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La valiente lucha de China contra la pandemia

2022-12-15 10:15:00 Source:China Hoy Author:LIU HUAWEN*
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6 de diciembre de 2022. Ciudadanos hacen fila para realizarse una prueba de ácido nucleico en un punto de exámenes en Zhongguancun, distrito de Haidian, Beijing.

A principios de 2020 estalló en el mundo la pandemia de COVID-19, cuya fuerte transmisión ha supuesto el desafío en materia de salud más grave que ha enfrentado la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial. En su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU el 27 de febrero de ese año, Michelle Bachelet, entonces alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, afirmó que la pandemia era una grave amenaza para el derecho a la vida y la salud de todas las personas, y que esta crisis sanitaria ponía a prueba la resiliencia social, por lo que el marco de derechos humanos era un importante punto de referencia.

Como el país en desarrollo más poblado del mundo, China ha combatido la pandemia con características únicas y ha conseguido logros eficaces.

La salud del pueblo

Una vez que brotó la pandemia, China detectó y compartió rápidamente la secuencia genética del virus con la comunidad internacional, creando condiciones para que nuestro país y otros países comprendieran el virus y detuvieran la enfermedad contagiosa.

El Gobierno chino enfatiza la necesidad de poner la seguridad de la vida y la salud de las personas en primer lugar, apoyándose en la lucha científica y legal contra la pandemia. Respetar y proteger los derechos de los ciudadanos a la vida y la salud constituye la posición consecuente de China.

En su respuesta a la pandemia de COVID-19, el Gobierno chino ha hecho todo lo posible para tratar a los pacientes confirmados y reducir los gastos médicos de la gente afectada. El Gobierno y la sociedad han tendido sus manos de ayuda a las personas, familias y entidades necesitadas, persistiendo en tratar a todos por igual y sin discriminación como la primera prioridad de todo el trabajo para proteger los derechos humanos. En la prevención y control de la pandemia se ha prestado especial atención a las mujeres, los niños, los ancianos, los discapacitados, los pobres, entre otros grupos poblacionales. Los extranjeros en China también han recibido el mismo tratamiento. La provincia de Guangdong y otros lugares han abierto líneas directas multilingües las 24 horas con el fin de atender oportunamente a ciudadanos extranjeros infectados con el coronavirus en el país.

Base sólida para el éxito

La pandemia ha puesto en peligro no solo la seguridad y el bienestar del pueblo, sino también el derecho a la vida y la salud de las familias, las comunidades y los colectivos sociales más grandes. Considerando lo general de los derechos humanos, la amenaza del derecho a la vida y a la salud afecta directamente a una serie de derechos y libertades como el derecho al trabajo y a la educación.

En los más de 70 años transcurridos desde la fundación de la República Popular China, especialmente en los más de 40 años de reforma y apertura, el desarrollo económico, el progreso social y los servicios médico-sanitarios han avanzado continuamente. En 2003, China afrontó con éxito la epidemia del SARS, y más tarde construyó una red de laboratorios de detección de las instituciones nacionales, provinciales, municipales y distritales de control de enfermedades, mientras que laboratorios como aquellos sobre la gripe, la poliomielitis, el sarampión y la encefalitis japonesa del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades se han convertido en laboratorios de referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En general, fueron los grandes logros de la reforma y apertura los que sentaron las bases materiales, institucionales y de capacidad para que China superara la plaga.

Tras vencer la epidemia del SARS, China resistió la dura prueba de la epidemia de fiebre hemorrágica del ébola y obtuvo la doble victoria de “prevención y control estrictos, e importación cero” en el país y de “batalla ganada e infección cero” del equipo médico chino en ayuda a África. China también participó en la prevención y el control de la fiebre amarilla y el virus de Zika en Angola y Guyana, acumulando mucha experiencia y haciendo contribuciones a la protección del derecho a la salud de las personas en otros países.

Ante la repentina pandemia de COVID-19, China, con su fuerza y experiencia en la prevención y el control de enfermedades y la construcción del sistema de asistencia médica, hizo entrar rápidamente en un “estado de guerra” a todo el país y controló la propagación pandémica.


6 de diciembre de 2022. Clientes en un supermercado de Beijing. Según las nuevas medidas de prevención y control de la pandemia, ya no es necesario mostrar el resultado de una prueba de ácido nucleico al entrar a sitios públicos. Fotos de Wei Yao

Respuesta eficaz

China fue la primera en llamar al uso de mascarillas y mantener el “distanciamiento social”. Después de que se encontraran los casos confirmados, realizó una investigación epidemiológica temprana, identificó a contactos cercanos y tomó las medidas efectivas de aislamiento y detección para interrumpir la propagación de la enfermedad infecciosa. China concede gran importancia a la integración de la medicina tradicional y occidental, y en ausencia de medicamentos específicos para el nuevo coronavirus, la medicina tradicional china sirve para bajar rápidamente la fiebre en los pacientes, mejorar la inmunidad específica y lograr resultados notables en el aumento de la tasa de curación y la reducción de la tasa de mortalidad.

El 5 de febrero de 2020, Xi Jinping, secretario general del Comité Central del PCCh, subrayó que debemos situar siempre en primer lugar la seguridad de la vida del pueblo y su salud, realizar esfuerzos desde los eslabones como la legislación, la aplicación de la ley, el ejercicio de la justicia y el cumplimiento de las leyes, hacer pública la información oportunamente, mejorar la transparencia del trabajo gubernamental, asegurar el derecho de los ciudadanos a informarse, salvaguardar el derecho de los medios de comunicación a informar de manera integral y oportuna, proteger el derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión y combatir según la ley la difusión de rumores, reflejando así el espíritu de combinar los derechos humanos con el imperio de la ley.

Al comienzo del brote, China implementó una serie de estrictas medidas de prevención en todo el país, y pagó un precio enorme para contener e interrumpir la propagación de la pandemia, salvando innumerables vidas. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó el 24 de febrero de 2020 que China había adoptado medidas rigurosas de prevención y control y había contribuido a toda la humanidad a expensas de la vida normal. En los siguientes tres años, China manejó de forma adecuada más de 100 brotes por conglomerados, protegiendo como es debido la vida y la salud de más de 1400 millones de personas durante la etapa más feroz del virus, y la proporción de incidencia del COVID-19, enfermedad grave y muerte se situó en el nivel más bajo del mundo.

China ha logrado resultados sobresalientes en la prevención y el control de epidemias, particularmente en el tratamiento médico. Los curados del COVID-19 incluyen a bebés recién nacidos y mayores de 100 años. Según los datos del sitio web de la OMS, hasta el 10 de diciembre pasado, el número acumulado de los casos confirmados en el mundo había alcanzado casi 650 millones, con 6,65 millones de muertes. China es el país con la menor incidencia de la enfermedad por coronavirus y el menor número de muertes entre los principales países del mundo. Aunque existe una gran brecha entre el nivel de sus recursos médicos per cápita y tecnología médica y el de los países desarrollados, la esperanza de vida promedio de los chinos ha aumentado constantemente, llegando a 77,93 años en 2020 y a 78,2 años en 2021. Las personas primero, la vida y la salud primero, esto es cierto en China.

Aunque la prevención y el control de la pandemia ha limitado en cierta medida los derechos y libertades de la gente, la economía de China ha mantenido un crecimiento notable, además de los resultados relacionados con la protección del derecho a la vida y la salud. Al convertirse en la principal economía del mundo en lograr un crecimiento positivo en 2020, su volumen económico superó los 110 billones de yuanes en 2021, lo que significa que la economía china creció un promedio del 5,1 % en dos años.

Por el multilateralismo

En un momento de grave crisis, algunos países e incluso países desarrollados mostraron su lado egoísta, lucharon por medicamentos y otros suministros médicos con otros países, se retiraron de la OMS por un tiempo y siguieron boicoteando el funcionamiento normal de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

A la luz del espíritu del internacionalismo desinteresado, China mantiene activamente el contacto y la cooperación con otros países y la OMS, compartiendo con ellos información oportuna. China emprendió la mayor acción humanitaria mundial desde la fundación de la República Popular China, siendo la primera en comprometerse con las vacunas contra el COVID-19 como un bien público, la primera en apoyar la exención de los derechos de propiedad intelectual para las vacunas y la primera en llevar a cabo la cooperación en su producción con los países en desarrollo. Hasta marzo de 2022, China había suministrado más de 2200 millones de dosis a más de 120 países y organizaciones internacionales, y muchos países, en particular aquellos en desarrollo, han recibido el primer lote de vacunas de China.

El 9 de diciembre pasado se celebró la primera Cumbre China-Estados Árabes en Arabia Saudita. Según la información transmitida durante el encuentro, hasta octubre de 2022, China había proporcionado más de 340 millones de dosis de la vacuna contra la enfermedad a los países árabes. China también elaboró el primer ensayo clínico internacional de fase III de las vacunas inactivadas contra el COVID-19 con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, cooperó con Egipto en la construcción de una línea de producción conjunta de vacunas contra el coronavirus, la primera de este tipo en África, y realizó la producción localizada de vacunas y la cooperación en la investigación de medicamentos con Argelia y Marruecos, todo con el objetivo de apoyar a los países árabes en la lucha contra la pandemia.

La pandemia es un enorme desafío para la causa de los derechos humanos en el mundo, y China es una fuerza activa y clave para hacer frente a este desafío, aliviar la amenaza del flagelo y desplegar la coordinación y cooperación internacionales. Desde la perspectiva de los derechos humanos, esta es la importante contribución de China a la vida y la salud humanas y la causa de los derechos humanos universales.

La aurora de la victoria

En la reciente 13.ª reunión del Comité de Emergencias de la OMS se siguió considerando que la pandemia es una “emergencia de salud pública que preocupa al mundo”, dijo el 2 de diciembre pasado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien añadió que siguen existiendo huecos en la vigilancia, en las pruebas, en la secuenciación y en la vacunación.

Pero sea como fuera, en todo el mundo, la pandemia del coronavirus ha dado un profundo giro. En el último año, ómicron se ha convertido en la principal variante, con una mayor transmisibilidad, pero significativamente menor virulencia y daño. Tras una cuidadosa respuesta y observación, la gente se fue convenciendo de esto, incluida la conclusión de la improbabilidad del riesgo de secuelas.

Al tratar la pandemia con prudencia, y después de esfuerzos incansables y muchos costos, China ha bloqueado y retrasado su propagación, deviniendo el último gran país en enfrentar la variante ómicron. En este momento, el pánico de las personas sobre la pandemia ha disminuido, y su capacidad y confianza para superarla han aumentado.

A la vez de promover la optimización continua de las medidas de prevención y control, en noviembre pasado el Gobierno chino, sobre la base de la novena versión del plan correspondiente, mejoró aún más las 20 medidas caracterizadas por la relajación del control, el énfasis en la precisión y la minimización del impacto en la economía social y la vida. Las “nuevas diez medidas”, publicadas el 7 de diciembre, suponen la continuación y actualización de las 20 medidas, según las cuales aquellos que den positivo en la detección del ácido nucleico del virus del COVID-19 y sus contactos cercanos pueden ser aislados en casa, y no se requiere el resultado negativo de una prueba para ingresar a lugares públicos y medios de transporte. El sistema nacional de códigos de itinerario para apoyar las investigaciones epidemiológicas dejó de funcionar el 13 de diciembre. La prevención y el control de la pandemia se van terminando. Aunque las personas infectadas con ómicron aparecen de vez en cuando en Beijing y otros lugares, la gente predice con calma y optimismo el final de la pandemia.

*Liu Huawen es director adjunto e investigador del Instituto de Derecho Internacional de la Academia China de Ciencias Sociales, y director ejecutivo del Centro de Investigación de Derechos Humanos de la misma academia. 

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Editor: Wu Wen Da-->

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