Constantino Vila dirige discurso en la Comisión Intergubernamental de Salud (CIGS).Foto cortesía del entrevistado
El Seguro Integral de Salud (SIS) es el seguro nacional de Perú que cubre a todos los ciudadanos y da prioridad a los grupos vulnerables en situación de pobreza. Durante la pandemia, debido a las limitaciones del sistema sanitario, los grupos más pobres de dicho país fueron el eslabón más débil en la cadena de prevención, control y tratamiento del COVID-19. Ante esta situación, el Gobierno chino colaboró con Perú al proporcionarle ayuda para los grupos más vulnerables. En diálogo con China Hoy, Constantino Vila, jefe adjunto del SIS, da a conocer el sistema de seguro sanitario de su país y los resultados de la cooperación sino-peruana durante la pandemia.
China Hoy (CH): ¿Cuál es el papel que ejerce el SIS en el sistema sanitario peruano?
Constantino Vila (CV): El SIS es un organismo público ejecutor, que a través de la afiliación automática, brinda el aseguramiento público en salud a todas las personas residentes en el país que no cuentan con otro tipo de seguro de salud. Asimismo, garantiza el financiamiento de las prestaciones de salud brindadas a sus afiliados.
El Perú tiene una población de 35.874.000 habitantes y aproximadamente 25 millones de ellos están asegurados bajo el SIS (el 70 % de la población), lo cual lo convierte en la principal aseguradora de salud del país. Cada año se financian alrededor de 70 millones de atenciones médicas.
El aseguramiento universal de la salud es una política de Estado que busca garantizar el ejercicio del derecho a la salud, a fin de que las personas tengan acceso a los servicios de salud sin generarles gastos de bolsillo que puedan afectar su economía.
CH: La pandemia hizo que los sistemas sanitarios de todos los países se enfrentaran a pruebas sin precedentes. Desde su perspectiva como funcionario de un organismo encargado de administrar el seguro de salud en el país, ¿cuál fue la principal dificultad que el SIS tuvo que superar? ¿Cómo explicaría la situación que le tocó enfrentar a Perú durante la pandemia de COVID-19?
CV: Como en la mayoría de los países del mundo, en el Perú la pandemia también demostró que los sistemas de salud no estaban preparados para enfrentarla; pero no solo los sistemas de salud, sino también la sociedad en su conjunto.
En un contexto de un sistema de salud fragmentado, los retos que nos tocó afrontar fueron la precaria e insuficiente infraestructura de los servicios de salud, la insuficiente capacidad diagnóstica para el COVID-19, las brechas de equipamiento de las unidades de cuidados intensivos, un nuevo modelo de organización de los servicios de salud para enfrentar la pandemia y el gasto de bolsillo en salud, entre otros de índole social, económico y político.
Desde mi experiencia personal enfrenté la pandemia desde dos escenarios: primero, como gerente regional de salud en la región La Libertad durante la primera ola de la pandemia y, posteriormente, como funcionario del SIS durante la segunda y tercera olas.
En el primer escenario, en un contexto de grandes brechas de infraestructura de los servicios de salud, debía organizar la atención de salud en los tres niveles resolutivos, fortalecer la capacidad de los laboratorios para el diagnóstico del virus, y trabajar intensamente para atender y preservar la salud mental de la población, así como desarrollar una intensa coordinación intersectorial e intergubernamental con diversos actores sociales y políticos para la implementación de estrategias sociosanitarias.
En el marco de la pandemia, el SIS tuvo que afrontar algunas dificultades, debiendo para ello adecuar sus normas y mecanismos. El principal reto fue garantizar el acceso y la cobertura integral de la atención de salud a todas las personas residentes en el territorio nacional, ya que en ese momento existían cinco planes de salud con coberturas diferentes que no garantizaban una atención de salud integral, y así se generaba el gasto de bolsillo en detrimento de la economía de las familias. Por eso, mediante dos decretos de urgencia, se autorizó uniformizar la cobertura integral para todas las personas afiliadas al SIS y garantizar el presupuesto para tal fin, siendo determinante esta decisión del Gobierno para afrontar la pandemia.
En resumen, el Perú fue uno de los países más duramente afectados por la pandemia de COVID-19, la cual puso de manifiesto las importantes brechas de infraestructura, tecnología, organización y coordinación que tiene nuestro sistema de salud.
CH: Durante la pandemia se dio una notable cooperación entre China y Perú, sobre todo, en cuanto al uso de las vacunas elaboradas por las farmacéuticas chinas. En el caso puntual de Perú, se emplearon las vacunas de la farmacéutica Sinopharm. ¿Cómo evalúa usted esa cooperación?
CV: Durante la pandemia, la única medida efectiva era el uso de las vacunas contra el COVID-19. Ello generó una alta demanda de las mismas a nivel mundial, lo que implicaba esperar para poder adquirirlas, lo cual generaba ansiedad en la población y en el personal de salud que diariamente daba una dura batalla.
En este contexto de emergencia sanitaria, la cooperación que brindó China al Perú mediante las vacunas de Sinopharm fue una muestra de solidaridad y humanismo. Fue una cooperación oportuna y de enorme valor en un momento crítico. Logró generar esperanza y expectativas positivas en la población y en los trabajadores de salud para el retorno a una vida normal. La vacuna fue efectiva para consolidar esta lucha. El uso de las vacunas tuvo una extrema importancia: se disminuyó radicalmente el número de fallecidos por COVID-19, se inició la dinamización de la economía, se empezó a recuperar la esperanza de la población, etc. Rápidamente se organizó su aplicación, siguiendo criterios de riesgos de salud y edad, logrando coberturas por encima del 80 % para la primera dosis. La vacunación fue el inicio del fin de la pandemia.
CH: En sus años como funcionario del área de la salud pública, ¿recuerda algún otro ejemplo en el que se haya plasmado la cooperación chino-peruana?
CV: El Perú mantiene con el Gobierno chino convenios de cooperación técnica y memorandos de entendimiento sobre cooperación en salud entre el Ministerio de Salud del Perú y la Comisión Nacional de Salud de China.
En este marco de cooperación en materia de salud con el Gobierno chino, puedo mencionar algunas experiencias de cooperación: en 2011 se culminó la implementación del proyecto de inversión denominado “Ampliación del Hospital Nacional Arzobispo Loayza”, que comprendió la construcción de un pabellón que albergaba la unidad de cuidados intensivos, la unidad de cuidados intermedios, el banco de sangre, la central de esterilización y el servicio de nutrición. Este importante proyecto ha permitido al hospital mejorar su capacidad operativa para la atención de los pacientes.
Durante la pandemia, el Gobierno peruano recibió la donación de aproximadamente un millón de vacunas Sinopharm, lo que permitió iniciar la vacunación contra el COVID-19 en la población del país, así como otras donaciones consistentes en equipos médicos para la unidad de cuidados intensivos, reactivos de laboratorio, pruebas moleculares de diagnóstico para el COVID-19 y equipos de protección personal.
Además de lo mencionado, hay un memorando de entendimiento para la cooperación en medicina tradicional, a través del cual se realiza el fortalecimiento de capacidades de los profesionales de la salud.
CH: En junio de este año, la Comisión Nacional de Salud de China lo invitó a Beijing a realizar un viaje de estudio e investigación. ¿Cuál es su balance sobre aquella visita hecha a China?
CV: La oportunidad de visitar China para realizar un viaje de estudios e investigación la puedo calificar como una experiencia académica magnífica y de alto nivel, donde la teoría y las visitas en campo nos mostraron la importancia de construir un sistema de salud basado en la calidad, la innovación y la eficiencia como pilares de su desarrollo y sostenibilidad, y que tiene como eje central al ciudadano.
Sin duda, la experiencia y el conocimiento obtenido durante la visita de estudio se aplicarán en la gestión del SIS. En el marco de las relaciones interinstitucionales con los prestadores de salud, se esperan resultados sanitarios óptimos de la salud de los afiliados al SIS, los cuales deben basarse en indicadores de calidad, oportunidad de la atención y eficiencia en el uso de los recursos, todo lo cual se modulará a través de mecanismos de pago y sistemas de información modernos. De esta manera, el SIS aportará en el fortalecimiento del sistema de salud y en su mejor desempeño.