Los lectores e interesados en la socioeconomía china contemporánea y en el pensamiento de Xi Jinping pueden realizar un arduo análisis desde el primer volumen sobre “la gobernación y administración de China”, publicado en 2014 por Ediciones en Lenguas Extranjeras, hasta el cuarto volumen de 2023. Los cuatro volúmenes presentan un riquísimo testimonio sobre aspectos de coyuntura, conceptuales y prioritarios para la socioeconomía china, así como muchos otros de relevancia internacional y para la cooperación con regiones como América Latina y el Caribe.  

Muy significativos son los enfoques sobre temas similares, por ejemplo, el de la Iniciativa de la Franja y la Ruta o la concepción de desarrollo, y su diferenciado análisis en momentos históricos cambiantes durante la publicación de los cuatro volúmenes. Hasta el tercer volumen se presentan múltiples conceptos, como el socialismo con peculiaridades chinas, el objetivo de una sociedad modestamente acomodada, la mejoría de las condiciones de vida de la población china en la nueva era, así como la cooperación internacional y la construcción de una “comunidad de destino de la humanidad”. La importancia de la reforma y apertura, de una continua y dinámica modernización y la aspiración de alcanzar todos los aspectos anteriores vía procesos de alta calidad, incluyendo los institucionales internos y en su cooperación internacional, son examinados en los tres volúmenes (publicados hasta 2020). 

Aspectos remarcables 

¿Cuáles son algunos de los notables aspectos de este cuarto volumen, que presenta una compilación de 109 artículos en 21 temas, con textos de Xi Jinping durante el período 2020-2022? Seguramente se podrían señalar docenas de aspectos, pero por lo pronto destacamos cuatro que nos parecen significativos. 

Primero. Xi Jinping insiste, como puede verse desde el primer volumen, en que la República Popular China solo logrará continuar con su desarrollo doméstico e internacional en el largo plazo con base en el liderazgo del Partido Comunista de China: “integrar el firme mantenimiento de las ventajas políticas del liderazgo general del Partido, las ventajas institucionales del sistema socialista con peculiaridades chinas y las ventajas teóricas de la nueva concepción de desarrollo…” (pág. 56). El tema es significativo en China y a nivel internacional: en la concepción de Xi Jinping, China continuará con un sistema socialista que buscará ser renovado y modernizado continuamente. Incluso, señala que es fundamental “lo que es primordial para el Estado” (pág. 51) y su capacidad de integrar aspectos globales y estratégicos. 

Segundo. China viene realizando importantes esfuerzos para mejorar la situación del medio ambiente y de su ecología al menos en la última década. En este volumen, adicionalmente, Xi Jinping presenta el concepto de “la coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza” (pág. 449), explícitamente vinculado con la modernización planteada por Xi desde hace más de un lustro. Desde esta perspectiva, los esfuerzos actuales y futuros de China en este ámbito se integran explícitamente a los planes estratégicos del “desarrollo del socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era… La práctica ha demostrado que la protección ecoambiental y el desarrollo económico forman una unidad dialéctica y se complementan mutuamente” (pág. 457-459). Es decir, en el futuro el tema ambiental será parte integral del desarrollo socioeconómico de China y de sus estrategias e iniciativas en el corto, mediano y largo plazo. El aspecto bien pudiera ser significativo explícitamente en su cooperación internacional.  

Tercero. Xi Jinping fortalece el concepto de “la reforma y la apertura” (pág. 281) y la Iniciativa de la Franja y la Ruta de “alta calidad”. También en el contexto del planteamiento sobre el desarrollo de alta calidad –y a diferencia de un desarrollo socioeconómico puramente cuantitativo–, la Iniciativa de la Franja y la Ruta debiera modernizarse y revitalizarse a través de una “coordinación integral” (pág. 631) y hacer explícita referencia a la importancia de acatar leyes y reglamentos contra la corrupción por parte de empresas chinas fuera del país. Xi reconoce la importancia de la interconectividad “blanda” (pág. 627-629), es decir, de las reglas y normas que contribuyen a la iniciativa, además de incluir aspectos ambientales y ecológicos. 

Cuarto. En el ámbito internacional, Xi Jinping también es explícito, por un lado, en insistir con la continuación del principio de “un país con dos sistemas” (pág. 515), es decir, con los procesos de aprendizaje entre Hong Kong y Macao con la parte continental de China. Por otro lado, la “reunificación pacífica” (pág. 524), que hace explícita referencia a Taiwan (“el problema de Taiwan es un asunto interno de China, por lo que no aceptaremos ninguna injerencia exterior”, pág. 525), es un elemento crucial para China y en sus relaciones internacionales. 

Aspectos recientes como “las fuerzas productivas de nueva calidad” y la concentración socioeconómica de China en la innovación y ciencia y tecnología no se encuentran todavía en este cuarto volumen, y seguramente serán incluidos en futuros ejemplares. 

Estos aspectos son significativos para la comprensión de la República Popular China en el siglo XXI. América Latina y el Caribe deberá también dedicar mucha mayor reflexión a las propuestas vertidas en este cuarto volumen, considerando sus importantes implicaciones tanto bilaterales como regionales. En el caso del Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), por ejemplo, debiera generarse una pronta modernización institucional, después de casi una década de su existencia, así como la posibilidad de un monitoreo y evaluación para generar resultados, desarrollo y una cooperación de alta calidad.  

*Enrique Dussel Peters es profesor del posgrado en Economía y coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM.