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La democracia avanza en China

2022-01-05 15:47:00 Source:China Hoy Author:RUBÉN DARÍO GUZZETTI y MARCELO F. RODRÍGUEZ*
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Los debates sobre qué es la democracia atraviesan permanentemente los ámbitos políticos y académicos, extendiéndose en determinados contextos al conjunto de la sociedad. Este sistema, concebido para defender la soberanía del pueblo y su derecho a elegir y controlar a los gobernantes a través de mecanismos de participación directa o indirecta, adoptó mayoritariamente en Occidente, y en América Latina en particular, el modelo estadounidense.

Una convicción y un debate se van abriendo paso en Occidente: la democracia tal como la conocemos ha fracasado a la hora de resolver los problemas de los pueblos, y simultáneamente se discute si existe o no democracia en China. En general, entendemos que en China se conoce mucho más de la democracia que se practica en Occidente, que en Occidente del sistema chino.


 
 

Rubén Darío Guzzetti


Marcelo Fabián Rodríguez


Diferencias entre China y Occidente

El debate sobre la democracia ha crecido en China en los últimos tiempos. Sin embargo, se la considera una herramienta para beneficio de la sociedad, no un bien en sí mismo. En cambio, en Occidente se tiene la convicción de que si no hay un proceso electoral basado en el pluripartidismo, con una tendencia muy fuerte a concentrarse en el bipartidismo al estilo estadounidense, no hay democracia.

En general, en la intelectualidad china hay una coincidencia en la necesidad de avanzar en la democracia interna del Partido Comunista de China (PCCh) para seguir profundizando la legitimidad económica, política e ideológica actual. Este tema es observado con gran detenimiento, ya que si se deteriorara la legitimidad del PCCh, esto no solo tendría consecuencias en China sino en todo el mundo.

La Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y las Asambleas Populares, en todas sus instancias, son los organismos en donde el pueblo ejerce la democracia, debate, propone, supervisa y controla la ejecución de las resoluciones adoptadas. La democracia deliberativa y su consecuente supervisión compensa la ausencia de voto directo en algunas instancias.

La doctora Cristina Reigadas considera que afirmar que en China no existe democracia es un prejuicio eurocéntrico y que la cultura política china es apta para la democracia, aun cuando el economicismo y el nacionalismo jueguen un papel importante.

En la realidad política china está presente el manejo de la dialéctica entre tradición e innovación, centralidad y descentralización, continuidad, discontinuidad y debate, en el marco del centralismo democrático, creando las mejores condiciones para la creciente participación popular y el ejercicio democrático. Este proceso dinámico, enriquecedor y no exento de desafíos que se basa en la sinización del marxismo, teniendo en cuenta las ricas cultura y filosofía milenarias de China, permite una adaptabilidad permanente a la realidad cambiante y buscar en esa práctica la “verdad en los hechos”, en dirección a la resolución de las contradicciones, hacia una sociedad regida por la ley y un futuro socialista.

En este sentido, el presidente Xi Jinping pronunció un importante discurso en las jornadas del 13 y 14 de octubre de 2021, en el marco de los trabajos de la Asamblea Popular Nacional. Allí destacó que “el Gobierno estimula y promueve la democracia en China y permite la participación popular en la gobernanza nacional”, y agregó que un país es democrático o no dependiendo de si está verdaderamente “dirigido por el pueblo”.

Xi afirmó que la democracia es un valor compartido de la humanidad, que “es un principio clave sostenido inquebrantablemente por el PCCh y el pueblo chino”, y que la misma “no es un adorno, sino que sirve para resolver los problemas que la gente tiene y quiere resolver”.

Además, fue muy claro frente a los ataques que recibe el sistema político chino al afirmar que “para juzgar si un país es democrático o no se debe tener en cuenta qué procedimientos y reglas políticas están estipulados por los sistemas y leyes, y si estos se implementan bien”, y agregó que “si un país es democrático o no debe ser juzgado por el propio pueblo, no por un puñado de personas del exterior”, en una clara referencia a las políticas injerencistas y a la campaña anti-China que impulsan EE. UU. y sus aliados de Occidente. También afirmó el presidente Xi Jinping en su intervención que “hay muchas formas de lograr la democracia, no existe un modelo único”.

Un debate permanente

Sobre la base de esta premisa, entendemos que el socialismo con peculiaridades chinas no es incompatible con la democracia, como muchos analistas de Occidente quieren hacer ver, partiendo de la idea de que la democracia es exclusivamente occidental. Todo lo contrario, en China hay un debate permanente sobre democracia, pero se la considera una herramienta para beneficiar a la sociedad, no un bien en sí mismo.

Un aspecto que consideramos muy importante es la forma en que se eligen los candidatos a distintos cargos legislativos y ejecutivos en cada país. En China se parte de elecciones directas en la base e indirectas en las instancias superiores. Los candidatos son propuestos por vecinos y trabajadores. Los elegidos, a su vez, designan las autoridades superiores representativas, pero teniendo que responder ante las instancias inferiores de sus decisiones. En China avanza la democracia deliberativa, una práctica efectiva para hacer realidad el principio de que el pueblo manda.

Si bien es muy difícil realizar predicciones sobre cómo evolucionarán los sistemas políticos y de participación en China y en los países occidentales que siguen el modelo estadounidense, existen algunos datos brindados por la experiencia histórica, por los procesos en marcha y por las características sistémicas presentes en los objetivos capitalistas o socialistas presentes en estos países que nos pueden orientar para establecer tendencias.

En este sentido, entendemos que si el proceso de construcción del socialismo con peculiaridades chinas continúa, con avances y retrocesos, en la consolidación y creación de mecanismos de participación popular, con la misma flexibilidad que viene demostrando, puede lograr avances mucho más profundos que el esperable en aquellas sociedades que enfrentan la contradicción entre la lógica capitalista, basada en la explotación, con la preeminencia de poderes económicos, financieros y mediáticos cada vez más concentrados, que actúan como fuertes limitantes a proyectos autónomos y soberanos y, en definitiva, a la profundización de la democracia.  

*Rubén Darío Guzzetti es analista internacional e integrante del Área de Estudios sobre China del Centro de Estudios y Formación Marxista (CEFMA) de Argentina.

*Marcelo F. Rodríguez es director del Área de Estudios sobre China del CEFMA de Argentina.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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