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El futuro de los vínculos económicos entre China y ALC

Source: Author:ALESSANDRO GOLOMBIEWSKI TEIXEIRA y CAO SHENGXI*
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Durante las últimas décadas el centro de gravedad económico mundial se ha alejado de las economías desarrolladas hacia las emergentes. Este cambio está liderado por China y grandes economías en desarrollo de América Latina como Brasil, Argentina y México.

 

La cooperación internacional es imperativa para China y para un nuevo sistema de gobernanza mundial, que es necesario construir. Crear una comunidad que comparta la visión de los problemas de desarrollo, del futuro de la humanidad y de la aspiración de la gente por una vida mejor es necesario no solo para China, sino también para el resto de los países en desarrollo. Por lo tanto, una cooperación que involucre a China y a los países de América Latina es imprescindible.

 

Las “Dos Sesiones” de China y los informes indican que el país continuará impulsando su agenda de desarrollo. Tales informes revelan que China ha alcanzado grandes logros en la profundización del desarrollo del sector servicios y el manufacturero de alta tecnología, permitiendo que dichas industrias se globalicen, lo que ha aumentado su apertura comercial al mundo.

 

14 de noviembre de 2018. Segundo Foro de Cooperación de Gobiernos Locales Chino-Latinoamericanos en Wuhan, capital de la provincia de Hubei.

 

Profundizar la apertura y las reformas

 

En 2019, la agenda de desarrollo establecida por el Gobierno chino pretende profundizar en la apertura y las reformas, especialmente fomentando el recorte de impuestos a las pymes, reduciendo las tasas de interés y facilitando el acceso a préstamos más baratos. La adopción de tales políticas no solo creará más riqueza, sino que también generará nuevos empleos que ayudarán a alcanzar uno de los objetivos finales: la reducción de la pobreza. La idea expresada durante las “Dos Sesiones” es que la agenda de desarrollo debe impulsarse, especialmente en 2019, año en que se cumple el 70.° aniversario de la fundación de la República Popular China.

 

Cuando analizamos la historia de las relaciones chino-latinoamericanas podemos ver que han nacido sobre la base de pilares económicos como el comercio y la inversión. Esta cooperación actualmente está evolucionando más allá del comercio, la inversión y últimamente con flujos financieros, desafiando a los países latinoamericanos a adoptar reformas específicas para impulsar el crecimiento inclusivo y construir una asociación mutuamente beneficiosa con China.

 

Durante las “Dos Sesiones” se destacó que China ha importado continuamente productos de América Latina y el Caribe (ALC) desde 1999, con un crecimiento excepcional en un corto período de tiempo basado en la reducción de los aranceles aduaneros del 17 al 7,5 %. Está claro que el crecimiento rápido de la economía china y las mejores condiciones en América Latina mejoraron la balanza comercial de esa región, que no solo redujo su déficit sino que también registró un superávit en los últimos años. Especialmente después de que China entró en la OMC, el crecimiento de sus exportaciones a América Latina ha sido realmente impresionante: la proporción representada por China de las importaciones regionales totales aumentó del 2,3 % en 2000 a alrededor del 16 % en 2017. Aunque en 2000 China no estaba entre las tres principales fuentes de importaciones para cualquiera de los países de esa región, actualmente representa el primer o segundo origen de las importaciones para los principales países de ALC.

 

En 2017, China recibió el 10 % del total de las exportaciones de bienes de la región y aportó el 18 % de las importaciones a esa zona. Las importaciones de China desde ALC ascendieron a aproximadamente 126.000 millones de dólares en 2017, lo que representó el 7 % de las importaciones totales de China. Las exportaciones de China a la región ascendieron a 131.000 millones de dólares, lo que representó el 5,7 % de las exportaciones totales de China. El país asiático se ha convertido en el principal socio comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay.

 

En 2015, el presidente de China, Xi Jinping, estableció como objetivo que el comercio total entre China y América Latina alcance los 500.000 millones de dólares en un lapso de 10 años, y durante la reunión de la CELAC en 2018 esta declaración fue confirmada por los funcionarios chinos.

 

Otro punto importante resaltado en las “Dos Sesiones” fue que China ocupa el primer lugar en la Inversión Extranjera Directa (IED) interna y externa entre los países en desarrollo. Las inversiones de China en el exterior alcanzaron un récord de 183.100 millones de dólares en 2016 y, por primera vez, superaron las entradas de la IED, lo que convirtió al país en un inversionista neto. Las inversiones de las compañías chinas en ALC en 2017 se estimaron en más de 25.000 millones de dólares, equivalente a alrededor del 15 % del total de entradas a la región ese año. Según cifras chinas, la IED acumulada de China en ALC alcanzó unos 200.000 millones de dólares en 2017 (incluidos los territorios con grandes sectores financieros offshore). La región se ha convertido en el segundo destino más grande para la IED de China, más de la mitad en recursos naturales. Hasta la fecha, la minería ha sido el sector más atractivo para el desarrollo de nuevos proyectos de inversión china, pero recientemente tenemos un cambio estructural que fue compensado por mayores inversiones en sectores como telecomunicaciones, bienes raíces, alimentos o energía renovable, lo que indica que las empresas chinas están interesadas en ingresar a nuevos sectores en la región.
13 de diciembre de 2018. BYD entrega 100 autobuses eléctricos K9 al municipio de Santiago, en Chile. Fotos de Cnsphoto

 

 

China, un actor clave

 

China se ha convertido en un actor clave para la reestructuración de la arquitectura financiera global a través de importantes préstamos e inversiones financieras. Para América Latina, estos pasos incluyen una presencia significativa a través de préstamos bilaterales, la membresía en bancos de desarrollo multilaterales, desde la unión al Banco Interamericano de Desarrollo en 2009 hasta la profundización de las relaciones con el Banco de Desarrollo de América Latina y el lanzamiento del Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

 

Los flujos financieros entre China y ALC han experimentado un crecimiento sin precedentes durante la última década, a menudo concentrados en infraestructura, energía y minería. Los préstamos chinos a América Latina se han convertido en la mayor fuente de financiamiento externo para un grupo específico de países (Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela), superando a las instituciones financieras internacionales bien establecidas en la región. Los préstamos chinos a las economías latinoamericanas son complementarios en lugar de sustitutos para la región. En el período 2005-2014, cerca del 80 % del financiamiento chino total para América Latina apoyó la infraestructura. China ha financiado parcial o totalmente represas hidroeléctricas, redes de gas y/o turbinas. Las telecomunicaciones representaron cerca del 7 % de la financiación total. El resto de la financiación ha sido para productos básicos, en particular la minería y la agricultura.

 

Es muy difícil imaginar que los países de ALC ganen competitividad en la economía global sin fortalecer la cooperación con China y otros países en desarrollo. La nueva plataforma de cooperación internacional desarrollada y promovida por China, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, es una gran oportunidad para que los países de ALC reduzcan la brecha en infraestructura, compartan experiencias en la reducción de la pobreza, así como para la transferencia de conocimientos y la integración industrial y agrícola.

 

 
 
*Alessandro Golombiewski Teixeira pertenece al National Thousand Talent Professor de la Escuela de Política y Gestión Pública de la Universidad Tsinghua. Es exministro de Turismo, viceministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil y asesor económico especial del presidente de ese país latinoamericano.

 

*Cao Shengxi es candidato a doctor en Políticas Económicas en la Escuela de Política y Gestión Pública de la Universidad Tsinghua y profesor visitante en la Universidad de Oxford.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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