Carlos Aquino, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Foto cortesía del autor
El doctor Carlos Aquino es un destacado economista y director del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en Lima, Perú. En esta entrevista con China Hoy, nos ofrece su opinión sobre las perspectivas de la relación entre el país sudamericano y China, la cual se ha visto fortalecida tras el peor momento de la pandemia de COVID-19. “China fue prácticamente el primer país que envió ayuda médica al Perú para combatir la pandemia”, recuerda.
China Hoy (CH): Durante la pandemia, las economías del mundo se vieron afectadas y las relaciones multilaterales disminuyeron en su intensidad, mientras que los flujos de inversiones se redujeron considerablemente. ¿En qué medida la pandemia afectó las relaciones económicas y comerciales entre China y las economías latinoamericanas, en especial con el Perú?
Carlos Aquino (CA): La pandemia de COVID-19 efectivamente afectó el comercio y la inversión mundiales, así como la relación de China con la región de Latinoamérica y el Perú. La cuarentena paralizó muchas actividades económicas y el transporte, y especialmente la demanda por parte de China de recursos naturales desde los países de la región. El Perú, por ejemplo, disminuyó en un 15 % su comercio exterior en 2020, aunque con China su comercio cayó menos del 5 %, pero en 2021 se recuperó notablemente.
El comercio del Perú con China no se afectó tan fuertemente comparado con el de otros países. Por ejemplo, en 2019 el Perú exportó a China 13.600 millones de dólares y en 2020 exportó 12.600 millones de dólares. La disminución fue causada principalmente por las menores exportaciones de cobre. Las importaciones solo cayeron de 9800 millones a 9700 millones de dólares, solo 100 millones de dólares. La alta demanda del Perú por productos chinos se mantuvo e incluso aumentó la compra de computadoras y, por supuesto, de mascarillas, aumentando en este último caso de 2 millones de dólares en 2019 a 361 millones en 2020.
CH: Las relaciones del Perú con China antes de la pandemia venían estrechándose y fortaleciéndose durante más de una década. ¿Usted cree que la pandemia ha afectado la vinculación entre ambos países o, más bien, se reforzaron los lazos históricos estrechos de cooperación y solidaridad?
CA: La pandemia afectó el comercio con China, aunque en un monto menor comparado con el comercio con otros países. Sin embargo, por otro lado, el hecho de que China fuera al comienzo casi el único proveedor de vacunas contra el COVID-19 fortaleció las relaciones, y también porque China ofreció y envió equipos e instrumentos médicos para combatir la pandemia.
China fue prácticamente el primer país que envió ayuda médica al Perú para combatir la pandemia, y también expertos chinos ayudaron a que se estableciera una política para enfrentarla. Asimismo, el hecho de que voluntarios peruanos participaran en los ensayos para probar la efectividad de la vacuna china de Sinopharm contra el COVID-19 permitió que esta se aplicase después en el país.
CH: Las inversiones provenientes de China en el Perú han venido multiplicándose en la última década. Pese a la pandemia, estas no se han detenido y siguen llegando al país, no solo en el sector de extracción minera, sino también en los de energía, comercio, servicios y banca. ¿Cuál cree usted que podrá ser el panorama futuro para las inversiones chinas en el Perú?
CA: La inversión china es en la actualidad una de las principales fuentes de la inversión extranjera en el Perú. Inicialmente estaba concentrada en el área de recursos naturales, pero últimamente hay mucha inversión en el sector de infraestructura. El puerto de Chancay, que viene siendo construido por Cosco Shipping Ports, es un ejemplo claro de esto último y es una obra que permitirá al Perú poseer el puerto más moderno en todo el Pacífico sudamericano. Es una inversión muy necesaria y se espera, por ejemplo, que China también invierta en el sector de ferrocarriles, que es un área prioritaria para la modernización del transporte en el Perú. El hecho de que el Perú sea miembro de la iniciativa china de la Franja y la Ruta y también del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura coadyuvará en eso.
6 de agosto de 2021. El presidente peruano, Pedro Castillo, recibe en Lima una dosis de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la farmacéutica china Sinopharm. Xinhua
CH: Durante la pandemia, China siguió con su agenda interna y cumplió con uno de los objetivos de desarrollo del milenio establecidos por la ONU al lograr erradicar la pobreza. ¿Cuál es su opinión al respecto? ¿Cree usted que el modelo de desarrollo de China podría servir para ayudar a otros países en el gran reto que significa erradicar la pobreza en todo el planeta?
CA: China ha eliminado la extrema pobreza y esto es un gran ejemplo para el resto del mundo, especialmente al haber alcanzado esta meta en un año de pandemia, donde la mayor parte del resto del mundo vio la pobreza aumentar. China lo logró a través de varias medidas, como la mejora de los ingresos para la gente que vive en el campo, modernizando su agricultura, o brindando otras oportunidades de empleo a la gente en el sector rural, en el de servicios de turismo o en la industria manufacturera. También el mejor acceso a la educación, vivienda y sistemas de salud ayudó a que la población más vulnerable mejorase su situación económica. Estas medidas pueden y deberían aplicarse también en los muchos países en desarrollo que aún tienen problemas de extrema pobreza.
CH: Tras la pandemia han surgido muchas crisis debido a la volatilidad económica y al devenir de conflictos internacionales no previstos que hacen peligrar la paz mundial. En medio de todas estas turbulencias, ¿cuáles cree que son las perspectivas del desarrollo de las relaciones entre China y los países latinoamericanos, y en particular con la economía del Perú?
CA: Creo que las perspectivas de una mayor relación entre Latinoamérica y China en medio de los problemas que enfrenta el mundo son posibles pues la región y China se complementan en varios campos. Primero, la economía china sigue creciendo y sus necesidades de recursos naturales continuarán, y la región latinoamericana puede suplir estas. Segundo, la región necesita modernizar su infraestructura física y China tiene el capital y la experiencia para lograr esto, aparte de que ya son 21 países de Latinoamérica y el Caribe los que se han unido a la iniciativa china de la Franja y la Ruta.
Tercero, la región necesita modernizarse para elaborar productos con más valor agregado y China podría ayudar con su experiencia en este aspecto, pues ha pasado de fabricar productos simples ensamblados con mano de obra poco calificada al comienzo de su proceso de modernización acelerada –iniciado hace ya 43 años–, a fabricar productos sofisticados como trenes bala o productos electrónicos de alta tecnología. Cuarto, China y la región deberían esforzarse juntos por mantener el sistema abierto de comercio e inversión de las últimas cuatro décadas para poder beneficiarse de este. Por último, también China y Latinoamérica, a través del mayor conocimiento mutuo entre sus pueblos, podrían incrementar el nivel de sus relaciones en todos los campos.
*Johnny Montalvo es corresponsal de China Hoy en Perú.