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![]() 2 de abril de 2023. Chen Zhenglei (al frente), heredero del taijiquan al estilo Chen, practica este arte marcial con sus estudiantes en la aldea de Chenjiagou, provincia de Henan. Yin Kang De vez en cuando, Chen Zhenglei, uno de los diez mejores artistas marciales de China, visita una obra en construcción a tres kilómetros de su casa en la aldea de Chenjiagou, en la ciudad de Jiaozuo, provincia de Henan. La llanura de 34 hectáreas, donde se han ido levantando grandes edificios de hormigón uno tras otro, se convertirá en el Colegio de Taijiquan de Henan, el primer colegio especialmente dedicado a cultivar talentos de este arte marcial en China. “El colegio fue ideado por mí”, señala Chen, de 74 años de edad, al semanario Beijing Review. Chen heredó el taijiquan al estilo Chen de sus antepasados, al ser descendiente directo de undécima generación del creador del arte marcial. ![]() Chen Zhenglei, uno de los diez mejores artistas marciales de China. Xinhua Una leyenda viva La aldea de Chenjiagou, situada al interior de China, es la cuna del taijiquan. A principios del siglo XVII, uno de sus residentes, Chen Wangting (1600-1680), creó un conjunto de movimientos físicos que incorporaban las artes marciales de su familia con técnicas de respiración profunda y la teoría de los meridianos. Según la medicina tradicional china, un meridiano es un canal corporal a través del cual fluye la energía y otras sustancias vitales. El taijiquan mezcla movimientos suaves con una gran fuerza, lo cual hace eco de los conceptos del yin y el yang descritos en el Libro de los cambios, un antiguo libro chino de adivinación y fuente de la filosofía confuciana y taoísta. Aproximadamente 200 años después de su creación, el taijiquan siguió siendo una reliquia familiar inaccesible para personas ajenas a la familia Chen. Sin embargo, en el siglo XIX, un entusiasta del kung-fu llamado Yang Luchan (1799-1872) logró dominar los movimientos como empleado de la familia Chen. Posteriormente, Yang se desempeñó como entrenador de artes marciales en el ejército imperial de la dinastía Qing (1644-1911) y popularizó el deporte entre las clases altas de Beijing. Desde entonces, un creciente número de chinos se ha dedicado al taijiquan, lo cual ha dado origen a otras escuelas nuevas, como las de Yang, Wu, He y Sun. “Se cree que el taijiquan al estilo Chen es el origen de todas las demás escuelas populares”, menciona Chen Zhenglei. Chen comenzó a practicar el arte marcial cuando tenía apenas ocho años. Obtuvo el duan más alto en el sistema chino Wushu Duanwei, el sistema nacional de evaluación y clasificación de artes marciales supervisado por la Asociación China de Wushu con sede en Beijing. Mediante este sistema, se clasifica a los practicantes de la siguiente manera: duan primario (del primer al tercer nivel), duan medio (del cuarto al sexto) y duan avanzado (del séptimo al noveno). Chen también es considerado uno de los cuatro mejores maestros de taijiquan en Chenjiagou. Con el fin de mejorar su resiliencia y agilidad, los practicantes del taijiquan deben seguir tres pasos: practicar rutinas, impulsar las manos (lo que implica empujar al oponente para desestabilizarlo) y entrenar. Las rutinas, conocidas como taolu en chino, ayudan a los practicantes a familiarizarse con sus cuerpos y volverse resilientes. El impulso de las manos, conocido como tuishou en chino, les ayuda a entender los movimientos del rival y cómo repeler ataques directos. Sanda o sanshou ayuda a defenderse de los ataques y a lanzar contraataques mediante acciones explosivas. “El taijiquan no solo tiene que ver con posturas llamativas, sino que su objetivo es que la persona pueda desarrollar su poder interno o qi (energía vital). Una vez que el qi alcanza su potencial, puede desplegarse con gran fuerza, lo cual es la esencia de las auténticas artes marciales chinas”, indica Chen Zhenglei. “El taijiquan es una joya de la cultura tradicional china”, añade. El arte marcial fue catalogado como patrimonio cultural inmaterial nacional en 2006. En la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano de Beijing 2008, un total de 2008 artistas marciales hicieron una rutina de taijiquan. Ese mismo año, China inició sus esfuerzos para incluir al taijiquan en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. El proceso fue mucho más complejo de lo que se anticipaba. “No entendíamos los requisitos ni estándares, y los documentos que teníamos para postular eran insuficientes”, recuerda Chen Zhenglei, quien fue uno de los expertos que participó en el proceso de solicitud. Finalmente, después de 12 años de esfuerzos, el taijiquan fue inscrito como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco el 17 de diciembre de 2020. Patrimonio saludable China tiene 129 tipos de deportes de boxeo. En este contexto, cabe preguntarse cómo es que el taijiquan ha logrado destacarse y posicionarse como el único arte marcial chino inscrito como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. “Su esencia reside en la armonía, un ideal acariciado por el pueblo chino desde la antigüedad”, explica a Beijing Review Chen Bing, presidente de la Asociación de Taijiquan de Henan e hijo de Chen Zhenglei. “La práctica del taijiquan permite que todo el cuerpo se relaje, a la vez que equilibra y calma la mente, pudiendo incluso ayudar a transformar el carácter de una persona”, manifiesta Chen Zhenglei. Esta idea se hace eco de un artículo publicado en línea por la Facultad de Medicina de Harvard el 24 de mayo de 2022, que señala que “esta forma suave de ejercicio puede ayudar a mantener la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio, y podría ser la actividad perfecta para el resto de la vida (...) por lo que también puede ser considerado un ‘medicamento en movimiento’”. Chen Zhenglei cree que su práctica también es beneficiosa para la sociedad en general. “Cuando una persona está tranquila y en paz, su familia también se vuelve armoniosa. Cuando las familias son armoniosas, toda la sociedad es armoniosa, ¿verdad?”, destaca Chen. El taijiquan ha superado a otros deportes de boxeo tradicionales chinos en términos de popularidad. Dado que se puede practicar en cualquier momento y en cualquier lugar sin limitaciones de equipo o lugar, ha ganado popularidad mundial en las últimas décadas. Durante las primeras etapas de la pandemia de COVID-19, el taijiquan se convirtió en una opción ideal de ejercicio en medio de las cuarentenas y encierros. Se estima que el número de practicantes alrededor del mundo bordea los 400 millones, según una conferencia de prensa del gobierno municipal de Jiaozuo en septiembre de 2022. Además, cada año, más de 800.000 entusiastas del taijiquan visitan Chenjiagou para aprender este arte marcial. Song Ziming, estudiante de segundo año de la Universidad de Aviación Civil de China, es uno de ellos. “Practicar taijiquan me da tranquilidad y me ayuda a fortalecer mis músculos”, declara el futuro piloto de 20 años. Comenzó a aprender taijiquan al estilo Chen cuando era adolescente. En abril, realizó un curso de capacitación de seis días ofrecido por la Academia Zhenglei de Taijiquan, una organización de entrenamiento fundada por Chen Zhenglei en 2015. Chen Zhenglei espera involucrar a más jóvenes como Song en este arte marcial. Comenzó a enseñar el oficio a la edad de 20 años y, desde entonces, cientos de miles de personas han asistido a sus clases. “Solo aquellos que poseen la habilidad, la responsabilidad y el espíritu de equipo para practicar el taijiquan pueden convertirse en mis alumnos. De esta manera, un estudiante puede involucrar a muchas personas en este arte marcial para difundirlo por todas partes”, explica el maestro. |
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