a mejorar constantemente las condiciones de transporte en el Tíbet. Las carreteras Sichuan-Tíbet son reparadas y mejoradas anualmente, y han sido ampliadas por lo menos unas tres veces. En 2001, con la apertura del túnel de la montaña Erlang, se redujo en gran medida el tiempo del viaje. En los últimos años se han abierto túneles en una serie de montañas elevadas, lo cual ha facilitado los viajes en invierno. Actualmente los tramos en Mangkam (Tíbet) y la línea sur vienen siendo reconstruidos y ampliados a fin de que los futuros viajes sean más seguros y cómodos.

 

Gracias a la extensión de la autopista, en tres horas uno puede llegar a Chengdu desde la ciudad de Kangding. Además, los aeropuertos construidos en varias ciudades, como Kangding y Qamdo (Tíbet), ofrecen más opciones de viaje a la gente.

 

Hoy en día se vienen llevando a cabo los estudios de factibilidad y diseño del ferrocarril Sichuan-Tíbet, y su obra clave se espera iniciar en el año en curso. Una extensa red de transporte que involucra carreteras, vías férreas y rutas aéreas acercará más al Tíbet con el interior del país.
El tricholoma matsutake, un tipo de hongo de Yajiang, atrae a compradores de todo el país.

 

 
 
 

 

Un camino hacia la prosperidad

 

El distrito de Yajiang, a orillas del río Yalong, es atravesado por la autopista Sichuan-Tíbet. La aldea de Riji, que se encuentra justamente al lado de la carretera, posee un ambiente y recursos particulares, por lo que el gobierno del distrito de Yajiang decidió construir ahí un parque industrial para cultivar hongos comestibles. En este proyecto han participado más de 40 familias que producen anualmente más de 3 millones de sacos de hongos. Nyima, poblador de la vecina aldea de Pagmoling, también trabaja en el parque y puede ganar 200 yuanes a diario.

 

Li Hu, gerente general de Garze Riji Agricultural Development Co., Ltd., empresa inversionista del parque industrial, manifiesta que durante los cinco años de construcción, las inversiones fueron creciendo debido a los ricos recursos en hongos y a la facilidad del transporte. “Los champiñones enlatados y secos que producimos son exportados a lugares tan lejanos como Rusia”, dice con orgullo.

 

Las carreteras Sichuan-Tíbet atraviesan montañas, cruzan ríos y recorren poblaciones de etnias minoritarias. Son conocidas como las rutas con los paisajes más hermosos de China. A lo largo del camino, uno puede apreciar diferentes relieves geográficos como cañones, montañas, prados, glaciares, así como experimentar diversos climas. Todo ello atrae anualmente a millones de visitantes, lo cual ha hecho que prospere el turismo a lo largo de las carreteras.

 

La aldea de Xagag Dzong, en el distrito de Yajiang, se encuentra al lado de la línea sur. Hace más de diez años comenzaron a llegar muchos excursionistas y ciclistas. El señor Buzhub los ha hospedado desde entonces en su casa, donde tiene la costumbre de servirles té con mantequilla, contarles relatos folclóricos locales y enseñarles el baile de sus tres hijas. Buzhub decidió seguir la sugerencia de algunos ciclistas y transformó su casa en un hotel familiar. Al inicio, como el precio era bastante razonable, recibía diariamente a veinte o treinta huéspedes. Con el tiempo su hotel se volvió muy famoso y tuvo que construir dos casas más para recibir a todos los huéspedes.

 

Dentro del hotel familiar de Buzhub se lucen las banderas de los equipos de muchos ciclistas y sus paredes están llenos de grafitis. El hotel tiene cerca de 30 libros de mensajes, donde los huéspedes han expresado su agradecimiento a la familia de Buzhub y han dejado por escrito sus recuerdos sobre el viaje.

 

El auge del turismo no sólo ha beneficiado a una pequeña aldea como Xagag Dzong, sino también a otras poblaciones a lo largo de las carreteras Sichuan-Tíbet.

 

Las autoridades locales han tomado varias medidas para garantizar que los viajeros tengan una mejor experiencia. En la sección de la autopista llamada Garze, por ejemplo, se han construido plataformas de observación, estacionamientos y baños en cada paso de montaña. Para muchas personas, el viaje a lo largo de la autopista Sichuan-Tíbet se ha vuelto una experiencia que uno no debe perderse en la vida.

 

 
 
*Li Xiaodong es periodista de Guang Ming Daily.

 

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