El Partido Comunista de China (PCCh) celebró el XX Congreso Nacional y la primera sesión plenaria de su Comité Central el mes pasado. Se eligió un nuevo colectivo de dirección con el camarada Xi Jinping como núcleo. El Congreso analizó profundamente la situación nacional e internacional, planificó los objetivos, tareas y políticas principales para el desarrollo de la causa del Partido y el Estado en los próximos cinco años, e incluso para un plazo más largo. Dicha planificación aborda el futuro del Partido, el país y el camino de China, e inevitablemente concierne al movimiento comunista internacional, cuyo nuevo capítulo en su historia se va escribiendo en China, al mismo tiempo que responde e impulsa su desarrollo mundial.

Al ser consciente de los desafíos sin precedentes que enfrenta la sociedad humana, el PCCh señaló en el Congreso que el mundo se encuentra una vez más en una encrucijada de la historia, y el camino por seguir depende de la elección de los pueblos de todos los países. La idea de servir al pueblo es el valor más fundamental de cada partido comunista y de todos los partidos marxistas. Esta es la cuestión de la historia y también es la cuestión de los tiempos; es la cuestión de China y también es la cuestión del mundo.

El “cambio” es el desafío universal, generacional e histórico al que se enfrenta nuestra generación actual.

El progreso científico y tecnológico, promovido por la informatización y la inteligencia, ha impulsado el rápido desarrollo de las fuerzas productivas, lo que a su vez ha promovido cambios revolucionarios en las relaciones de producción globales y ajustes en el orden internacional. Sin embargo, algunos grupos sostienen dicho orden para mantener y expandir sus propios intereses creados. Ante la pandemia, que causa estragos sin tener en cuenta las fronteras nacionales, es imperativo que toda la humanidad construya una respuesta como comunidad. No obstante, mientras el gran número de países y pueblos en vías de desarrollo de Asia, África y América Latina están sumidos en el desastre de la pandemia, hay algunas fuerzas que utilizan diversos medios para interferir en los asuntos internos de otros países, a fin de obtener mayores beneficios económicos, obtener más capital político y expandir su hegemonía existente.

Desde la perspectiva global, las normas básicas vigentes de las relaciones internacionales están enfrentando serios desafíos. La hegemonía, la política de fuerza, la mentalidad de guerra fría y los dobles estándares están cada vez más extendidos y se han convertido en un cáncer que obstaculiza el desarrollo de los pueblos de todos los países. Nunca antes había sido tan necesario que las personas y los pueblos que persiguen la equidad, la justicia y el desarrollo en todo el mundo nos unamos y promovamos vigorosamente los valores comunes de la paz, la democracia y la libertad para toda la humanidad, hagamos frente conjuntamente a los diversos desafíos mundiales y salvaguardemos la paz mundial, el desarrollo común y los intereses comunes.

A pesar de que somos de diferentes países, nos hallamos en diferentes etapas de desarrollo y tenemos distintas perspectivas respecto a entender los problemas y proponer soluciones, tenemos la bandera común del marxismo, la adhesión común a los objetivos comunistas y puntos de vista similares sobre los principales problemas que enfrenta el movimiento comunista internacional en la nueva era, y estos nos hacen estar dispuestos a escucharnos unos a otros.

En el arduo viaje del movimiento comunista internacional, el marxismo también ha producido resultados localizados en las prácticas de diferentes países. El proceso de localización del marxismo es un proceso en el que los comunistas en este país comprenden profundamente sus propias condiciones nacionales y resuelven sus propios problemas reales en su propia práctica social. Es natural que las diferencias históricas, culturales y en las condiciones nacionales entre los países lleven a la formación de peculiaridades dentro de cada país en su camino al desarrollo.

China es el país en desarrollo más grande y el Partido Comunista de China es el partido que gobierna este país socialista desde hace mucho tiempo. La experiencia histórica a partir de la Segunda Guerra Mundial nos muestra que el surgimiento de los países en desarrollo ha promovido la evolución del orden internacional hacia la democracia, la justicia y la racionalidad.

Por lo tanto, China y el PCCh aprecian el entorno internacional propicio para el desarrollo, trabajan sinceramente con otros países para incentivar el nuevo motor del desarrollo global y aprovechan francamente sus recientes logros en la modernización del modelo chino como una nueva oportunidad para que todos los países del mundo beneficien mejor a los pueblos de todos los Estados.

Que los comunistas y progresistas de todos los países se unan para abordar los desafíos globales juntos y para crear un mejor futuro para la humanidad.

*Pan Deng es director ejecutivo del Centro de Derecho de América Latina y el Caribe de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de China, y secretario general de la Asociación Nacional de los Estudiantes Retornados de Iberoamérica de China.