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Embajador de Cuba: “Frente al COVID-19, no cabe la estigmatización”

Source:China Hoy Author:MICHAEL ZÁRATE
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Es la segunda vez que cumple las funciones de embajador en China. La primera fue en 2006, en un mundo que ahora parece tan distinto y tan lejano. Sin embargo, la relación de Carlos Miguel Pereira con China data de mucho antes, en concreto, de 1991, cuando llegó a estudiar chino en la Universidad de Beijing. Sabido es que quien conoce el idioma tiene otra aproximación hacia China: más cercana, más certera. Y esa aproximación puede ser clave en un momento como el actual. 

El embajador Carlos Miguel Pereira.   Foto de Michael Zárate 

  

China Hoy (CH): Señor embajador, hoy prácticamente el monopolio de nuestras conversaciones gira en torno al COVID-19. Teniendo en cuenta el desarrollo que la epidemia ha tenido en China, ¿qué le ha parecido el manejo del país en la contención del nuevo coronavirus? 

  

Carlos Miguel Pereira (CMP): En estos meses hemos tenido la oportunidad de ser testigos de todo cuanto se ha hecho acá en China. Cuba estuvo entre los primeros países que expresó públicamente su apoyo y su solidaridad con el Gobierno chino, desde el mismo momento en que se dio a conocer el brote epidémico. Nuestra visión es que China ha tenido una respuesta ejemplar desde el mismo surgimiento de la epidemia, una respuesta que además ha sido integral y que también ha permitido darle una visión al mundo de cómo se manejan este tipo de epidemias, el cual, además, no tiene precedentes en la historia. Ha habido un enfoque que ha permitido el trabajo mancomunado tanto de las autoridades políticas como de las autoridades sanitarias, pero también de la población en general. 

  

Esa respuesta ejemplar e integral no se circunscribe solo a las condiciones de China ni a sus fronteras. Con esa respuesta ejemplar, China no solo hizo un gran esfuerzo por su propia población, sino que también hizo una gran contribución al mundo. Al hacer mayores esfuerzos por contener este virus, de alguna manera dio una ventana de tiempo para que otros países y otros gobiernos también se prepararan de antemano y articularan sus propias respuestas. Lamentablemente no todos los países lo hicieron. Hubo algunos gobiernos que no aprovecharon esa oportunidad que China les dio y perdieron un tiempo preciado. 

  

En Cuba hemos estudiado desde el inicio la experiencia china, siguiéndola de manera permanente. Es conocido que Cuba tiene un sistema de salud realmente muy robusto, con un contingente de médicos y de personal de salud que ha acumulado una gran experiencia en el manejo de epidemias y desastres similares, pero, sin duda, la experiencia china que es la que en definitiva ha servido de referencia al mundo. En este campo, el intercambio bilateral se ha concretado por múltiples vías, entre ellas, la organización de videoconferencias entre expertos chinos y expertos cubanos, las cuales son muy importantes porque catalizan la cooperación que ya existía entre ambos países, ya sea desde el punto de vista de la cooperación médica como del desarrollo conjunto de medicamentos. 

  

CH: A propósito, a fines de febrero se informó que uno de los medicamentos utilizados en China para tratar a los pacientes de COVID-19 era el interferón alfa-2b humano recombinante, que desde 2007 se produce en la empresa mixta sino-cubana Changchun Heber Biological Technology. ¿Cómo va la cooperación entre la biotecnología cubana y china en la producción de medicamentos para el tratamiento de pacientes de COVID-19? 

  

CMP: Es muy oportuna su pregunta. Efectivamente, uno de los elementos más conocidos ha sido el medicamento cubano alfa interferón recombinante humano, que está registrado en China desde 2007 y es producido en una de las empresas mixtas cubano-chinas que funcionan en el área de la biotecnología. Fue uno de los 30 medicamentos antivirales seleccionados por la Comisión Nacional de Salud de China para ser usado en el tratamiento del COVID-19. En el caso de nuestro interferón, fue usado con dos fines específicos: primero, en el reforzamiento del estado inmunológico del personal de salud antes de iniciar el tratamiento de los pacientes; y segundo, en el tratamiento propio de los pacientes, sobre todo en un estado inicial. 

  

La del COVID-19 es una epidemia que tiene sus propias características y es un virus que, por lo general, se da asociado a enfermedades colaterales. Muchas veces el agravamiento o no de un paciente está dado por las enfermedades colaterales que tiene. Entonces, muchos de esos medicamentos que están en desarrollo o ya están registrados en el país, también contribuyeron a ese tratamiento en casos específicos. Por ejemplo, tenemos la producción de un monoclonal cubano, muy exitoso en el tratamiento contra el cáncer, que es el Nimotuzumab, el cual se produce aquí en Beijing en la empresa mixta Biotech Pharmaceutical, que durante toda la epidemia ha mantenido su capacidad de producción. 

  

La epidemia ha permitido identificar nuevos productos de uso en el COVID-19 y que forman parte hoy de la cooperación entre Cuba y China. Hoy hay varios proyectos que se están estudiando y algunos se están desarrollando conjuntamente, sobre todo a través de un centro de investigación y desarrollo en el área de la biotecnología que funciona en la ciudad de Yongzhou, en la provincia de Hunan. Allí se está haciendo un complejo de vacunas terapéuticas, no de la vacuna en sí, sino de vacunas terapéuticas relacionadas con el COVID-19 y otras infecciones respiratorias, así como otros medicamentos antivirales asociados con el COVID-19. En este minuto, ambas partes han acordado trabajar también en otros proyectos a través del Ministerio de Ciencia y Tecnología de China y la entidad cubana BioCubaFarma, lo que va a permitir desarrollar otros productos. 

  

Hoy se están desarrollando algunos medicamentos que, incluso, han demostrado gran eficacia en el tratamiento del COVID-19 en el caso de Cuba. Algunos son totalmente nuevos, otros son medicamentos que ya venían estudiándose y que están demostrando una gran efectividad, como la Biomodulina T, que se está usando en pacientes adultos mayores, uno de los segmentos de mayor riesgo entre los afectados por este virus. Y ha habido más productos, como vacunas terapéuticas, etc., que están dirigidos sobre todo al tratamiento de aquellas enfermedades colaterales que se dan asociadas al COVID-19, como la hipertensión, la diabetes y otras más. 

  

Hoy hay cuatro empresas mixtas que están funcionando ya en el tema de la biotecnología. Y hay otros proyectos que están en vías de implementación, como el establecimiento en China del primer parque biotecnológico mixto para el desarrollo de productos, el cual empezará con alrededor de 9 o 10 productos biotecnológico cubanos. 

  

CH: ¿Dónde será desarrollado este parque biotecnológico? 

CMP: Este proyecto lo estamos desarrollando en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, en la Zona de Desarrollo de Fangchenggang, que es una zona de experimentación piloto, creada por las autoridades chinas para el desarrollo de la cooperación médica internacional. Allí se están dando ya los primeros pasos. Pensamos que antes que concluya este año ya estarán creadas las bases para echar a andar este primer parque biotecnológico mixto. 

  

Hay, además, otras posibilidades muy amplias. Por ejemplo, hoy se está trabajando en la posibilidad de algunas facilidades para el desarrollo conjunto de medicamentos y terapias vinculadas a la neurocirugía y la neuromedicina, enfermedades que tienen que ver con el tratamiento del cerebro, el mapeo cerebral y otras en general. Hoy hay casi más de 100 medicamentos producidos en China que ya están registrados en Cuba. Hay una decena de medicamentos cubanos registrados en China, y hay otra decena esperando o transitando por las diferentes fases de registro. Esto ratifica que la biotecnología es uno de los pilares de la cooperación entre los dos países. 

  

CH: Hoy las brigadas cubanas de apoyo contra el COVID-19 están presentes en 23 países. China viene haciendo lo mismo. Incluso, ha habido una participación conjunta en terceros países. ¿Qué destacaría de esta contribución? 

  

CMP: Es una cooperación que se ha dado prácticamente desde el inicio y de una manera natural. Tiene mucho que ver con el hecho de que China y Cuba han sido de los primeros países en dar una respuesta efectiva en materia de solidaridad y cooperación internacional. Hay un grupo de países que han venido politizando y estigmatizando esta cooperación, pero lo vemos más que todo como una gran cortina de humo para esconder su propia incapacidad, su propia deficiente gestión interna a la hora de enfrentar esta epidemia, como es el caso de EE. UU.  

  

Cuando todavía estaba inmersa en el combate contra la epidemia internamente, China no dudó en ofrecer sus servicios al mundo, enviando insumos claves a otros países. Prácticamente China se ha convertido en la gran retaguardia estratégica para la mayoría de los países cuando faltan insumos claves para el enfrentamiento a la enfermedad.  

  

Y en el caso de Cuba, por su vocación solidaria conocida y a pesar de sus limitaciones, ha dado respuesta a la solicitud de apoyo hecha por un grupo grande de países. Puedo confirmarle que el número de países que han solicitado presencia de ayuda médica cubana es muy superior al número en los que hoy tenemos presencia. Son en estos momentos 25 brigadas médicas en 23 países, y hay incluso alrededor de una decena de brigadas que siguen preparándose en Cuba con vistas a asistir a otros países. 

  

En los casos donde ha habido presencia de expertos chinos con brigadas médicas cubanas se ha dado también un trabajo conjunto. En Venezuela, por ejemplo, ambas brigadas médicas pudieron unir esfuerzos y participar en las labores de pesquisa masiva de COVID-19. Esto demuestra que en una epidemia de este tipo no hay nacionalidades ni hay cabida para la politización ni para la estigmatización, como algunos gobiernos han tratado de imponer. 

  

CH: ¿Cuál cree que debiera ser la gran lección que nos deje esta pandemia? 

  

CMP: Una pandemia de este tipo no repara en ideologías, no repara en posiciones políticas, no repara ni siquiera en nacionalidades. Más allá del esfuerzo de algunos países que se ha visto reflejado en matrices de opinión, en actitudes xenófobas o en campañas contra la calidad de determinados insumos médicos, el mundo entero va acogiendo y aceptando el camino de la solidaridad y la cooperación internacional.  

  

Para Cuba es muy importante este tema porque, como usted sabe, Cuba es un país bloqueado, un país que ha estado sometido a un largo bloqueo por parte de EE. UU., el cual se había venido recrudeciendo desde antes del inicio de la epidemia por parte de la administración Trump. Hay que decir que desde el mismo estallido de la epidemia, el bloqueo ha estado presente de manera cotidiana, incluso impidiendo que donativos de ayuda médica de otros países llegasen a Cuba. El caso más conocido es el de la Fundación Jack Ma, que anunció un donativo de insumos médicos a países de América Latina y el Caribe. Sin embargo, el único país de la región al que no pudo llegar ese primer lote de envío fue Cuba, justamente en virtud del bloqueo norteamericano. La empresa estadounidense Apex Cargo Services, contratada por el Grupo Alibaba, declinó a último minuto hacer llegar el donativo de la Fundación Jack Ma a Cuba debido a la extraterritorialidad del bloqueo de EE. UU. Ese envío, en aquel estado inicial de la pandemia, hubiera sido realmente muy positivo para nuestro país. 

  

Si a eso usted le añade las propias dificultades que impuso el avance de la epidemia al transporte internacional, pues se ha hecho mucho más complejo el poder hacer llegar a Cuba los insumos necesarios para el enfrentamiento al COVID-19. Hemos tenido que hacer esfuerzos realmente titánicos y, en ese contexto, sin duda nuestra cooperación con China también adquirió una importancia aun más relevante. 

  

CH: El próximo 28 de septiembre se cumplirán 60 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y China. Algo que no olvidan los chinos es que Cuba fue el primer país de América Latina en establecer esos vínculos. ¿Cuál es la importancia que esta fecha tiene para el Gobierno y el pueblo de Cuba? 

  

CMP: Este no es un aniversario cualquiera. Probablemente, la decisión de establecer relaciones diplomáticas con China fue el primer acto de independencia de la naciente Revolución cubana y, de alguna manera, abrió las puertas de las relaciones de China con América Latina y el Caribe. Desde ese punto de vista, Cuba acumula muchas primeras veces en las relaciones entre China y la región. Cuba fue el primer país en firmar un acuerdo comercial con China, el primer país al cual viajó un grupo de estudiantes chinos a aprender el idioma español en la década de 1960, Cuba fue el destino de las primeras delegaciones oficiales chinas que viajaron a aquella parte del mundo. Pero lo más importante, lo que queda de estos sesenta años, es que no solamente hemos estado entre los pioneros en las relaciones con China, sino que hemos logrado mantener a lo largo del tiempo una relación que es sin duda estratégica y que está basada en la amistad y en la confianza recíproca. 

  

Estos 60 años han marcado, desde muchos puntos de vista, las relaciones entre un país grande y un país pequeño, han establecido pautas, paradigmas, de cómo dos naciones pueden relacionarse mutuamente a pesar de encontrarse, desde el punto de vista geográfico, en las antípodas del mundo, y cómo, a pesar de esa distancia geográfica, se han ido tendiendo puentes entre los dos países.  

  

Para nosotros es muy importante este 60.º aniversario por todo lo que significa. Inicialmente, ambas partes habíamos previsto un gran programa de celebraciones y de festejos que la epidemia no nos ha permitido poner en práctica. En función de cómo vaya evolucionando la situación, tendremos todo un segundo semestre del año, en el que ya hay acordado por ambas partes un grupo de actividades para conmemorar este acontecimiento que, sin duda, es clave desde el punto de vista bilateral. 

  

  

 

  

  

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Editor: Wu Wen Da-->

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