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Museo de Hebei | |
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3 de agosto de 2025. Fachada del Museo de Hebei, en Shijiazhuang, capital de la provincia. 3 de agosto de 2025. El público observa el traje de jade cosido con hilo de oro de Liu Sheng en el Museo de Hebei. Inscripciones en un ding (una especie de caldero antiguo chino) de bronce con patas de hierro del rey de Zhongshan, del Período de los Estados Combatientes. Un incensario Boshan de bronce con incrustaciones de oro, de la dinastía Han del Oeste. 7 de abril de 2022. La lámpara del Palacio Changxin, uno de los tesoros del Museo de Hebei, es exhibida temporalmente en el Museo del Palacio, en Beijing. Una base de biombo de bronce con incrustaciones de oro y plata, con un tigre devorando un ciervo, del Período de los Estados Combatientes. 3 de agosto de 2025. Una visitante contempla la base de mesa de bronce con dragones y fénix incrustados en oro y plata en el Museo de Hebei. Fotos de Wei Yao LA zona de la actual provincia de Hebei, en el norte de China, conocida como una de las principales cunas de la civilización china, ha sido testigo del desarrollo humano por miles de años. Durante los períodos de Primavera y Otoño y de los Estados Combatientes (710-221 a. C.), Hebei albergó a los poderosos estados vasallos de Yan y Zhao, por lo que llegó a ser conocida como la “Tierra de Yan y Zhao”. El Museo de Hebei resalta algunos de los capítulos más brillantes de la historia de la provincia con una colección de aproximadamente 5000 artefactos a través de diez exposiciones permanentes. Entre sus numerosos tesoros, el traje funerario de jade cosido con hilo de oro de Liu Sheng, la lámpara del Palacio Changxin y la base cuadrada de bronce para mesa con dragones y fénix son piezas emblemáticas. Traje funerario de jade cosido con hilo de oro El 22 de mayo de 1968, fueron descubiertas dos grandes tumbas antiguas en una obra de construcción en el distrito de Mancheng, provincia de Hebei. Posteriormente, se identificó que las tumbas pertenecían a Liu Sheng, príncipe Jing de Zhongshan de la dinastía Han del Oeste (206 a. C.-25 d. C.), y a su esposa Dou Wan. Los artefactos más destacados que fueron desenterrados de las tumbas son dos trajes funerarios de jade cosidos con hilo de oro, utilizados por Liu Sheng y Dou Wan. Hasta la fecha, son los ejemplos más antiguos, de mayor prestigio y mejor conservados de trajes funerarios de jade descubiertos en China. El traje de Liu Sheng se encuentra actualmente en exhibición en el Museo de Hebei. En la dinastía Han (206 a. C.-220 d. C.), los trajes de jade fueron utilizados como prendas funerarias diseñadas especialmente para el emperador y nobles de alto rango. Quizás uno se pregunte por qué los difuntos eran envueltos en jade. De hecho, esto refleja la reverencia del antiguo pueblo chino por el jade. En la sociedad Han, los ideales confucianos promovían el jade como símbolo de virtudes y buenas costumbres. También se creía que el jade poseía la capacidad mística de preservar el cuerpo de la descomposición. La costumbre de usar artefactos de jade como objetos funerarios se remonta a la dinastía Zhou del Oeste (1046-771 a. C.) y alcanzó su apogeo durante la dinastía Han, caracterizada por los exquisitos trajes de jade. El proceso de producción de un traje de jade era complejo: en pocas palabras, se debía cortar el jade en pequeños cuadrados, cada uno de tan solo 0,2 a 0,35 centímetros de grosor, para posteriormente ser pulidos, perforados y cosidos meticulosamente con hilo de oro. El traje de jade de Liu Sheng, de 1,88 metros de largo, está compuesto por 2498 placas de jade unidas por 1,1 kilogramos de hilo de oro, mientras que la prenda de Dou Wan mide 1,72 metros de largo y utiliza 2160 placas de jade y 700 gramos de hilo de oro. Estos trajes de jade reflejan vívidamente las opulentas costumbres funerarias de la dinastía Han, en particular la creencia de “tratar a los muertos como a los vivos”. Aunque los trajes de jade no otorgaban la inmortalidad, su artesanía atemporal sigue asombrando a generaciones más de dos mil años después. Lámpara del Palacio Changxin La lámpara del Palacio Changxin, elaborada hace más de 2200 años, es un artefacto de bronce dorado de la dinastía Han del Oeste. Fue desenterrada en 1968 de la tumba de Dou Wan y recibió su nombre por la inscripción grabada en su superficie. Con 48 centímetros de altura, fue diseñada para estar a la altura de los ojos de una persona sentada, adaptándose perfectamente a la costumbre tradicional de la era Han de sentarse sobre esteras en lugar de sillas. Este artefacto tiene la forma de una criada arrodillada sosteniendo una lámpara con gracia entre sus manos. La lámpara del Palacio Changxin no solo es estéticamente agradable a la vista, sino también funcional. El cuerpo de la criada es hueco, y su brazo derecho y su manga forman la pantalla ajustable, permitiendo a los usuarios ajustar el ángulo y la intensidad de la luz. La lámpara consta de seis partes independientes: la cabeza, el brazo derecho, el torso, la pantalla, la bandeja de aceite y la base, todas creadas individualmente, lo que facilita su montaje, desmontaje y limpieza. De ingenioso diseño, es un ejemplo temprano de una lámpara ecológica. El humo producido durante la combustión viaja a través de la manga hueca hasta la cámara interior de la lámpara, donde se enfría y se asienta, evitando contaminar el entorno. Este concepto ambiental refleja la sabiduría de la antigua China. Esta pieza milenaria, de elaborada estructura, ha continuado inspirando diversos diseños de generaciones posteriores, como la linterna de seguridad que portó la llama olímpica de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022. Una exquisita base de mesa Otra pieza destacada que se exhibe en el museo es la base de mesa cuadrada de bronce con dragones y fénix incrustados en oro y plata. Se trata de un exquisito artefacto del estado vasallo de Zhongshan durante el Período de los Estados Combatientes. Fue desenterrada en 1977 de las tumbas reales de Zhongshan, en el distrito de Pingshan, provincia de Hebei. Junto con tesoros nacionales como el traje funerario de jade de Liu Sheng y la lámpara del Palacio Changxin, formó parte del primer grupo de reliquias culturales chinas cuya exhibición en el extranjero fue prohibida. Aunque la tapa de madera ya estaba deteriorada cuando fue descubierta, la artesanía de la base es impresionante, con técnicas de fundición, incrustación y soldadura. Representa el más alto nivel de maestría en incrustaciones de oro y plata de la época y, por lo tanto, es considerada una de las mesas más finas de la antigua China. La estructura de la base presenta cuatro ciervos moteados. Sobre el lomo de cada ciervo se yergue un dragón que, curiosamente, tiene una cabeza, dos colas y dos alas. Además, un fénix pasa por donde se encuentran las colas de dos dragones vecinos. La sección central de la base de la mesa es hemisférica, lo que la hacía inestable. Por ende, para reforzar su estabilidad, el diseñador añadió un dougong (un sistema de arcos de ménsulas de madera entrelazadas, tradicionalmente utilizado en la arquitectura china) entre la sección hemisférica y el marco superior. Cabe destacar que este es el único ejemplo conocido de dougong aplicado durante el Período de los Estados Combatientes que se ha encontrado hasta la fecha. Perpetuando la cultura tradicional En aras de difundir conocimientos sobre reliquias culturales y fomentar la cultura popular, el museo organiza conferencias públicas cada semana. Por ejemplo, todos los sábados, el museo ofrece sesiones educativas gratuitas para niños de 8 a 12 años, donde también pueden participar en talleres de artesanía. Además, se imparten conferencias semanales de expertos, abiertas al público de forma gratuita, con reserva previa en línea. El museo también organiza eventos temáticos especiales en torno a las festividades tradicionales chinas. Para celebrar el Año de la Serpiente en enero de este año, se lanzaron una serie de eventos con temática de serpientes durante la Fiesta de la Primavera. A través de reliquias culturales, relatos históricos y folclore, los niños aprendieron el significado simbólico de las serpientes en la cultura china. Para dar la bienvenida al Año Nuevo con buenos deseos, también se realizaron talleres donde los participantes elaboraron linternas, sobres rojos con temática de serpiente, bolsitas de la suerte y diademas con forma de serpiente. Durante el Festival del Bote del Dragón de este año, estudiantes internacionales de Italia y Dinamarca junto con estudiantes chinos de la Escuela Secundaria N.º 42 de Shijiazhuang participaron en un taller de cerámica para experimentar de primera mano las técnicas de decoración con porcelana azul y blanca. Este evento no solo profundizó la comprensión de la cultura china por parte de los estudiantes internacionales, sino que también fortaleció la confianza cultural de los estudiantes chinos. |
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