OCTUBRE acaba de terminar, un mes que es particular para los pueblos latinoamericano y caribeño. Cada 12 de octubre se recuerda ese primer contacto entre América y Europa que cambiaría el curso de la historia mundial. Si bien es un hecho que comenzó siendo llamado erróneamente el “descubrimiento de América”, hoy es conocido como el “encuentro de dos mundos”. Sin embargo, ese encuentro no estuvo exento de abusos, pesares y padecimientos sobre todo en el caso de los pueblos originarios del continente americano.
Hoy, cinco siglos después, hemos pasado de la navegación por carabelas a la navegación satelital. Ya nadie discute que giramos alrededor del Sol y el incesante avance de la ciencia nos abre las puertas todos los días hacia un “nuevo mundo”. Los países de América Latina y el Caribe (ALC) son ya dueños de su porvenir y están, al igual que China, en la búsqueda de su modernización. En medio de las procelosas aguas del presente, China y ALC navegan hacia un mismo futuro, pues están llamadas a compartir un mismo destino dentro del Sur Global. Por eso, en esta edición de China Hoy, no nos referimos a las relaciones entre China y ALC como el “encuentro”, sino como el “abrazo de dos mundos”.
Hace diez años, el 17 de julio de 2014, el presidente Xi Jinping propuso por primera vez la iniciativa de construir una comunidad de futuro compartido China-ALC. Dicho planteamiento lo hizo en Brasilia, durante un encuentro entre los líderes de ambas partes. “Esta tarde entramos en la hora China-América Latina”, manifestó Xi aquella vez. Una década después, se ha pasado de la visión a la acción y del plan a la realidad.
Panamá, la República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Honduras han establecido o reanudado relaciones diplomáticas con nuestro país. China se ha consolidado como el segundo socio comercial de ALC, el Foro China-CELAC rebosa de vitalidad, mientras que han aumentado a cinco los países de la región que han firmado un tratado de libre comercio con China, a saber, Chile, Perú, Costa Rica, Nicaragua y Ecuador. Y no hay duda de que la lista se ampliará.
Esta nueva hora en la relación entre China y ALC –de la que hace diez años hablaba el presidente Xi– no podría entenderse sin un mecanismo que ha sido todo un hito dentro de ese acercamiento entre nuestros pueblos: la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). Diez años después, son ya 22 los países latinoamericanos y caribeños que se han sumado a esta iniciativa impulsada por China. Por ello, nos congratula la disposición de Colombia de unirse a la IFR, expresada durante la reciente visita a Beijing de su canciller, Luis Gilberto Murillo.
La importancia que ALC tiene para China quedó demostrada durante la participación del ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, en el 79.º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas a fines de septiembre. Durante su paso por Nueva York, el canciller chino aprovechó los márgenes de la cita de la ONU para reunirse con sus homólogos de Venezuela, Panamá, Argentina, El Salvador, Costa Rica, Cuba, Perú y Brasil. El diálogo es hoy la brújula que guía nuestras relaciones.
Octubre acaba de terminar, pero noviembre será un mes histórico. Shanghai albergará la VII Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, por sus siglas en inglés), la cual reflejará una vez más la determinación de nuestro país de promover una apertura de alto nivel y de compartir los frutos de un desarrollo de alta calidad. Seguidamente, Perú volverá a ser el país anfitrión de la Reunión de Líderes Económicos del Foro de APEC y, durante esos días, se espera la inauguración del megapuerto de Chancay, el cual será un parteaguas en la historia del comercio entre ALC y la región de Asia-Pacífico. Finalmente, Brasil recibirá a los jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros del G20, en un esfuerzo por discutir y poner sobre la mesa los temas que definen el mundo de hoy y del mañana.
La amistad se demuestra con hechos y nuestra relación es vital para la creación de un mundo más justo, multipolar y equitativo para todos. Diez años después, se abre un nuevo tiempo para China y los países de ALC.