Trajineras adornadas con cabezas de dragón y otros motivos chinos navegan durante la celebración del Festival del Bote del Dragón.

Una participante se divierte al crear su propio bote del dragón.

La danza del dragón como parte de los festejos en Xochimilco. Fotos de Juan Carlos Aguilar

Organizado por el Centro Cultural de China en México, la Asociación Deportiva de Danza del Dragón y León de México y la Alcaldía de Xochimilco, el festejo –uno de los más antiguos del país asiático, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco– comenzó con una clase abierta de kung-fu y continuó con un taller de manualidades, en el que los niños crearon su propio bote del dragón; además, participaron en prácticas de caligrafía china, papel recortado y nudos chinos.

A la par, se llevó a cabo el evento estelar: un viaje en las emblemáticas trajineras de Xochimilco, que fueron adornadas con cabezas de dragón y otros motivos chinos, asemejando los tradicionales botes del dragón que se usan en China en esta celebración. Aquí no hubo veloces carreras, pero sí un plácido viaje por los canales de Xochimilco, que en 1987 fue declarado, también por la Unesco, Patrimonio Mundial.

No solo eso. Los asistentes comieron ricos zongzi, bolas de arroz glutinoso, rellenas de diversos ingredientes y envueltas en hojas de caña, que son muy semejantes a los tamales mexicanos, solo que estos están cubiertos con hojas de plátano.

El sábado 8 de junio, día soleado con un despejado cielo azul, será recordado por la alegría que vivieron las familias mexicanas que, literalmente, se embarcaron en esta celebración, una de las más importantes de China.

El director del Centro Cultural de China en México, Shi Yuewen, mencionó que el Festival del Bote del Dragón encarna la rica y profunda cultura tradicional china y celebró que las familias mexicanas se unieran en este festejo milenario.

Por su parte, el director de Turismo y Fomento Económico de la Alcaldía de Xochimilco, José Luis Zaldívar, destacó la riqueza cultural de ambas naciones y cómo es que, al unirse, se haya refrendado la amistad que han construido desde hace cinco décadas.

Música y mucha alegría

El Festival del Bote del Dragón se celebra el quinto día del quinto mes del calendario lunar chino para conmemorar al antiguo poeta chino Qu Yuan, del Período de los Reinos Combatientes (475-221 a. C.), quien se suicidó arrojándose al río Miluo, en la provincia de Hunan, luego de que su reino materno cayera en manos enemigas.

Cuenta la leyenda que las personas en botes se apresuraron al sitio donde se había ahogado Qu y lanzaron algunos zongzi para que los peces no se alimentaran de su cuerpo. Desde entonces, se realizan carreras de botes al ritmo de los tambores, inspiradas en los aldeanos que se apresuraron a salvar a Qu Yuan, y se prepara zongzi en memoria de la virtud del poeta y sus hermosos versos.

En el caso de la celebración en México, las embarcaciones de madera, conocidas como trajineras, hicieron un recorrido por los canales de Xochimilco. Integrantes de la Asociación Deportiva de Danza del Dragón y León de México animaron el viaje con sus tambores, ante la mirada asombrada de familias enteras.

“¡Un dragón chino!”, exclamó emocionado un niño al ver la cabeza de un imponente dragón al frente de una trajinera. Después vino una explosión de amor por la cultura de ambas naciones: “¡Viva China!, ¡Viva México!”, corearon decenas de mexicanos que, de un momento a otro, se vieron inmersos en el festejo chino.

Después de los primeros 20 minutos de viaje, la trajinera se adentró en una vegetación cada vez más espesa. En cada orilla abundaban diferentes árboles. Se podían ver sauces, pinos, alcanfores, eucaliptos y ahuehuetes; y sobre los canales, un “mar de lirios acuáticos” que daban una apariencia única al lugar.

Las grandes sombras reconfortaban el calor que hacía (era justo el mediodía) y era el momento ideal para que todos los asistentes degustasen un delicioso zongzi. “¡Es como un tamal mexicano!”, descubrió el pequeño Rogelio de 14 años. Y, en efecto, su apariencia es muy similar.

Después de una hora de viaje, colmados de música y mucha alegría, regresamos al punto de partida. Todos bailaban y reían. Estaban felices por celebrar, aunque haya sido por unos minutos, el Festival del Bote del Dragón muy a la mexicana.

Esta es la segunda ocasión que Xochimilco realiza esta celebración y todo parece indicar que es una tradición que llegó para quedarse. Las familias mexicanas ya esperan con ansias el festejo del siguiente año.