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Ángelo Cast posa para una foto después de presentar la canción original Creciendo juntos en un concurso de poesía y literatura en 2022, organizado por el gobierno del distrito de Futian, en la ciudad de Shenzhen.
![]() Ángelo Cast frente a un edificio tradicional chino durante una práctica de meditación. Fotos cortesía del entrevistado PARA Ángelo Castagneto, más conocido por su nombre artístico de Ángelo Cast, la idea de venir a China no figuraba entre sus planes de vida. El amor, que llegó de manera repentina y sorpresiva, fue el catalizador de todo. Un flechazo inesperado En 2008, mientras trabajaba en una empresa naviera como entrenador global de SAP, un sistema de administración y operaciones, viajó a Sudáfrica para entrenar a un equipo en Ciudad del Cabo. Fue ahí, en esa ciudad lejana y a miles de kilómetros de su propio lugar de origen, que conoció a “una mujer maravillosa”, oriunda de la provincia de Fujian. Lo que siguió fue una relación a distancia por varios meses, hasta que ella, quien por aquel entonces residía en Dinamarca, le dijo que quería regresar a su tierra natal. “En 2009, dejé mi familia, mi comida y mis amigos, crucé el mundo por amor y llegué a China”, cuenta el ecuatoriano. Hoy por hoy, Ángelo Cast es un músico consagrado, que se puede dedicar de lleno a lo que más ama. Sin embargo, el camino de autodescubrimiento fue largo, y a ratos también tortuoso. Al llegar, se instaló en Shanghai, donde su vida comenzó a transcurrir entre salas de clase y largas horas de estudio, mientras se dedicaba al aprendizaje del chino. Los primeros meses no fueron fáciles, ya que junto con algunos problemas con los que ya lidiaba, se sumó también el estrés de tener que adaptarse a un entorno, una cultura y un idioma nuevos. Por suerte, su pareja –quien hoy es su esposa–, al igual que su familia china, siempre estuvo presente para apoyarlo. De este modo, se fue acostumbrando a su nueva realidad poco a poco. En 2010, comenzó a trabajar como practicante en un restaurante mexicano y, al poco andar, se convirtió en gerente general, a cargo de más de 100 empleados. “Estuvimos en el Pabellón de México en la gran feria mundial Shanghai Expo 2010, y ganamos como mejor restaurante latino en 2011”, señala. Pese a varias experiencias positivas, el trabajo era también demandante y agotador. Por ello, el ecuatoriano decidió dar un paso al costado y retomar de a poco su gran pasión, la música. Comenzó a tocar en eventos privados y a codearse con diversos músicos, tanto de China como del extranjero. Si bien la música era una pasión innata que comenzó a desarrollar y cultivar cuando apenas era un niño, la historia de Ángelo Cast es bastante peculiar. Según cuenta, viene de “una familia de músicos frustrados”, ya que sus padres y hermanos siempre fueron amantes de la música, pero nunca se dedicaron a ella formalmente. “Mi padre siempre quiso tocar el piano, pero por esas cosas de la vida, no aprendió. Mi madre quiso ser cantante, pero cantaba en la cocina”, recuerda. En su casa había también un órgano y un teclado, con los cuales Ángelo Cast empezó a experimentar cuando tenía cuatro años. Así y todo, cuando estaba en la escuela, el ecuatoriano nunca consideró la música como carrera profesional, sino que optó por estudiar administración de empresas en la universidad. De hecho, trabajó para muchas compañías y en diversos rubros. En 2013, tras aproximadamente cuatro años viviendo en Shanghai, se integró a una compañía dedicada al rubro de la energía renovable. El camino hacia la música Pese a todos sus logros profesionales, Ángelo Cast seguía frustrado y perdido. Incluso, en su niñez y juventud, los problemas emocionales y de salud siempre estuvieron presentes. “De pequeño comía muchos dulces y comida chatarra. Tenía sobrepeso, problemas digestivos y alergias. En mis veinte, enfrenté la muerte dos veces”, confiesa. Pero el ecuatoriano estaba decidido a dar un vuelco en su vida. En un momento de mucho dolor físico y emocional, se dijo a sí mismo que no podía continuar de la misma manera. “Ahí fue cuando empecé a aprender sobre mí y sobre tantas cosas maravillosas que antes rechazaba”, agrega. El cambio comenzó en abril de 2015, y una de las cosas que aprendió fue el poder de la meditación. Junto con esta práctica, también se adentró en los recovecos de la energía positiva, la programación neurolingüística, el coaching y el mindfulness (o atención plena). De esta forma, fue dejando de lado sus creencias viejas y obsoletas, gracias a lo cual comenzó a ver cambios palpables en su salud mental, física y emocional. Solo dos años después, empezó a impartir sus primeros talleres de desarrollo personal, y luego, en 2018, a dar talleres de meditación y música en vivo. Estos han tenido una gran acogida por parte de la gente y un impacto aún mayor que difícilmente puede ser cuantificado en números o calificado con palabras. Pero el objetivo final es claro. “Mi enfoque es ayudar a las personas a que se reconecten con su paz y poder interior”, manifiesta. Además de esta importante labor, en la que se entremezcla música en vivo con improvisación, meditaciones guiadas y técnicas de manejo emocional, Ángelo Cast se encuentra a la cabeza de otros tantos proyectos musicales que han potenciado su lado más creativo y auténtico. Con solo 44 años, cuenta con un arsenal de más de 130 canciones originales que ha compuesto para películas, comerciales, o simplemente por mero placer. Sus dotes musicales están a la vista en sus diversas plataformas, como Netease, QQ Music, Spotify y YouTube. Al consultarle sobre su proceso creativo, es honesto al decir que no se puede enseñar, sino que es algo con lo cual se nace. Por lo mismo, la inspiración puede venir de cualquier lado y a cualquier hora. “Cuando me siento frente al piano, me llega una idea. Cuando estoy tomando una ducha, me llega una idea. Cuando estoy caminando y escucho algo, me llegan ideas”, detalla. Y lo que hace es tomar todas esas ideas y darles forma, en notas y melodías, antes de que desaparezcan. Actualmente, Ángelo Cast reside en Huizhou, en la provincia de Guangdong, donde se mudó al comienzo de la pandemia en 2020. Según destaca, es un lugar con mar, tranquilo y a apenas una hora y media de Shenzhen, pero considerablemente más barato para vivir. Ese año fue de mucha inspiración y creación. “Empecé a crear videos y contenido en línea, especialmente para alentar a mi gente en Ecuador”, destaca. En esos días de miedo e incertidumbre, Ángelo Cast también compuso la canción Hope (traducida al español como “Esperanza”), la cual se viralizó en China y Ecuador. A partir de su proceso creativo y de introspección, ha logrado salir adelante y reconectarse con su verdadera esencia. Hoy, es un hombre que mira la vida de frente y que siente una inmensa gratitud por todas las oportunidades que ha tenido. “China me ha abierto las puertas y hoy es mi segundo hogar”, manifiesta. “He podido vivir experiencias tan únicas que a veces pienso que han sido un sueño”. Una de ellas fue el haber participado en el evento Mid-Autumn Festival Great Bay Area, donde pudo compartir el mismo escenario con una serie de artistas de talla mundial. Por otra parte, Ángelo Cast también es embajador global de comunicaciones para EyeShenzhen, una empresa hermana de Shenzhen Daily, el diario oficial del gobierno de Shenzhen. Gracias a ello, ha podido ver más de cerca los esfuerzos por parte del Gobierno central y del local en pos de la cultura y las artes. Según cuenta, regularmente la ciudad organiza conciertos en parques, concursos de canciones originales e invita a músicos internacionales. “La música es el lenguaje del alma, y mantener vivo el arte es una pieza clave para el desarrollo saludable del país y de los ciudadanos”, considera. Ángelo Cast continúa creando e inspirando a otros día a día. Asimismo, prefiere enfocarse en todo lo bueno, en vez de centrarse en los aspectos negativos. “Antes usaba mucho mi historia de dolor y transformación, o como la llamo yo, mi historia de la oscuridad hacia la luz, pero me he dado cuenta de que al recordar, y sobre todo, al mencionar y contar los problemas ya resueltos, de cierta forma los realimentamos y los traemos de vuelta a la vida”, admite. Hoy pasa largas horas trabajando desde la comodidad de su casa, pero lo que es más importante aún es que ha logrado alinear diversos aspectos para que confluyan en un todo, de manera totalmente holística. “Para mí, lo personal y profesional es uno solo. Somos una persona, y si tenemos el privilegio de encontrar y hacer lo que amamos, todas las energías se enfocan en una sola dirección”, concluye. |
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