6 de agosto de 2024. La clavadista china Quan Hongchan compite en la final femenina de saltos de plataforma de 10 metros en los Juegos Olímpicos de París.

6 de agosto de 2024. Quan Hongchan besa su medalla de oro durante la ceremonia de premiación de la prueba femenina de saltos de plataforma de 10 metros en los Juegos Olímpicos de París. Fotos de Xinhua

EL 5 de agosto de 2021, en la final femenina de saltos de plataforma de 10 metros de los Juegos Olímpicos de Tokio, una joven china con una coleta cautivó al mundo con una actuación casi perfecta. Tres saltos que le dieron un total de 466,20 puntos sentaron un nuevo récord mundial. A sus 14 años, Quan Hongchan sorprendió al mundo con su técnica y salpicando apenas unas gotas de agua. El 24 de febrero de este año, la Universidad de Jinan anunció la lista de atletas destacados admitidos para este 2025, y Quan Hongchan estaba en ella. La joven, nacida en una aldea rural en la ciudad de Zhanjiang, provincia de Guangdong, ha demostrado que el cielo recompensa el esfuerzo y el poder de los sueños.

Una lucha constante

Quan Hongchan nació en 2007 en el seno de una familia humilde de agricultores en la aldea de Maihe, ciudad de Zhanjiang. Sus padres se ganaban la vida cultivando caña de azúcar, y ella tiene cuatro hermanos más. Una casa de ladrillos con paredes descascaradas es todo lo que recuerda de su infancia. En 2014, Chen Huaming, un entrenador de salto de la Escuela Deportiva de Zhanjiang, descubrió a esta talentosa niña durante un proceso de selección en zonas rurales. En ese momento, Quan Hongchan estaba jugando a la rayuela en la cancha de su escuela, y su capacidad de salto y coordinación corporal llamaron la atención del entrenador.

Al ingresar a la escuela deportiva, Quan Hongchan demostró una increíble perseverancia y talento. Se levantaba a las 5 de la mañana para entrenar y no terminaba hasta las 9 de la noche. En los momentos más duros, realizaba más de 400 saltos al día. Con tal de perfeccionar un movimiento, podía repetirlo cientos de veces hasta lograr dominarlo por completo. “Nunca se quejaba, nunca decía que estaba agotada y era como un pajarito incansable”, rememora su entrenador.

Las dificultades económicas de su familia fueron una fuente de motivación para Quan Hongchan. Su madre necesitaba tratamiento constante debido a un accidente automovilístico y su padre era el sostén de la familia. La joven atleta transformó el amor por su familia en una motivación para entrenar. “Voy a entrenar duro, ganar campeonatos y curar a mi madre”, decía. Este sentido de responsabilidad y amor filial la sostuvo durante innumerables días de entrenamiento duro y monótono.

El surgimiento de una estrella

En 2018, Quan Hongchan fue seleccionada para el equipo de clavados de la provincia de Guangdong. Durante sus dos años en el equipo provincial, su técnica mejoró rápidamente. En octubre de 2020, en el Campeonato Nacional de Clavados de China, la joven de 13 años sorprendió a todos al ganar el oro en la plataforma de 10 metros. Este logro le valió un lugar en el equipo nacional, convirtiéndose en la miembro más joven.

En el equipo nacional, Quan Hongchan enfrentó desafíos aún mayores. Los entrenadores diseñaron un plan de entrenamiento específico para ella. Para dominar el movimiento 207C (salto hacia atrás con tres giros y medio), practicaba cientos de veces al día. Su esfuerzo dio frutos. En las pruebas internas antes de los Juegos Olímpicos de Tokio, su ejecución del 207C fue casi perfecta, sin salpicaduras.

Su desempeño en los Juegos Olímpicos de Tokio la catapultó a la fama. De sus cinco saltos, tres obtuvieron una puntuación perfecta, y su puntaje total batió el récord mundial. La Federación Internacional de Natación calificó su participación como “casi perfecta”, y los medios internacionales la llamaron “un milagro en la historia del clavado”. A pesar de la fama repentina, Quan Hongchan mantenía la misma sonrisa pura y sincera. “Solo quise hacer cada movimiento lo mejor posible”, manifestó con una sonrisa.

Un nuevo comienzo

Después de los Juegos Olímpicos de Tokio, Quan Hongchan no se dejó llevar por la fama, sino que optó por continuar su educación. En 2022, fue admitida en la Universidad del Deporte de Beijing para estudiar la especialidad de Entrenamiento Deportivo. Esta decisión mostró su visión a largo plazo. En la universidad, no solo continuó entrenando, sino que también estudió asignaturas como fisiología y psicología del deporte.

Este 2025, Quan ha dado otro paso importante al ingresar a la Universidad de Jinan. Es una elección que refleja su deseo de conocimiento y desarrollo personal. En esta casa de estudio, no solo continuará formándose en temas relacionados con el deporte, sino que también ampliará sus horizontes académicos, lo que le permitirá sentar las bases para un futuro diversificado. Como atleta de élite, Quan sabe que debe destacar en la competición, pero además crecer académica y personalmente.

Quan Hongchan entendía que, para avanzar en el clavado, debía mejorar su formación integral. Comenzó a estudiar inglés con miras a las competiciones internacionales, a profundizar en la historia y el desarrollo del clavado para comprender mejor este deporte, y a participar en actividades benéficas, en donde su fama bien ganada puede sentar un ejemplo positivo.

Al vislumbrar el futuro, Quan Hongchan tiene metas claras: seguir logrando éxitos en el clavado y prepararse para su transición después del retiro. “Quiero ser una atleta completa. No solo destacar en el salto, sino también ser una buena estudiante”, ha señalado. Este espíritu de superación es la clave de su constante crecimiento, lo que quedó demostrado con la nueva obtención de medallas de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024.

De aquella niña de una aldea rural a campeona olímpica, la historia de Quan Hongchan es un testimonio del valor del esfuerzo. Su vida nos enseña que, aunque el talento es importante, lo que realmente importa es la perseverancia en la búsqueda de los sueños. Por ello, la joven estrella del salto seguirá brillando por todo lo alto. Su historia continúa escribiéndose y su leyenda está lejos de terminar.