Muy recomendado |
Reseña del libro: La gobernación y administración de China (IV) | |
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Escribir una reseña implica tener un conocimiento profundo de una obra. Además de los detalles técnicos es importante presentar argumentos sólidos que permitan al lector de la reseña transformarlo en el lector de la obra. Pretendo despertar el interés en la lectura del libro que recopila el pensamiento de Xi Jinping: La gobernación y administración de China (tomo IV). Esta publicación de Ediciones en Lenguas Extranjeras, cuya versión castellana presenta 109 artículos, discursos, intervenciones, conversaciones y saludos realizados por Xi Jinping entre febrero del 2020 y mayo del 2022, consta de 21 capítulos temáticos, entre ellos, “Persistir en el liderazgo general del Partido”, “Persistir siempre en la primacía del pueblo”, “Persistir en luchar intrépidamente”, “Culminar la construcción integral de una sociedad acomodada e iniciar la nueva marcha de la construcción integral de un país socialista moderno”. A los anteriores se les suma “Profundizar integralmente la reforma y la apertura” y uno que considero realmente desafiante para los parámetros impuestos como indiscutibles por parte de occidente, me refiero al que habla de la democracia con peculiaridades chinas, titulado: “Desarrollar de modo dinámico la democracia popular de proceso completo”. Todo este extenso e interesante trabajo literario de más de 700 páginas está ilustrado con 45 fotografías de Xi Jinping realizadas desde inicios del año 2020. Es complejo realizar un resumen de tan excelente obra en pocas palabras. Por ello, he decidido concentrarme en un capítulo, más no en cualquier capítulo, sino uno que presenta conceptos desafiantes para la ciencia política occidental. En él, se confronta con una mirada minimalista y procedimental de la democracia, además, se atreve a proponer nuevas miradas superadoras de lo formal y, a su vez, plantea al pueblo como un actor tomador de decisiones asignándole la exclusividad para el monitoreo y la evaluación de su democracia popular de proceso entero. Atrapar la mirada del lector es un gran pero seductor desafío. Implica articular conceptos y fragmentos de este capítulo con una nueva mirada sobre la democracia, una diferente, interpelante para occidente y, en especial, para los pueblos de América Latina, una que atiende las características y particularidades del pueblo chino. Uno de los grandes desafíos para la democracia popular de proceso completo es resolver los temas étnicos, por ello, evitar la balcanización de la nación es primordial. Para atender esta particularidad Xi Jinping decía el 27 de agosto de 2021: Debemos captar correctamente e implementar de manera integral el importante ideario de nuestro Partido sobre el fortalecimiento y la mejora del trabajo étnico, considerar el afianzamiento de la conciencia de comunidad de la nación china como línea principal, seguir firme e invariablemente el acertado camino con peculiaridades chinas de solución de los asuntos étnicos, conformar un hogar espiritual común para la nación china, promover los contactos, los intercambios y la integración interétnicas, acelerar la modernización de las áreas de minorías étnicas, elevar el nivel del fomento del imperio de la ley en la gestión de los asuntos étnicos, prevenir y neutralizar los peligros y riesgos latentes en el ámbito étnico, fomentar el desarrollo de alta calidad de la labor étnica del Partido de la nueva era y movilizar a todo el Partido y el pueblo de las diversas etnias del país a luchar por el objetivo de lucha fijado para el segundo centenario – culminar la construcción integral de un poderoso país socialista moderno- (pág. 305).
Esto es posible incorporar a las minorías étnicas en el fortalecimiento de la construcción del poder político desde la base, permitiendo que quienes entienden las teorías y políticas étnicas estén inmersos en el Partido y se encarguen de lo étnico en la propia base del pueblo. El sistema de asambleas populares se debe mantener y debe ser perfeccionado durante todo el proceso democrático. Las asambleas populares son garantes de los principios básicos de la teoría marxista del Estado, por ello: El sistema de asambleas populares insiste en que todos los poderes del Estado pertenecen al pueblo, garantiza al máximo que el pueblo sea el dueño del país e integra orgánicamente la dirección del Partido, la condición del pueblo como dueño del país y la gobernación del país según la ley, asegurando que la administración estatal se libre de los ciclos históricos de prosperidad y decadencia (pág. 313).
Además, en ese mismo discurso Xi sostenía que los dirigentes partidarios de las asambleas populares y sus comités permanentes deben implementar con asertividad los diferentes sistemas de dirección del Partido, cumpliendo un rol protagónico con disciplinamiento integral y riguroso. La democracia de proceso entero no es un concepto teórico, es un ensayo práctico, particular y aplicable en las características chinas, no es una receta exportable y adaptable forzadamente a otros pueblos. La democracia se considera “un valor común de toda la humanidad, es un concepto importante en el que han persistido invariablemente el Partido y el pueblo chino.” A lo anterior se le agrega la necesidad de “combinar orgánicamente la historia y la realidad, la teoría y la práctica, la forma y el fondo para encontrar no solo los regímenes y mecanismos adecuados, sino también las formas y métodos concretos” (pág. 325). No se trata de una experiencia resultante de una coyuntura circunstancial, es un proceso pensado y aplicable por y para el pueblo chino. La democracia es concebida como un derecho de los pueblos y no un privilegio, por esto, Xi dice que “La democracia no es un ornamento, no sirve para guardar las apariencias, sino para resolver los problemas que el pueblo exige su solución” (pág. 326). Es en esta línea que el PCCh reivindica la democracia popular y presenta cinco ideas fundamentales: i) “sin democracia, no habrá el socialismo, ni modernización socialista, ni la gran revitalización de la nación china” (pág.326-327). La democracia es considerada una parte sustancial del proyecto socialista; ii) el pueblo es el dueño del país, por esto la democracia es funcional a sus intereses y no a otros; iii) el camino de desarrollo político del socialismo elegido por el pueblo chino es el mejor para la realidad china; iv) el sistema de elección y votación conjuntamente con la amplia consulta para decisiones significativas son fundamentales para el funcionamiento óptimo de la democracia socialista china; y v) el aprovechar el funcionamiento del desarrollo democrático promueve y fortalece las instituciones, las reglas y los procesos, garantizando de esta forma “el fortalecimiento y la prosperidad del Partido y el país como a su paz y orden duraderos” (pág. 327). Las asambleas populares constituyen el sistema político fundamental en China y la democracia china se basa en las asambleas populares donde el Partido Comunista tiene la dirección del proceso y no necesita de otras recetas para funcionar bien. Xi Jinping recuerda a Deng Xiaoping que afirmaba: “La democracia que se practica en la sociedad capitalista es la democracia burguesa, la cual es en realidad una democracia del capital monopolista. Son solo tres aspectos los que la caracterizan: la competencia electoral multipartidista, la separación de los tres poderes y el sistema bicameral” (p. 327). Todo lo anterior se sostiene y se sustenta con el compromiso del pueblo chino. Por eso: Mantener y perfeccionar el sistema de asambleas populares es responsabilidad común de todo el Partido y toda la sociedad. Todo el Partido y el pueblo de las diversas etnias del país deben afianzar la convicción en el sistema del socialismo con peculiaridades chinas, mantener y perfeccionar continuamente el sistema de asambleas populares, consolidar y desarrollar sin cesar una situación política dinámica, vivida, estable y unida, ¡para hacer contribuciones al progreso de la civilización política humana imbuidas de la sabiduría china! (pág. 329-330). Existen otros argumentos que fortalecen y convalidan la democracia popular de proceso entero, por lo que las y los invito a profundizar, este y otros temas, en el libro reseñado. Para finalizar quiero dejar algunas interrogantes para la reflexión. Si en nuestra América Latina cuatro de cada diez ciudadanas y ciudadanos optan por no ejercer su derecho al voto ¿no habrá que levantar la mirada para permitirnos discutir sin encorcetamientos procedimentalistas otros ensayos democráticos? Si nuestras democracias procedimentales no pueden resolver los problemas de las grandes mayorías de nuestros pueblos —somos el continente más desigual del planeta— ¿no será momento de buscar tipos de democracias acordes a nuestras realidades? ¿Existe alguien con más credenciales que el pueblo chino para evaluar y perfeccionar su democracia? Sería interesante motivar el debate a partir del análisis y el pensamiento crítico, alejándonos de los preconceptos para poder aceptar que todos tenemos los mismos problemas, aunque implique que no exista una única forma de resolverlos. Por lo antes expuesto, las y los invito a detenerse y disfrutar de la lectura del libro que recopila el pensamiento de Xi Jinping: La gobernación y administración de China (tomo IV). *Leonardo Batalla es asesor principal del secretario general del Partido Comunista de Uruguay y miembro del Comité de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Uruguay. |
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