Muy recomendado
Un proceso indetenible
2024-09-04    Fuente: China Hoy    Autor: JEAN PAUL VARGAS CÉSPEDES*

Jean Paul Vargas Céspedes. Foto cortesía del autor

16 de febrero de 2022. Fabricación de vehículos en la planta Tiexi de BMW Brilliance Automotive, en la ciudad de Shenyang, provincia de Liaoning. Xinhua

5 de enero de 2024. Cuadros del PCCh de la aldea de Liuliao, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi, conversan con los aldeanos. Xinhua

18 de mayo de 2024. Un tren de inspección ferroviaria de alta velocidad Hangzhou-Wenzhou sale del túnel Shanxingyan, en la provincia de Zhejiang. Xinhua

TODO viaje de mil millas inicia siempre con un primer paso. La gran causa de la reforma y la apertura del milagro de China en la nueva era gravitan en el liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh) y en la visión de Xi Jinping como núcleo. La combinación de ambos factores profundiza el sueño chino, se adentra en sus realidades y genera más esperanzas para su pueblo y para el mundo.

Un camino permanente

El proceso de modernización de China es, en esencia, continuo. Significa vivir un camino permanente de cuatro conciencias: el camino, la teoría, el sistema y la cultura. Estos aspectos contribuyen a la profundización de la estabilidad social, garantizan la seguridad política y mejoran el nivel de vida del pueblo.

Cada pueblo debe encontrar su propia trayectoria e ir por la vía correcta de la historia. Esa es la esencia del sueño chino –el camino–, un camino que debe estar orientado por la teoría, la cual a su vez se debe comprobar en la práctica –la teoría– y su respectiva retroalimentación. Se trata de un proceso que debe avanzar desde las buenas prácticas bajo un liderazgo del PCCh –el sistema–, en una convivencia de principios y valores propios de una cultura milenaria y contemporánea –la cultura–. Este es el espíritu del socialismo con peculiaridades chinas.

El cambio es la única constante, y con él, la capacidad de adaptación y de flexibilidad. La profundización de la modernización china es el camino para asegurar más cosas prácticas en concordancia con los corazones y los deseos del pueblo de esa gran nación, para lo cual la energía de toda acción deber concentrarse en sus fuerzas motrices, a fin de que el alto desarrollo con calidad beneficie a cada persona.

Las terceras sesiones plenarias en la historia reciente de China han estado cargadas de grandes esperanzas en cuanto a las reformas institucionales de ese país. En la tercera sesión plenaria del XX Comité Central del PCCh, celebrada en julio pasado, se puso el acento en el proceso de profundización de la modernización de ese país. Su objetivo: una mayor profundización integral de la reforma reside en perfeccionar y desarrollar el continuo sistema del socialismo con peculiaridades chinas y propulsar la modernización de los sistemas y capacidades de gobernación del país. De ahí la importancia de profundizar las cuatro integralidades: la integralidad de la construcción de un país socialista moderno, la integralidad de la profundización de la reforma, la integración de la gobernación del país según la ley y la integración del disciplinamiento integral y riguroso del Partido.

Las tareas de reforma formuladas en esta sesión plenaria habrán de estar cumplidas para 2029, coincidente con el 80.° aniversario de la fundación de la República Popular China, asegurando de este modo la capacidad estratégica de adaptación de este país a múltiples desafíos de una comunidad global que transita hacia una multipolaridad igualitaria y ordenada, así como la consolidación de su capacidad para ser el referente mundial en una amplia variedad de temas y aspectos.

Planificación sistémica y completa

Cada época requiere de sus propias soluciones, basadas en el aprendizaje histórico y en la comprensión de los valores vigentes y necesarios. La decisión de esta sesión plenaria reitera la importancia de China como el centro, es decir, el pueblo como centro en la preservación de los principios fundamentales, en la profundización de un proceso constante de innovación, así como en la construcción de las capacidades institucionales como línea troncal de la gobernación integral del país ajustada a la ley y en una visión sistémica.

La decisión en la tercera sesión plenaria ha sido la de avanzar un proceso no solo en una dirección, sino en múltiples direcciones coherentes y sistémicas, cuyas interacciones generarán las fuerzas motrices de un salto cuantitativo desde el cual la República Popular China asumirá su gran liderazgo en la comunidad de civilizaciones; por ende, es una visión y una preparación ante los desafíos globales actuales y potenciales de los próximos años.

La modernización de China se alcanza desde la convergencia sistemática, dinámica y evolutiva de una compleja ecuación dada entre: completar la estructuración de la economía de mercado socialista de alta calidad, construir la autonomía en la innovación tecnológica, completar una configuración y mecanismos institucionales para dar respaldo a la innovación en general, mejorar un desarrollo armónico entre las zonas urbanas y rurales, perfeccionar la apertura al exterior de alto nivel, promover la democracia popular de proceso entero, perfeccionar el sistema de la ley del socialismo con peculiaridades chinas, profundizar la reforma de los regímenes y mecanismos de la cultura, mejorar las condiciones de vida del pueblo, impulsar la civilización ecológica, impulsar la modernización del sistema y capacidades de la seguridad nacional, profundizar continuamente la reforma de la defensa nacional y del Ejército, y elevar el nivel de dirección del Partido sobre una mayor profundización integral de la reforma en impulso de la modernización china.

Esta visión sistémica e integral de la modernización china pone el énfasis en robustecer las fuerzas motrices a nivel de los grandes objetivos de la profundización de las reformas institucionales y de respeto a la ley, en las áreas estratégicas nacionales e internacionales y en cerrar las brechas del desarrollo en las zonas más rurales del país. De ahí la importancia de los macrocontroles.

La modernización de China se ha alcanzado. Ahora corresponde mantener, mejorar y expandir esos niveles de forma coherente, integrada, evolutiva y sistémica para alcanzar un desarrollo de alta calidad en beneficio del pueblo. Para ello, la misma definición de desarrollo requiere ser fraguada con los desafíos, necesidades y oportunidades actuales, como los aspirados por la sociedad china, avanzando así en sus diversas etapas y perfeccionando sus fuerzas motrices.

La bandera de la reforma y la apertura

La decisión de la tercera sesión plenaria invita a la reflexión sobre cómo profundizar la reforma de la modernización china. Esta es una interrogante que, a su vez, obliga a meditar cómo lograr esa modernización. La conjunción de ambas interrogantes contribuye a identificar las fuerzas motrices dadas en las tres direcciones: a) profundizar de manera integral la reforma para ofrecer garantías institucionales, b) hacer que el mercado en la economía socialista genere un papel significativo en la asignación de recursos y dar una dirección estratégica al PCCh, y c) promover el desarrollo estratégico de los tres aspectos: primero, de la orientación histórica para comprender y operar en las nuevas fases de la modernización de China; segundo, de resignificación del principio rector, entendiéndose que los conceptos y teorías no son estáticos y deben ser capaces de aplicarse en los tiempos actuales para atender las oportunidades y los desafíos futuros; y tercero, de seleccionar la ruta desde un patrón –camino– hacia el desarrollo articulado de forma sistémica, dinámica y evolutiva que atienda al pueblo chino, su trayectoria y su genética cultural.

La modernización china constituye un complejo caleidoscopio de dimensiones conectadas con mayor o menor fuerza, cuya integración se vierte en el sueño chino. Es la coordinación entre la civilización material y la espiritual, una luz en el camino para que otras civilizaciones puedan recorrer su propia trayectoria histórica. Desde esta modernización se ha logrado y se requiere profundizar el rejuvenecimiento de la gran nación, una cultura socialista avanzada dispuesta a compartir sus experiencias con la humanidad.

Estamos ante una modernización cuya fuerza gravitacional requiere descansar en dos establecimientos: el presidente Xi Jinping es el núcleo del Comité Central y de todo el Partido y la necesidad de enarbolar la bandera de la reforma y la apertura. Sobre estos dos establecimientos se requiere toda la concentración y atención, la unión de todas las fuerzas y avanzar con un espíritu pujante para alcanzar el objetivo de lucha fijado para el segundo centenario: la culminación de la construcción integral de un poderoso país socialista moderno. Esta es la modernización china, la gran revitalización de la nación china, que nace de China como centro para una comunidad de destino de la humanidad.

China, el mayor país en desarrollo del mundo, siempre tiene presente a todas las civilizaciones. El camino hacia la modernización no es conducente a la arrogancia autocomplaciente, ni mucho menos a practicar una filosofía excluyente. El camino de la modernización china comparte su energía y su luz a la humanidad, brinda oportunidades para el desarrollo global armónico con la naturaleza y está centrado en el ser humano.

China ha entendido sus aprendizajes históricos y sigue aprendiendo de ellos. En un mundo globalizado, todos los países son interdependientes y están interconectados. China debe centrarse en el camino histórico correcto y no puede comprometerse por la presión o provocación de algunos países hegemónicos. El tiempo y la historia tendrán siempre la última palabra.

Esta es la principal lección que esta sesión plenaria regala a las naciones centroamericanas: aprender que siempre existen formas de mejorar y profundizar hasta los mismos éxitos, y en donde la unión de todas las partes ha de constituir siempre la piedra angular de toda gran obra. Porque todo gran proyecto inicia con una primera acción. 

*Jean Paul Vargas Céspedes es director del Laboratorio de Innovación para el Desarrollo, del Instituto Centroamericano de Administración Pública (ICAP) del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), e investigador del Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

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