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El gran potencial de la IFR en Perú

Source:China Hoy Author:JHON VALDIGLESIAS OVIEDO*
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En abril de este año, el Perú se adhirió al proyecto de China denominado la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). Ya son muchos los países de América Latina y el Caribe y de otros continentes que forman parte de esta iniciativa promovida por el presidente chino, Xi Jinping, desde 2013. Específicamente, este proyecto representa una oportunidad de construcción de infraestructura que debiera ser aprovechada por las autoridades peruanas. El Perú es uno de los países con mayor inversión extranjera china en la región latinoamericana, pero está básicamente concentrada en sectores extractivos como la minería. En ese sentido, existe la necesidad de diversificar más proyectos y reducir nuestro déficit de infraestructura, que puede ser resuelto (en gran parte) por la IFR impulsada por China.

 

Es importante aprender de las “malas experiencias” para llegar a resultados de beneficio mutuo entre nuestros países. Por ejemplo, el Gobierno chino propuso la construcción de un tren desde Brasil hasta el Pacífico que cruzaba el territorio peruano. No traía mayores beneficios al Perú, sino más bien costos de endeudamiento. Por tanto, existe la necesidad de rediseñar estos proyectos con mayor participación de los países miembros de la IFR y que intervengan más gobiernos locales y empresas peruanas, quienes pueden operar las nuevas obras de infraestructura una vez que las empresas chinas terminen su construcción. Es importante destacar la gran experiencia en construcción de infraestructura que posee China y que debe ser bien aprovechada.

 

El puerto en Chancay

 

El Gobierno chino está presto a que países que forman parte de la IFR propongan proyectos de infraestructura de conectividad o telecomunicaciones relacionadas con la iniciativa china. Mientras tanto, en el Perú se ha firmado un memorando de entendimiento para construir un puerto en Chancay (dentro del departamento de Lima), que involucra la participación de la empresa china Cosco Shipping y la firma peruana Volcan.

 

Los académicos chinos señalan que la inversión en infraestructura en los países a lo largo de la IFR ha sido menos rentable que la de los proyectos históricamente materializados por las potencias occidentales en otras zonas. De hecho, la construcción de infraestructura de la IFR empieza por las zonas más pobres de China hasta conectarse con Asia Central hasta África, el sur de Europa y finalmente se ha agregado a América Latina y el Caribe. Por tanto, la promoción y financiamiento del Estado chino es clave para asegurar su rentabilidad.

 

La iniciativa china en la IFR descansa en su experiencia acumulada en la construcción de grandes proyectos de infraestructura dentro de su país. A partir de ello, este proyecto diseña una coordinación política, construcción de infraestructura, facilidades de intercambio, integración financiera y desarrollo de vínculos entre los pueblos. Básicamente, la inversión en la IFR se centra en la construcción de infraestructura para la conectividad marítima, aérea; así como la inversión en tecnología de comunicación.

 

Los académicos chinos manifiestan como complicado el asociarse con las empresas locales debido a las diferencias culturales, dado el estilo que tiene China en la construcción de obras de infraestructura en gran velocidad y en tiempo récord. Si bien de tenerse socios peruanos con quienes ejecutar los proyectos, estos serían más lentos, el Gobierno de Perú no tendría que recurrir al endeudamiento como ha ocurrido con otros Gobiernos, sino que también se contaría con el financiamiento del sector privado. De esta manera, podríamos reducir la enorme brecha de infraestructura en nuestro país a través de la construcción de carreteras, trenes rápidos, puertos, aeropuertos, etc., que aumenten la conectividad, el comercio, la cooperación y el beneficio mutuo entre nuestros países minimizando el endeudamiento.

 

La IFR también brinda oportunidades en cuanto a la transferencia tecnológica. Al respecto, las empresas chinas son actualmente los líderes mundiales en tecnología 5G, e incluso se proyectan a la tecnología 6G en la década de 2030. Por tanto, siguiendo la iniciativa de otros países como Chile, el Perú también podría diseñar y proponer proyectos tecnológicos en temas de comunicaciones dentro del marco de conectividad que ofrece la IFR.

 

17 de septiembre de 2019. La tecnología 5G es mostrada en la XXI Feria Internacional de la Industria de China. La IFR también brinda a Perú oportunidades de cooperación al respecto con China.

 

La IFR y la demanda de cobre peruano

 

En el Perú existe el objetivo de convertirnos en el primer exportador mundial de cobre. Actualmente ocupamos el segundo lugar. El primero es Chile, mientras que China ocupa la tercera posición. Es importante destacar que el país asiático se inclina por aumentar la exportación de productos tecnológicos como celulares, computadoras, autos, etc. En ese sentido, existe una buena complementariedad entre China y el Perú en el comercio internacional. No obstante, el Perú también puede producir productos tecnológicos donde encuentre ventajas comparativas, una vez que se cuente con la mayor riqueza por la exportación de nuestros recursos naturales.

 

Por su parte, Chile tiene una fuerte caída en la productividad del cobre dada su baja ley del mineral. En contraste, en el Perú se está desaprovechando nuestra alta ley de cobre y de otros minerales que gozamos. Es importante destacar que la brecha en la producción de cobre con Chile es fuerte, pues este país en 2018 produjo 5,8 millones de toneladas, mientras que nuestro país produjo ese mismo año menos de la mitad, en el orden de 2,4 millones de toneladas. Sin embargo, existe otra ventaja que no se está aprovechando: en el sector minero peruano existe un gran protagonismo de empresas chinas que son potenciales proveedoras de cobre al ambicioso proyecto de la IFR, la cual demanda ingentes cantidades de materias primas para la construcción de megaproyectos de infraestructura a lo largo de todos los países miembros.

 

Estas ventajas mencionadas son desaprovechadas por problemas internos, tales como la lenta burocracia para empezar muchos proyectos mineros, así como los conflictos internos que se oponen a los proyectos debido a falta de garantías de una adecuada explotación y distribución de la riqueza. El reciente cierre en el Perú del proyecto Tía María representa una debilidad del actual Gobierno para iniciar proyectos, generar mayor riqueza, distribuir adecuadamente la riqueza y aprovechar las oportunidades de la globalización. El Gobierno peruano ha tomado el camino más fácil de cerrar proyectos en lugar de mejorar la eficiencia y reducir la corrupción del Estado, y así ganar la legitimidad necesaria de las poblaciones, como se logra en países como Canadá, Australia, Noruega y el este de Asia. De esta manera, se cuenta con recursos para crear infraestructura pública y servicios públicos de alta calidad.

 

El Estado peruano debe estar preparado para aprovechar las oportunidades de la globalización en beneficio del desarrollo interno, eliminación de la pobreza y reducción de la desigualdad. Ello implica la conjunción de oportunidades externas y de metas internas, como lo estamos planteando en el presente artículo. Las empresas mineras chinas en territorio peruano y el proyecto de la IFR representan un potencial de gran creación de riqueza para nuestro país, pero se requiere de un Estado muy eficiente y sin corrupción que haga ese escenario realidad. Se requiere contar con una visión de desarrollo que ahora no tenemos, pero que también podemos emular de los países asiáticos.

 

 
 
*Jhon Valdiglesias es doctor en economía por la UIBE de Beijing (China) y economista por la UNMSM (Perú). Actualmente es miembro del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad San Marcos (CEAS) y profesor de economía de la misma casa de estudios.

 

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