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Declaración de interdependencia

2022-11-29 10:40:00 Source:China Hoy Author:LI XIAOYANG
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15 de noviembre de 2022. El presidente chino, Xi Jinping, hace su entrada en el marco de la inauguración de la 17.ª Cumbre del Grupo de los 20 (G20) en Bali, Indonesia.

“El pueblo indonesio y los ciudadanos del mundo esperan que los líderes se abstengan de utilizar los preciosos momentos de la cumbre para criticarse y atacarse unos a otros”. Esas fueron las palabras de Kornelius Purba, editor sénior del diario The Jakarta Post, en un artículo escrito una semana antes de que comenzara la 17.ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 en Bali, Indonesia, y que se tituló Líderes del G20, por favor no vengan a Bali solo a pelear. En el artículo, Purba aconsejaba a los dirigentes que no estaban dispuestos a trabajar conjuntamente frente a los desafíos económicos y de seguridad del mundo que al menos bajaran su ego “para no empeorar el sufrimiento de muchas personas en todo el planeta”.

En este contexto, el 15 y 16 de noviembre tuvo lugar la Cumbre del G20 en Bali. “Esta cumbre es probablemente la cumbre más dividida e incierta hasta la fecha”, comentó al semanario Beijing Review Xu Feibiao, director adjunto del Centro de Estudios del BRICS y G20 del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China. Desde fines de febrero pasado, los principales eventos en el marco del G20, incluidas las reuniones ministeriales y las reuniones de grupos de trabajo, han tenido dificultades para llegar a una declaración común. Incluso temas menos sensibles, como la recuperación del turismo, han dado lugar a emociones encontradas. “Esto es muy raro en la historia”, dijo Xu, quien agregó que la comunidad internacional llegó en un momento a preocuparse ante la posibilidad de que la cumbre se topara con los mismos obstáculos y –por ende– no pudiera emitirse una declaración conjunta de los líderes.

Sin embargo, los resultados superaron con creces las expectativas originales, ya que los líderes participantes alcanzaron un consenso concreto y pragmático sobre varios temas. “Nosotros (los miembros del G20) tomaremos acciones coordinadas para promover una agenda enfocada en una recuperación global sólida, inclusiva y resiliente, y un desarrollo sostenible que genere empleo y crecimiento”, se lee en la declaración conjunta de líderes de Bali.

“De hecho, se puede decir que la sociedad ha llegado a un punto de inflexión. Una cumbre del G20 relativamente exitosa en este momento puede hacer historia”, indicó Jia Wenshan, miembro académico del Instituto para la Cooperación y el Entendimiento Globales de la Universidad de Beijing y profesor distinguido de la Universidad de Shandong.

12 de mayo de 2021. Un ciudadano de Bangkok, Tailandia, recibe una dosis de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la farmacéutica china Sinovac.

Crisis comunes

Fundado en 1999, el G20 es un foro informal para la cooperación financiera y económica internacional. Está compuesto por 19 países más la Unión Europea. Los países miembros son Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Turquía, Corea del Sur, el Reino Unido y Estados Unidos.

Con la excepción de Rusia, México y Brasil, 17 líderes del G20 se reunieron en Bali para discutir posibles soluciones para una serie de crisis inminentes que enfrenta el mundo, un amplio abanico de problemas que van desde el hambre hasta la amenaza nuclear. Cualquiera de estas calamidades por sí sola habría constituido un gran problema en las últimas décadas, pero cuando se superponen todos estos factores desfavorables, ningún país ya es capaz de resolver los problemas por sí solo.

Sobre todo resaltan los titánicos desafíos a los que se enfrenta la recuperación económica mundial. El 11 de octubre, el Fondo Monetario Internacional publicó su último informe “Perspectivas de la economía mundial”, en el que volvió a rebajar su pronóstico para la economía mundial con una fuerte advertencia: “Lo peor está por venir y para muchas personas el 2023 se sentirá como una recesión”. Además, señaló que se espera que el crecimiento mundial caiga al 2,7 % el próximo año, con un 25 % de probabilidades de que llegue a niveles inferiores al 2 %.

A la par de este panorama sombrío, la gobernanza económica mundial ya no funciona de manera eficiente. Algunas economías desarrolladas han aumentado agresivamente las tasas de interés para resolver sus propios problemas de inflación, lo cual ha desestabilizado el mercado financiero mundial y ejercido una enorme presión sobre los mercados emergentes y los países en desarrollo.

Por último, pero no menos importante, la pandemia es una llamada de atención para que el mundo cree una cadena de suministro médico más resistente. Todos los países vienen saliendo de la neblina del COVID-19 y volviendo gradualmente a los modos de producción y estilos de vida normales. No obstante, la infraestructura de atención médica en los países en desarrollo aún es débil e incapaz de hacer frente a las nuevas enfermedades infecciosas globales que puedan surgir. Según una encuesta de la Organización Mundial de la Salud, hasta el 13 de enero menos del 40 % de la población en 88 de sus países miembros había sido vacunada, mientras que en 36 de ellos, el índice estaba incluso por debajo del 10 %.

La intención original del G20 es hallar una respuesta conjunta a los desafíos. Tras el estallido de la crisis financiera asiática en 1997, los países industrializados del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos) demostraron que ya no podían dominar la agenda económica mundial. En 1999, el G20 se creó como un mecanismo de reunión para los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de los miembros, y se convirtió en una cumbre anual de líderes por iniciativa de Estados Unidos tras la debacle financiera desencadenada por la crisis de las hipotecas estadounidenses subprime que asoló el mundo en 2008. Hoy, el G20 se ha vuelto una plataforma multilateral que conecta a las principales economías desarrolladas y emergentes del mundo. Sus miembros representan actualmente más del 80 % de la economía global, el 75 % del comercio internacional y el 60 % de la población mundial.

“No tenemos otra opción. La colaboración es necesaria para salvar el mundo”, expresó el presidente de Indonesia, Joko Widodo, en la ceremonia de apertura de la cumbre. Como presidente del G20 este año, Indonesia optó por el tema “Recuperarnos juntos, recuperarnos más fuertes” y consideró la arquitectura global de atención médica, la transformación digital y la transición energética como sus tres temas prioritarios.

“Los tres temas están estrechamente relacionados con la recuperación económica y social que preocupa a todos los países tras la pandemia”, sostuvo Xu Liping, investigador del Instituto Nacional de Estrategia Internacional, en una entrevista con Global People, un exhaustivo diario político en China.

“La situación actual de la economía mundial es similar a la de 2008. Existe el riesgo de una crisis económica y financiera”, advirtió Xu Feibiao, quien manifestó que es necesario que todos los países estén a la altura de las circunstancias. “A corto plazo, es imperativo trabajar juntos para desactivar los riesgos financieros y promover la estabilidad económica. A largo plazo, la comunidad internacional debe impulsar la reforma estructural económica, mejorar el desarrollo sostenible, mejorar la gobernanza económica y de seguridad mundial, y construir un orden internacional justo y equitativo”.

15 de octubre de 2021. El tren Lancang atraviesa el Túnel de la Amistad, en la frontera entre China y Laos. El 3 de diciembre de ese año se puso en marcha oficialmente el ferrocarril China-Laos.

Paz y cambio

Cada vez más analistas políticos creen que la Cumbre del G20 debería tratar temas económicos y de desarrollo, en lugar de servir como un foro político. Sin embargo, la estabilidad política es un requisito previo para el desarrollo económico y, a su vez, el crecimiento económico y la cooperación pueden promover la estabilidad geopolítica.

Las discusiones sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania dominaron la cumbre de Bali. “El impacto del conflicto en la economía global es doble. Por un lado, Rusia es un gran exportador de petróleo y gas, Europa depende en gran medida de la energía de Rusia y las sanciones occidentales impuestas a Rusia han conducido directamente a la actual situación energética mundial. Por otro lado, tanto Rusia como Ucrania son importantes proveedores de granos y sus exportaciones se han visto muy afectadas por el conflicto”, mencionó a Beijing Review Wang Xiaowei, investigador del Centro de Estudios Europeos de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China.

Wang consideró que la importancia del G20 para Rusia va en aumento. En comparación con el BRICS o la Organización de Cooperación de Shanghai, el G20 es una de las pocas plataformas que tiene Rusia para un diálogo directo con los países occidentales.

Aunque el presidente Vladimir Putin no viajó a Bali, Rusia no estuvo ausente de la reunión. Durante la cumbre, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, sostuvo breves conversaciones con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente francés, Emmanuel Macron, y se reunió con el canciller chino, Wang Yi.

Wang expresó que China continuará manteniendo una posición objetiva y justa y desempeñará un papel constructivo en la promoción de las conversaciones de paz sobre la crisis en Ucrania. Lavrov respondió que Rusia permanecerá abierta a la discusión y negociación.

12 de noviembre de 2022. Logo de la 17.ª Cumbre del G20. Fotos de Xinhua

Contribución china

Como la segunda mayor economía del mundo y el país en desarrollo más grande, China es uno de los más firmes partidarios del mecanismo del G20 y desempeña un papel importante para abordar los desafíos globales y mejorar la gobernanza económica mundial.

En el marco de la Cumbre del G20 en Bali, el presidente chino, Xi Jinping, pronunció un discurso titulado “Trabajar juntos para responder a los desafíos de nuestro tiempo y construir un futuro mejor”, en el que pidió una acción colectiva y una cooperación estrecha para hacer que el desarrollo global sea más inclusivo, resistente y beneficioso para todos.

“China siempre ha sido un promotor del desarrollo económico mundial, un defensor de la paz y la estabilidad mundiales, y un contribuyente a un orden internacional justo y equitativo”, destacó Xu Feibiao, quien agregó que económicamente China ha promovido con dinamismo la política de Reforma y Apertura, así como la transformación y mejora de la industria. En la última década, el país contribuyó con un promedio del 38,6 % al crecimiento económico mundial, más que la contribución conjunta de los países del G7. Desde el punto de vista político, China nunca ha iniciado una guerra, pero es el segundo mayor contribuyente al presupuesto regular y de mantenimiento de la paz de la ONU, así como el mayor contribuyente de tropas de mantenimiento de la paz entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

A fin de promover el desarrollo mundial y preservar la paz mundial, el presidente Xi ha presentado la visión de una comunidad de destino de la humanidad. A través de mecanismos emergentes de cooperación internacional como la Franja y la Ruta, iniciativa que tiene como objetivo impulsar la conectividad a lo largo y más allá de la antigua Ruta de la Seda, China ha tomado medidas concretas para lograr la prosperidad común con los países socios.

“China se ha convertido en un defensor clave de la paz y el desarrollo mundiales”, concluyó Xu Feibiao. 

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Editor: Wu Wen Da-->

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