Leolino Dourado, investigador afiliado al Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad del Pacífico (Perú). Foto cortesía de Leo Dourado
Tras asumir la Presidencia el 1 de enero de este año, Luiz Inácio Lula da Silva se trazó un primer objetivo: colocar otra vez a Brasil en la nueva geopolítica mundial. El gobierno de su antecesor, Jair Bolsonaro, había enfriado la relación con China, un país que desde 2009 es su principal socio comercial y con el que forma parte del cada vez más influyente grupo del BRICS. Esto explica la importancia que Lula dio a su reciente visita a China, a donde llegó luego de superar una bronconeumonía y con una nutrida delegación conformada por ocho ministros y más de 200 líderes empresariales.
En diálogo con China Hoy, el experto brasileño Leolino Dourado consideró que el viaje del presidente Lula a China fue importante sobre todo porque representa una reaproximación entre los dos países, “luego de un periodo turbulento bajo la administración de Jair Bolsonaro, marcado por incidentes diplomáticos con Beijing”.
Dourado señaló que es significativo que China haya sido el primer destino de Lula fuera del continente americano, lo cual refleja la prioridad que el país asiático tiene para el actual Gobierno brasileño.
“Brasilia espera profundizar las relaciones económicas con China. En ese sentido, la visita de Lula representó una búsqueda por atraer mayor inversión china a Brasil y ampliar la canasta de productos exportados al gigante asiático”, manifestó Dourado, quien es investigador afiliado al Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad del Pacífico (Perú).
Según cifras chinas, Brasil se ha convertido en el primer país latinoamericano en superar los 100.000 millones de dólares en su comercio con China, el cual ascendió a 171.490 millones de dólares en 2022, un crecimiento interanual del 4,9 %. De hecho, Brasil representa para China su mayor socio comercial en América Latina y el Caribe, al ocupar el 35,3 % de sus intercambios comerciales con la región.
En otro momento, Dourado recalcó que el Gobierno brasileño también ha demostrado interés en el financiamiento ofrecido por los bancos chinos para la construcción de infraestructura. “Como resultado de la visita de Lula, el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil anunció que este recibiría un financiamiento de más de 1000 millones de dólares del Banco de Desarrollo de China”, dijo el experto brasileño.
Dourado destacó, además, los diversos acuerdos firmados en el sector de la energía renovable, “como los que prevén el establecimiento de un centro de tecnología y reparación de aerogeneradores, y la realización de estudios de viabilidad de proyectos de producción de energía eólica, solar y a base de hidrógeno”. “Este es un área que viene ganando cada vez más importancia en las relaciones sino-latinoamericanas”, puntualizó.
El 14 de abril, Lula fue recibido en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing por el presidente de China, Xi Jinping. Ambos jefes de Estado presenciaron la firma de 15 documentos de cooperación bilateral en materia de comercio e inversiones, economía digital, innovación científico-tecnológica, información y telecomunicaciones, temas sanitarios, alivio de la pobreza, tecnología aeroespacial, entre otros.
Recientemente se supo que el yuan (RMB) chino desbancó al euro al convertirse en la segunda moneda más presente en las reservas internacionales de Brasil. Hasta 2018, el yuan no tenía presencia alguna y en solo cuatro años ha pasado a suponer el 5,37 % de la reservas brasileñas, por encima del 4,74 % del euro.
Si bien el dólar continúa siendo la principal divisa de las reservas brasileñas, con el 80,42 %, tanto China como Brasil vienen tomando medidas para reducir su predominio con un acuerdo sobre el establecimiento de medidas de compensación del yuan para facilitar el comercio e inversiones bilaterales. “¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda?”, se preguntó Lula durante su paso por Shanghai.
Al respecto, Leolino Dourado manifestó que la expectativa de ambas partes es, por el lado económico, reducir los costos de las transacciones comerciales con el intercambio directo entre las dos monedas (el yuan chino y el real brasileño). “Por el lado geopolítico, la idea sería hacer frente al sistema del dólar. Las transacciones de intercambio directo reducirían la vulnerabilidad a eventuales sanciones aplicadas por Washington”, opinó Dourado, quien apuntó que esta decisión también busca brindar una alternativa al tradicional sistema de pagos internacionales que usa al dólar como una moneda intermediaria.
En ese sentido, Dourado recordó la adhesión del banco sino-brasileño BOCOM BBM al CIPS (China Interbank Payment System), la alternativa de China al sistema internacional SWIFT. “Se trata del primer banco en América Latina en adherirse a este sistema”, señaló. Del mismo modo, Dourado mencionó el memorando de entendimiento que establece la sucursal brasileña del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, por sus siglas en inglés) como un banco de compensación de yuanes en el país. “Ambos contribuirán a viabilizar transacciones comerciales de cambio directo entre el real brasileño y el yuan chino”, dijo.
Dourado consideró que se deben destacar los esfuerzos tentativos de China y Brasil por buscar cierta independencia del dólar, aunque –indicó– debido a la fuerza y estabilidad que aún posee la moneda estadounidense, “este sistema probablemente seguirá siendo considerado el más confiable y el más usado a nivel internacional en el futuro cercano”.