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Capítulo: Cooperación entre China y Argentina | |
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I. Desarrollo de la relación China-Argentina
Raigambre histórica de la vinculación bilateral
Actualmente, hay una importante comunidad china de más de 200.000 personas radicadas en Argentina, quienes imprimen su sello idiosincrático a la vida cultural del país al compartir sus festividades tradicionales y costumbres en una creciente vinculación. Sin embargo, estos múltiples lazos culturales entre los pueblos chino y argentino se remontan en el tiempo. Ya desde el siglo XIX comenzaron a crecer los intercambios culturales y comerciales entre ambos países. El 19 de febrero de 1972 se establecieron relaciones diplomáticas entre la República Popular China y la República Argentina. No obstante este crucial episodio para la relación bilateral, cabe retrotraer los vínculos unas décadas más atrás, cuando ambos países manifestaron su pertenencia común al movimiento de los países no alineados, cuyos principios fueron enunciados en la Cumbre de Bandung en 1955. Entre sus líderes sobresalientes destacan Mao Zedong y Juan Domingo Perón, quienes expresaron su mutua y respetuosa amistad.
La activa participación de China y Argentina en el movimiento de países no alineados fue uno de esos hitos que grabaron su impronta en la vinculación sino-argentina, aunque la doctrina de política externa adoptada por el país suramericano en sus diferentes períodos de gobierno describe una trayectoria zigzagueante en cuanto a sus relaciones internacionales.
Aun así, este histórico punto de contacto desde el ángulo de la política exterior marcó una afinidad y la pertenencia a un ideario común en los principios de relaciones internacionales de no alineamiento con las grandes potencias, respeto a la integridad territorial, cooperación, pacificación y no injerencia en asuntos internos de otros países.
Un pilar central de la relación bilateral China-Argentina y un punto de referencia –sostenido por los Gobiernos argentinos de distinto signo político pese a sus grandes diferencias– es el recíproco apoyo respecto de la Causa Malvinas y el conflicto de Taiwan: la República Popular China es el aliado más sólido de Argentina en su reclamo de soberanía por las islas Malvinas en el Consejo de Seguridad de la ONU, un apoyo expresado ante distintos foros internacionales.
En paralelo, y a través de sus distintas administraciones pese al cambio de signo político, Argentina se adhiere al principio de una sola China, que implica la reunificación pacífica de Taiwan con la parte continental de China. Podemos decir que los lazos de Argentina y China, anudados en torno a estos principios, han sellado un compromiso internacional entre Estados y han estrechado la amistad entre sus pueblos.
Una relación de rango diplomático de alto nivel
Si bien hay algunas invariantes de la relación bilateral, enfatizamos que en el decenio 2014-2024, no hubo un desarrollo lineal sino avances y retrocesos, e incluso un estancamiento en algunos proyectos sustanciales, debido a las fluctuaciones en la política interna y externa que han atravesado a la Argentina durante esos años. A los efectos de facilitar la comprensión, dividimos el análisis de la vinculación entre China y Argentina en cuatro períodos correspondientes a las respectivas administraciones del Gobierno argentino, en los que señalamos algunos puntos de inflexión y de continuidad.
Primer período (2011-2015): Si bien Argentina y China ya tenían una relación diplomática de alto nivel en virtud de la firma de la Asociación Estratégica en el año 2004 por el presidente Néstor Kirchner y el presidente Hu Jintao, la relación bilateral fue llevada a un más alto rango como Asociación Estratégica Integral en el año 2014, con la firma de los presidentes Cristina Fernández de Kirchner y Xi Jinping.
A partir de 2014, año de la creación del Foro China CELAC, y luego de la firma de la Asociación Estratégica Integral de ambos presidentes, se consensuó un plan de trabajo en infraestructura, ciencia y tecnología, a la vez que se coordinaron acciones conjuntas ante organismos multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otros. Se avanzó también en el Diálogo Estratégico para la Cooperación Económica (DECE) por el cual China se involucró en el financiamiento de obras estratégicas. De ese modo, se pusieron en marcha importantes proyectos conjuntos e inversiones chinas en Argentina:
● en las áreas de energía (tradicional y renovables), infraestructura y metalífera: las represas hidroeléctricas Kirchner-Cepernic constituyeron una de las más altas inversiones de China en América Latina (hoy en pausa); ● plantas solares fotovoltaicas (Cauchari I y II Jujuy); ● Central Nuclear Atucha III y IV (Buenos Aires) entre las más importantes (con provisión y equipamiento chino); ● en infraestructura, corredores viales, ferroviarios, gasoductos, líneas de alta tensión y fibra óptica; ● en el sector metalífero de inversiones en oro y plata (Veladero San Juan) y en litio (Jujuy y Salta), entre otras (hierro y cobre).
Durante este período, se firmaron acuerdos sobre dos proyectos de gran envergadura científica, cuya implementación se llevó a cabo en los años subsiguientes.
- Base de Espacio Profundo en Neuquén: el acuerdo fue firmado en 2014 entre CONAE-CLTC (China Satellite Launch & Tracking Control General) con una vigencia de 50 años. Este importante proyecto estuvo operativo a partir de 2016. - Radiotelescopio CART en San Juan.
Segundo período (2015-2019): En este período del Gobierno argentino encabezado por Mauricio Macri, se desaceleró el pulso de la relación bilateral en algunas áreas, e incluso se pausaron algunos proyectos estratégicos emprendidos en el período anterior, como las centrales nucleares y las represas hidroeléctricas. Sin embargo, se mantuvo una relación comercial sostenida –China llegó a ser el segundo socio comercial de Argentina– y se llevó adelante una diplomacia amistosa bajo la impronta del embajador argentino Diego Guelar y del embajador chino Yang Wanming. En cuanto al más alto nivel de las relaciones entre ambos Gobiernos, el presidente Xi Jinping y el presidente Mauricio Macri mantuvieron durante estos años numerosos encuentros:
● Cumbre de seguridad nuclear en Washington, Estados Unidos (abril de 2016). ● Cumbre del G20 en Hangzhou, China (septiembre de 2016). ● Cumbre de “la Franja y la Ruta” en Beijing, China (mayo de 2017). ● Cumbre de líderes en Johannesburgo, Sudáfrica (julio de 2018). ● Cumbre del G20 en Buenos Aires (diciembre de 2018). En materia económica y financiera cabe destacar el ingreso de Argentina al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (uno de los seis Estados miembros latinoamericanos con ese estatus), cuyo anuncio se hizo en junio de 2017.
En septiembre de 2019, el gobierno de Macri formalizó un acuerdo de apertura comercial que permitía a Argentina enviar a China harina de soja (principal producto argentino de exportación). La actividad entre ambos países en el área comercial se fue intensificando: en el año 2000, el intercambio económico con China era de 2.100 millones y creció a 16.000 millones de dólares en 2019.
Tercer período (2019-2023): Señalamos algunos puntos de inflexión en la relación bilateral del período de gobierno argentino correspondiente al presidente Alberto Fernández, y destacamos la activa diplomacia llevada a cabo por el embajador argentino Sabino Vaca Narvaja (cuyo nombre en chino es Niu Wangdao) y los embajadores chinos Zou Xiaoli y Wang Wei sucesivamente, este último a cargo de la embajada actualmente.
● Diciembre de 2019: se firmó un convenio CONICET-CAS (Academia China de Ciencias) para llevar adelante actividades de I+D en áreas prioritarias: astronomía, biomedicina, ciencias ambientales, ciencias de la tierra y la atmósfera y estudios polares. Se fundó también en cooperación con la CASS (Academia China de Ciencias Sociales) el Centro Virtual de Cooperación entre China y Argentina en Ciencias Sociales, CACCS, que depende del CONICET. ● Abril de 2020: China se convirtió en el primer socio comercial de Argentina fuera del Mercosur. ● 2020-2021: Argentina recibió ayuda humanitaria brindada por China en plena pandemia de COVID-19, mensurable en toneladas de insumos de toda índole, incluido un hospital de campaña y la provisión de vacunas. ● Año 2021: creció el intercambio comercial un 45,5 % interanual con la región de América Latina y el Caribe, y el nivel de las exportaciones de Argentina a China aumentó un 25% interanual. ● Febrero de 2022: China y Argentina firmaron un Memorando de Entendimiento sobre la iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que Argentina se adhirió oficialmente a dicha iniciativa. ● Cooperación en defensa: dentro de los acuerdos concretados en este período entre la Universidad de Defensa Nacional de Argentina y la República Popular China está el Convenio Marco de Cooperación e Intercambios entre la Universidad de Defensa Nacional de Argentina y la Universidad de Defensa Nacional de China, con el objetivo de delimitar áreas de cooperación en la producción para la defensa. Dentro de este marco, el 19 de mayo de 2022 se efectuó una misión militar compuesta por pilotos y técnicos de la Fuerza Aérea Argentina a la Embajada de Argentina en China, junto con el agregado militar de la misma. ● Energía nuclear, Atucha III: el acuerdo entre Nucleoeléctrica Argentina (NASA) y la Empresa Estatal China fue cerrado el 1 de febrero de 2022. ● Acuerdos en ciencia y tecnología: en el área de ciencia y tecnología se constituyó el Centro Chino-Argentino de Estudio de Políticas para la Innovación y la Tecnología (anunciado el 9 de mayo de 2022). ● Año 2023: apoyo explícito de Beijing para el ingreso de Argentina al bloque de los países BRICS.
Cuarto período (2023-presente): Corresponde al actual período gubernamental, que se inició el 10 de diciembre de 2023, encabezado por Javier Milei en el poder ejecutivo, durante el cual se han sucedido drásticos cambios en el rumbo de la política exterior argentina. Caracteriza a este período, sin embargo, un fortalecimiento de los vínculos con China a través del sector privado, una relación multinivel y acuerdos subnacionales.
Apenas comenzado su mandato en diciembre de 2023, Milei denegó el ingreso de Argentina al bloque BRICS que había sido aprobado por los países miembros. La solicitud de Argentina para unirse a los BRICS fue previamente aprobada por los miembros y anunciada durante la XV Cumbre de los BRICS en agosto de 2023. Del mismo modo, fueron pausados los principales proyectos acordados con el gobierno anterior que exigían un compromiso del Estado argentino, acorde a la implementación de la política neoliberal aplicada por Milei que restringe el rol del Estado.
No obstante, y a pesar de las expresiones negativas durante su campaña electoral con relación a China, en el acto de asunción de la Presidencia y ante el enviado especial de Xi Jinping para tal ocasión, Wu Weihua, el presidente Milei ratificó que “el nuevo Gobierno argentino concede gran importancia a las relaciones Argentina-China y seguirá adhiriéndose firmemente al principio de una sola China”.
El gobierno de Xi Jinping, por su parte, y pese al estancamiento de los proyectos conjuntos, aceptó la renovación de su línea de SWAP de divisas en junio de 2024, acordada con la administración anterior, lo que permitió a Argentina retrasar el reembolso de 5.000 millones de dólares en deudas. Por otra parte, en noviembre del mismo año, Argentina y China fortalecieron la relación bilateral impulsada por el interés de las empresas chinas en el Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI). Por ello, Milei luego declaró que “China es un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada”. Asimismo, en noviembre de 2024, en el marco de la Cumbre del G20 en Brasil, Milei mantuvo una reunión bilateral por primera vez con Xi Jinping.
Un dato a destacar es que, a pesar de que la relación bilateral está ralentizada en muchos aspectos a nivel nacional, debido al expreso alineamiento del actual Gobierno argentino con Estados Unidos, China ha establecido vínculos estrechos con numerosas provincias argentinas a través de acuerdos subnacionales y a través de alianzas con universidades y centros de investigación.
II. Nuevas áreas y vías de cooperación en ciencia y tecnología, el rol de las universidades y los centros de investigación Como podemos colegir de lo anteriormente expuesto, la vinculación sino-argentina ha tenido variados impulsos y desaceleraciones en el curso de esta década que hemos tomado como referencia. A la par, el Foro China CELAC se ha consolidado en estos diez años como el más eficaz mecanismo multilateral de diálogo y cooperación de China con la región.
Nos interesa destacar en este contexto la relevancia para Argentina de la cooperación científica y académica con la República Popular China, la cual requiere de una gran articulación institucional que permita sortear las asimetrías estructurales. Se constata que en relación con la ponderable y aún potencial cooperación económica entre Argentina y China por tratarse de dos economías complementarias, la cooperación en el área propia de conocimiento y transferencia tecnológica es aún incipiente.
Los proyectos conjuntos de mayor envergadura en el área a nivel estatal son: 1) la Estación de Exploración del Espacio Profundo CLTC-CONAE en Neuquén y 2) el Radiotelescopio CART en San Juan. Un hito de la cooperación y de alto impacto simbólico fue la participación de Argentina en la misión espacial de China al lado oscuro de la Luna. También es considerado un nicho fecundo de cooperación el área de energía nuclear, en la que Argentina detenta una importante trayectoria, siendo China el mayor desarrollador y constructor de reactores nucleares en el mundo.
Un modo de cimentar la cooperación en el ámbito científico radica en impulsar proyectos educativos. Consideramos que el área de la educación, en sus distintos niveles, constituye una efectiva y promisoria vía de intercambios profesionales y académicos que se ha ido nutriendo en los últimos años. A nivel de la relación bilateral, Argentina y China crean una comisión binacional permanente (CBP) con 9 subcomisiones, una de las cuales corresponde al área educativa. Acorde con lo actuado en las subcomisiones, se crearon centros binacionales de Argentina y China en el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MINCYT) –actualmente degradado a Secretaría– y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), respectivamente.
Puede apreciarse que el conocimiento es transversal a todas las dimensiones implicadas en la vinculación con China. Argentina, por su parte, tiene instituciones científicas muy sólidas y de larga trayectoria: el Instituto Antártico Argentino, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CONAE), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), entre las más renombradas. El sistema universitario argentino, además, es uno de los más reconocidos en la región por su alto nivel académico e institucional. A nivel de posgrado, se han multiplicado las especializaciones y maestrías abocadas a la vinculación con la República Popular China.
En Argentina se han incrementado los estudios sobre China: más de 200 investigadores y especialistas llevan a cabo su labor en distintas universidades y centros de estudio y ese número va in crescendo debido a las nuevas posibilidades de capacitación. Por otra parte, en materia de intercambio cultural y enseñanza de idioma chino mandarín, los cuatro institutos Confucio acreditados en Argentina cumplen un rol invaluable. Efectivamente, la creciente vinculación con China requiere ir reduciendo la brecha lingüística para propiciar una mayor afluencia de intercambios académicos y científicos.
III. Reflexiones finales
Los profesionales e intelectuales chinos y argentinos deben generar ámbitos institucionales y plataformas de trabajo para promover la innovación y el conocimiento, pero también la “comprensión” de un mundo que cambia a pasos agigantados.
El conocimiento es el mayor fermento de transformación de las sociedades y China es un flagrante ejemplo. Una de las claves del inusitado crecimiento de la Nueva China ha sido el rol otorgado a la educación y a la ciencia, al haberse destinado cuantiosas inversiones para la investigación y el desarrollo. El Estado chino cumple así un rol emprendedor y planificador tendiendo un puente entre el conocimiento científico y la producción.
Otra clave del renacimiento de China ha sido la planificación estratégica como eje central de su desarrollo. Recordemos que el Gobierno chino, conducido por el PCCh, está implementando su 14.° Plan Quinquenal. La planificación en China es palpable en el establecimiento de objetivos, siendo una meta ejemplar la superación de la pobreza de más de 800 millones de personas cumplida en 2021.
Para Argentina, la vinculación con la República Popular China –especialmente a partir de la firma del acuerdo binacional de la Asociación Estratégica Integral de 2014 y de su ingreso a la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2022– abre un espectro de relaciones y un amplio campo de acciones conjuntas: económicas, financieras, políticas, culturales y educativas, lo cual constituye desafíos y oportunidades.
Enfrentamos desafíos de reducir las asimetrías en distintos órdenes (la balanza comercial actual con China es deficitaria), aumentar el valor agregado a los productos argentinos exportables que permitan desprimarizar la economía argentina, disminuir la brecha lingüística, entre otros.
Al mismo tiempo enfrentamos nuevas oportunidades. Podemos tomar como ejemplo la estrategia multidimensional de China en combatir la pobreza para elevar el bienestar del pueblo argentino. También China y Argentina pueden promover cooperación y transferencia en ciencia y tecnología (áreas de energía y alimentos, espacial, comunicaciones, etc.), y debatir ideas comunes para el mantenimiento de la paz regional y mundial.
En la actual encrucijada histórica, China ofrece un aprendizaje al resto de las naciones, no porque pueda reproducirse su modelo –irrepetible por sus características históricas, geográficas e idiosincrasia cultural–, sino porque enseña a aprender al dar la clave de su propia transformación basada en el aprendizaje –China aprende de Occidente– y en la innovación, en la que vierte su originalidad imprimiéndole “características chinas”.
Para los países de la región latinoamericana y caribeña apostar al conocimiento como simiente de un desarrollo integral de lo humano nutrido en ideas y valores propios permitirá formas de vinculación más eficientes y equitativas.
*Mercedes Sola es directora académica de la Cátedra Internacional de Estudios sobre China, Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Congreso.
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