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Los derechos por encima del poder

2023-08-01 12:15:00 Source:China Hoy Author:XIAO JUNYONG*
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13 de abril de 2023. Tripulantes de servicio a bordo del tren internacional de pasajeros D887, un proyecto histórico ferroviario entre China y Laos en la construcción conjunta de alta calidad de la Franja y la Ruta. Xinhua

Si echamos un vistazo al pasado y a la evolución de las leyes internacionales en materia de derechos humanos, veremos que Estados Unidos, que emergió como una superpotencia después de la Segunda Guerra Mundial, ha cambiado sustancialmente su actitud hacia cuestiones relacionadas con este tema junto con las diferentes administraciones de turno.

En general, a principios de la posguerra, Estados Unidos se mostró más activo en cuestiones de derechos humanos y declaró que defendería el orden internacional basado en normas. Sin embargo, durante la Guerra Fría y en los años posteriores a la desintegración de la Unión Soviética, los derechos humanos se convirtieron en una herramienta de Estados Unidos para interferir en los asuntos internos de otros países, así como en un medio para cometer ataques políticos y estigmatizar a los países que no actuaran de acuerdo con sus estándares, con el fin de mantener y consolidar su propia hegemonía en todo el mundo.

Diferentes aproximaciones

Desde principios del siglo XXI, las sucesivas administraciones estadounidenses, por temor al rápido ascenso de las potencias emergentes, han seguido políticas egoístas, han perseguido el unilateralismo en nombre del multilateralismo y han ido cada vez más lejos en el camino de socavar los principios internacionales de los derechos humanos.

En este proceso, Estados Unidos ha dividido a amigos y enemigos en función de su ideología, tomando a aquellos que están de acuerdo con sus valores y sistema como aliados políticos, y tachando de “autocrático” u “oclocrático” (gobierno de la muchedumbre) a cualquier sistema político no occidental, por lo que no ha escatimado esfuerzos para contener el desarrollo de sus supuestos enemigos.

La politización de los derechos humanos por parte de Estados Unidos es, en esencia, un enfoque basado en la búsqueda de la hegemonía que, o bien trata la democracia y los derechos humanos solo de nombre, o bien los trata de una manera que sitúa las consideraciones geopolíticas por encima de ellos.

La visión china de armonía, paz y solidaridad y su concepto de una comunidad de destino de la humanidad han ganado una creciente popularidad en los últimos años. De este modo, se han hecho importantes contribuciones teóricas a la gobernanza global de los derechos humanos, lo cual también ha proporcionado a los países en desarrollo la esperanza de que se desmantelen las prácticas de la “ley de la selva” en la política internacional. Con el desarrollo sostenido y constante de su economía y su poderío nacional, China está desempeñando un papel cada vez más activo en el sistema de gobernanza global centrado en la ONU.

Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y presidente chino, ha presentado la Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG), la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG) y la Iniciativa de la Civilización Global (ICG). El mensaje central de estas iniciativas es que los países son interdependientes, la humanidad tiene un futuro compartido y la comunidad internacional debe unirse para cooperar.

La IDG tiene como fin cumplir con los objetivos a largo plazo y las necesidades inmediatas del desarrollo común del mundo, fomentando el consenso internacional sobre cómo promover el desarrollo, cultivando nuevos motores para el crecimiento y facilitando el progreso de todos los países.

De acuerdo con la visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible, la ISG aboga por la resolución de los conflictos mediante la negociación y la solución de controversias a través de consultas.

La ICG aboga por el respeto a la diversidad de civilizaciones, los valores comunes de la humanidad (paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad), la importancia de la conservación y la innovación de las civilizaciones, y la cooperación y los intercambios entre pueblos.

China ha tomado una serie de medidas con el fin de poner estos principios en práctica. Por ejemplo, ha mediado en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Irán para ayudar a mantener la paz y la estabilidad en el Medio Oriente, ha presentado una propuesta de 12 puntos para poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania, y ha pedido a todas las partes involucradas que trabajen de manera conjunta y constructiva para promover la resolución política de la crisis.

De la mano con los países de Asia Central en el espíritu de revitalizar la antigua Ruta de la Seda, China organizó la primera Cumbre China-Asia Central en mayo de forma presencial, además de tomar otras medidas prácticas para ayudar a construir una comunidad de destino entre China y Asia Central.

En la pospandemia, China ha continuado abriendo su mercado al mundo, realizando intercambios económicos y comerciales con otros países e inyectando un nuevo impulso al crecimiento económico global y a la mejora de la vida de las personas.

Respeto mutuo

China siempre ha defendido el sistema internacional centrado en la ONU y el orden internacional basado en el derecho internacional, el cual es un acuerdo justo y razonable que sirve a los intereses de todos. Asimismo, ha abogado por el consenso entre todos los países, los valores comunes de la humanidad y las respuestas conjuntas a las crisis.

China está dispuesta a trabajar con Estados Unidos sobre la base del respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación en pos del beneficio mutuo y ha hecho un llamado a enfrentar las diferencias de manera conjunta, con el fin de que las relaciones internacionales puedan mantenerse por la senda correcta y no sufran desvíos. Mediante la ampliación de los intereses comunes, China y Estados Unidos pueden avanzar juntos en la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad.

Estados Unidos, por su parte, debe reconocer, aprender y aceptar el nuevo consenso que ha emergido sobre las normas, y aceptar que el multilateralismo genuino es el requisito previo para el beneficio mutuo. En consecuencia, cualquier teoría de los derechos humanos debe ser reconocida en su propio mérito, aunque no coincida necesariamente con los principios de Estados Unidos. Por último, el país norteamericano también debe dejar de lado los prejuicios políticos y la mentalidad de la Guerra Fría, a favor del respeto por el derecho que tienen los pueblos de todos los países, incluida China, a buscar una vida mejor.

Además, Estados Unidos debería volver a adoptar la globalización que una vez lideró y promovió, asumir las responsabilidades internacionales que tiene como gran potencia, defender el sistema de gobernanza global de la ONU establecido después de la Segunda Guerra Mundial y cumplir con seriedad sus obligaciones internacionales.

La gobernanza mundial de los derechos humanos exige el establecimiento de nuevos mecanismos y una nueva cultura de respeto mutuo. Las naciones deben promover la consulta igualitaria y la toma de decisiones colectiva, en lugar de unirse a un pequeño círculo de aliados establecido por una superpotencia, para abordar y resolver cuestiones de derechos humanos.

En la pospandemia, la recuperación económica global ha sido débil, la gente en muchos países está atravesando serias dificultades y algunas regiones se han visto afectadas por graves turbulencias. En este contexto, es menester que los Gobiernos de todo el mundo reconozcan y acepten la filosofía del desarrollo centrado en las personas, y den prioridad a la promoción de la prosperidad común y al bienestar de la población a través de las políticas que impulsen. De este modo, es igualmente importante que amplíen la cooperación, construyan una asociación mundial para el desarrollo que sea unida, igualitaria, equilibrada y beneficiosa para todos, y creen un entorno favorable para la gobernanza de los derechos humanos. 

*Xiao Junyong es profesor de la Facultad de Derecho del Instituto de Tecnología de Beijing.

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Editor: Wu Wen Da-->

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