EN la sección “Sabiduría sin fronteras”, les explicamos el motivo, el momento y la ocasión de las citas clásicas utilizadas por el presidente chino, Xi Jinping. En este número abordaremos la frase: “El cielo no habla, pero las cuatro estaciones se alternan; la Tierra no ordena, pero todos los seres se desarrollan”.
Esta frase proviene de Carta a Pei Kuan en Anzhou, escrita por Li Bai (701-762), reconocido como uno de los más grandes poetas de la historia china. Dicha cita significa que, aunque el cielo permanezca en silencio, las estaciones siguen cambiando conforme al orden natural; y aunque la Tierra no hable, los seres vivos siguen prosperando y multiplicándose. Es una metáfora que alude a cómo todo en la naturaleza sigue sus propias leyes, ajenas a la voluntad del ser humano.
El 12 de diciembre de 2020, el presidente Xi citó esta frase en su intervención en la Cumbre sobre la Ambición Climática, convocada por la ONU. Subrayó que la Tierra es el único hogar común de la humanidad, y exhortó a aprovechar los logros del pasado y a trabajar conjuntamente para avanzar de manera estable y duradera en la implementación del Acuerdo de París y emprender un nuevo viaje que haga frente al cambio climático.
El 22 de abril fue el 56.º Día de la Tierra, y el tema de este año fue: “Nuestro poder, nuestro planeta”. Destaca la responsabilidad de la humanidad hacia la Tierra y el impacto que tiene sobre ella. Los ecosistemas de la Tierra forman un todo inseparable y solo un futuro en el que los seres humanos vivan en armonía con la naturaleza podrá ser verdaderamente próspero. Todos tenemos la responsabilidad de proteger la Tierra y cada uno de nosotros tiene el deber de contribuir a su desarrollo sostenible. Como un país importante y responsable, China ha demostrado constantemente su compromiso con acciones concretas. La continua forestación ha convertido a China en el país con la mayor superficie de bosques artificiales del mundo, con destacados ejemplos como Saihanba en la provincia de Hebei, y una cobertura forestal nacional mayor al 25 %. Además, China ha promovido activamente la protección y restauración de humedales, al establecer más de 2200 reservas naturales dedicadas a estos ecosistemas, lo que ha mejorado significativamente el estado ecológico de los humedales más importantes.
La región de Sanjiangyuan, conocida como la “torre de agua de China”, donde nacen los ríos Yangtsé, Amarillo y Lancang, se ha convertido en un referente en el sistema de reservas naturales, con una representatividad nacional y una influencia global. Los avances en el control de la desertificación también son notables. El Taklamakán, el desierto de dunas móviles más grande de China y el segundo del mundo, ha sido contenido con éxito: sus márgenes están estabilizados y su expansión ha sido detenida. Existen muchos más ejemplos como este.
El Gobierno chino ha orientado a la sociedad en su conjunto en la adopción de una concepción de civilización ecológica que respeta, se adapta y protege la naturaleza. Asimismo, promueve estilos de vida verdes y bajos en carbono, y aboga por una nueva visión de desarrollo ecológico, abierto, circular y bajo en carbono. El país también ha implementado el límite de alarma ecológica, y ha mantenido un enfoque integral y sistemático para proteger y mejorar los ecosistemas de montañas, aguas, bosques, tierras agrícolas, pastizales y desiertos.
Al seguir las leyes ecológicas de la Tierra, China continúa contribuyendo a la protección del planeta y a la mejora de su medio ambiente. “El cielo no habla, pero las cuatro estaciones se alternan; la Tierra no ordena, pero todos los seres se desarrollan”. En este vasto universo, la Tierra cuenta en silencio la más grandiosa historia de nacimientos y crecimiento. Proteger la Tierra y sus ecosistemas no es solo una responsabilidad, sino un retorno a la armonía con la propia fuente de la vida.